La historia y el presente del pueblo gitano, a debate en el Centro Lorca
El ciclo 'Pensamiento Sur(b)terráneo', del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, recuperó el clásico 'Camelamos naquerar'
El Centro Federico García Lorca acoge en estos días la última parada del ciclo 'Pensamiento sur(b)terráneo', que lleva adelante la Consejería de Cultura ... a través del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), con el patrocinio de la Fundación 'la Caixa'. Esta parada granadina lleva como título el del histórico 'Camelamos naquerar' ('Queremos hablar'), aquel espectáculo flamenco creado por Mario Maya con texto de JoséHeredia, y que representó el primer grito de libertad, esa llamada de atención sobre la realidad del pueblo gitano en los albores de la democracia. En aquel febrero de 1976, el colectivo romaní luchaba por salir de una imagen de marginación y delincuencia que el régimen había marcado a fuego sobre sus cuerpos.
En estos dos días, el Centro Lorca se convierte en un foro de reflexión sobre la realidad del pueblo gitano, con la ventaja de que quienes hablan viven muy de cerca su realidad, no siendo ni gitanos ni cantaores en algunos casos. Como afirmó Jimena Blanco, directora del CAAC, este ciclo nace «nadando en los márgenes, en las voces que no han sido escuchadas, que se han dejado de lado. Es preciso mover la brújula, que deje de mirar al norte, y se oigan los planteamientos que no han tenido su lugar en las instituciones».
Las protagonistas del encuentro de ayer tarde fueron María Cabral y Pastora Filigrana, quienes conversaron entre sí y con el público a propósito de la historia del pueblo gitano y su realidad actual. La segunda de ellas arrancó la sonrisa del público al asegurar que el suyo es su nombre de verdad. «Soy abogada, no cantaora ni bailaora», aseguró. Ella se dedica, según aseguró, a ayudar las personas que tienen menos capacidad de elección, grupos que viven en los márgenes, y a promover la igualdad de trato. «También soy muy aficionada al flamenco, y vivo en Sevilla», dijo con humor.
Filigrana aseguró que la relación con lo gitano se basa en la experiencia. «Marginación, delincuencia, o arte, cuadro y folclore, aparecen según dónde se encuentre cada cual», afirmó. «También asocial, antisistema o parasitario, alegría y pureza». Del mismo modo, la abogada repasó una historia que está marcada por la representación del colectivo en el arte y a literatura, y su influencia en el imaginario colectivo. Y luego aparecen las cifras, que arrojan un resultado estremecedor: un alto porcentaje de los gitanos vive en situación de pobreza y exclusión, casi un 80%. Y hay quien dice que estas cifras vienen determinadas porque los gitanos «son como son, y son los propios gitanos los responsables».
Frente a todo ello, ambas ponentes abogaron por el conocimiento como lenitivo contra la discriminación. «La historia del pueblo gitano no se conoce porque no se enseña. Ahora, estamos celebrando los 600 años de la llegada del pueblo gitano a la Península, e incluso el rey ha hablado de ello, pero aún queda mucho camino por recorrer». En una época en que el racismo se convierte en arma política arrojadiza, y el supremacismo avanza, sólo el conocimiento y la cultura puede arroj
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