«Es importante que la ciudad tenga un Festival de la Guitarra tan consolidado»

–Muy distintos los dos conciertos que ofrece usted en el V Festival de la Guitarra.

–Sí, muy distintos. El primero, en homenaje a Antón García Abril esta misma noche, muy especial para mí porque tocaremos el 'Concierto mudéjar' del maestro, uno de los dos que compuso para guitarra y orquesta, y que en este caso interpretaremos con orquesta de cuerda. Es una obra excepcional, con la melodía volando todo el tiempo, unos temas muy pegadizos y una fusión arquitectónico–musical muy interesante. El lucimiento musical de la guitarra es impresionante: la cadencia del segundo movimiento, los 'tutti' orquestales con gran carga armónica y melódica. El segundo concierto lo haré con mi amigo Juan José Muñoz Cañivano, con quien he trabajado muchas veces, y con quien interpretaremos, entre otras obras, la 'Fantasía para un gentilhombre', de Joaquín Rodrigo, en su reducción para piano, para clausurar el Festival el 5 de agosto. Es una reducción para piano muy bien hecha, que induce al oyente a pensar que se encuentra ante una obra camerística en origen.

–Es curioso que todos tengamos de García Abril la imagen del creador de bandas sonoras, dejando en un segundo plano otras dimensiones de su obra.

–Tiene una literatura muy vasta, también para la guitarra. En ella se puede observar la influencia de su música para cine y televisión, sobre todo en las 'Evocaciones', dedicadas a poetas. Sin embargo, tiene otra parte de música que podríamos calificar como más 'dura', moderna pero no contemporánea, armónicamente muy densa, como por ejemplo la 'Sonata del Pórtico'. La 'Fantasía Mediterránea', por otra parte, es puro ritmo. Tiene muchísimas facetas como autor, y creo sinceramente que ha sido uno de los compositores más polifacéticos que hemos tenido tanto a nivel instrumental como orquestal en nuestro país, pero con un sello de identidad muy reconocible en toda su obra.

–¿Cuáles son los retos técnicos de la interpretación del 'Concierto mudéjar'?

–Tiene tres movimientos muy distintos, y todos ellos exigentes. Primer y tercer movimiento, y la cadencia del segundo. Todo funciona, excepto algunos pasajes y acordes en los que se demuestra que García Abril no tocaba la guitarra... (sonríe), porque son incómodos. Toda la obra está llena de saltos y complicaciones técnicas, por eso es tan apasionante interpretarlo.

–Sánchez Ruzafa habla maravillas de usted...

–Es curioso, porque no hemos trabajado mucho juntos, pero la admiración es mutua, naturalmente. Estoy encantada de trabajar con la Orquesta y con él.

–Granada es su segunda casa. ¿Por qué no se la ve más por los escenarios de aquí?

–La verdad es que no tengo ni idea. Mis amigos y mi familia de aquí me preguntan si es que no quiero venir, y nada más lejos de la realidad. Estuve en el Festival de Música y Danza en los inicios de mi carrera, he tocado en la Alhambra... No sé si el Festival tiene un poquito olvidada a la guitarra, a pesar de la vinculación que tuvo Andrés Segovia con él. Por eso es tan importante que Granada tenga un Festival de la Guitarra ya tan consolidado.

–Ha tenido usted un año complicado, como todos, a causa de esta pandemia que se resiste a abandonarnos.

–Muy complejo. En 2020 cancelé multitud de compromisos, y mi gira habitual por Japón, que también será complicado hacer este año por la situación que se vive allí. También he pospuesto grabaciones en aquel país, aunque ahora tengo un proyecto para grabar con mis amigos granadinos de IBS Classical. Comencé a ofrecer por streaming una pieza diaria cuando empezó el confinamiento, y ello me ha servido para seguir estudiando.