Fallece Paco Ramírez, 'hacedor' de artistas
In Memórian Paco Ramírez ·
A los 85 años nos ha dejado pero nunca olvidaremos su trabajo ni sus ganas de vivir siempre con su contagiosa risa por delanteJuan Jesús García
Martes, 10 de noviembre 2020, 01:50
Pintor, político, agitador cultural, patrón deportivo, y muchas otras cosas más pues era un hombre muy inquieto, Francisco Ramírez, Francisco de Paula Ramírez Gallego, fue ... para el mundo de la música de Granada el primer 'manager' en el sentido contemporáneo del término, el de hacedor integral de artistas.
De vuelta a Granada en los finales de los años setenta tras su residencia en París trabajando como director de Cultura en la Unesco, ciudad a la que llevaría a diversos creadores granadinos, entre ellos Enrique Morente, fundó la empresa Al Andalus (con Jesús Quero y Agustín Rodríguez, miembro de Los Ángeles), agencia que tuvo en cartera a nombres como Carlos Cano, Morente, Raúl Alcover, y la plana mayor del incipiente rock y punk local: KGB, TNT, Alto Secreto, Magic, La Guardia, Los Discretos y sobre todo Aldar y los posteriores 091, de quien sería su valedor para la industria. Desde su oficina en el Pasaje de Recogidas fue una suerte de Peter Grand (mítico gestor de Led Zeppelin) a la andaluza, trabajando carreras musicales desde la casilla de salida, incluso desde antes, ya que algunos de sus grupos hasta ensayaban en su casa de Colinas Bermejas cuando no tenían donde hacerlo, y financió el instrumental necesario para que pudieran actuar con dignidad o las grabaciones primigenias de sus representados.
Un modelo de acción que él se trajo de su estancia parisina, donde organizó muchos conciertos para artistas españoles e hispanoamericanos en colaboración con el comité 'Aidée a L'Espagne'), en el que figuraban nombres tan relevantes de la cultura como los de Jorge Semprún, Picasso, Miró, Tapies, Genovés, Vázquez de Sola, Chillida, Botero, Arrabal, Canogar, etcétera. «Eran tiempos difíciles», relataba no hace mucho en este periódico, «venían todos, se quedaban en mi casa y ganaban algún dinero para empezar el año». De esa época recordaba también un disco semiclandestino que promovió y de tirada minimísima en el que Morente puso voz y música a una obra de Lorca montada por un grupo de teatro de origen andino: «fue tan artesanal que tuvimos que pegar las carpetas una a una con agua y harina porque no teníamos ni para pegamento», contaba divertido.
Muy bien relacionado, su agenda marcó el paso de buena parte de la música durante aquella década de la ciudad, en la que había grandes oficinas de representación (las de los hermanos Jiménez por ejemplo) pero hasta ese momento ningún profesional dedicado a desarrollar íntegramente y promocionar artistas a lo largo de toda su trayectoria. Al Andalus fue un centro de operaciones neurálgico para formaciones de largo recorrido y éxito como la Guardia y 091, a los que le unían lazos familiares. Su sobrino Tacho, batería de 091, se estrenó cinematográficamente con un corto dedicado a su figura: 'Mi tío Paco', apelativo que además era como se le conocía coloquialmente.
Paco Ramírez impulsó la carrera de 091 desde sus inicios anteriores, con Aldar; junto a Javier Garcia Lapido dio forma al grupo, diseño su estrategia de lanzamiento y su seguimiento, movió sus contratos discográficos y se preocupó de su calendario de conciertos; ¡hasta la célebre Gibson 'color vino' que es emblema de José Ignacio Lapido fue proporcionada por 'El tío Paco!
Retirado del trabajo diario hace unos años, siempre ha estado cerca de la producción de musical de la ciudad. Incluso tenía en mente realizar un disco que grabó él mismo de los primeros conciertos parisinos de Enrique Morente, cuyas envejecidas cintas aparecieron casi por casualidad rebuscando en su inmenso archivo. Esas grabaciones pertenecían a sus conciertos en el célebre Olympia, y en las 'Seis horas por España en París' de 1974; Enrique le dijo que «a su vuelta iba a ir directamente a prisión cuando regresara a España», y que dada la situación «iba a empezar por carceleras». Curiosamente se le quedó en el tintero unir a Enrique Morente con 'sus' 091: «Él quería porque estaba muy tentado por el rock, pero no encartó, y nunca hubo posibilidad de coincidir en estudio o encima de un escenario. Esa grabación hubiera sido el disco del siglo».
Hace apenas cinco años confesó que no quería morir sin volver a ver a 091 en un escenario, y en 2016 fue doblemente feliz, por volverlos a escuchar y por el reconocimiento que 'sus niños' tuvieron en todo el país. A los 85 años nos ha dejado pero nunca olvidaremos su trabajo ni sus ganas de vivir siempre con su contagiosa risa por delante.
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