Cuando la luz se hará en la Capilla Real

El proyecto, ya convertido casi en realidad, dará especial relevancia a las características cromáticas del frontispicio. Para dotar de mayor esplendor la Capilla Real, se alumbrará la fachada con proyectores empotrados en el pavimento. La portada principal refleja un programa devocional que es un magnífico ejemplo de transición del Gótico al Renacimiento. En el exterior se implementarán focos con ajuste interno de inclinación que permiten regular la orientación, manteniendo la carcasa en horizontal con una tonalidad cálida y un flujo que destaque el gran valor artístico de la construcción. Las luminarias, apoyadas en los muros lisos, resaltarán los adornos de las cresterías, las bóvedas, los motivos heráldicos y el friso azul que recorre los paramentos del frontis.

Esta intervención, fruto de un convenio firmado en mayo por la Fundación Endesa y el Arzobispado de Granada, supondrá una inversión de 14.000 euros. Según Endesa, esta actuación «se está llevando a cabo bajo criterios de sostenibilidad y eficiencia, respetando el medio ambiente». «De esta forma –señalan– se espera conseguir un ahorro de más del cuarenta por ciento en términos energéticos, lo que se traduce también en una notable reducción de las emisiones de anhídrido carbónico a la atmósfera». En total se implementarán diecinueve proyectores led y dieciocho lámparas y equipos lumínicos que supondrán una potencia instalada de 3,42 kilovatios.

¿Cómo se decide qué monumentos se iluminan y cuáles no? Marta Tobías, responsable en Andalucía de la Fundación Endesa, comenta que lo normal es que lleguen peticiones desde ayuntamientos y otras entidades, solicitudes que posteriormente son sometidas al criterio de un patronato que tiene en cuenta los siguientes criterios: relevancia artística, si se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) o si tiene algún tipo de protección, si hay alguna efemérides reseñable y finalmente la valoración económica. A la hora de la instalación, según explica Tobías, también se tiene en cuenta el entorno. En este caso, la Fundación Endesa ya había actuado en el palacio de la Madraza.

Una vez que la propuesta recibe el visto bueno de la Fundación Endesa, lo primero que se hace es un estudio técnico donde se tienen en cuenta aspectos como los elementos de mayor importancia. Para ello se cuenta normalmente con especialistas y con los propietarios. Aunque el diseño lumínico final depende de las características de cada monumento, lo habitual es que haya un baño de luz con una intensidad más baja y después otros haces más pequeños sobre puntos más concretos y que se quieran destacar respecto al conjunto.

Desde el punto de vista tecnológico, Endesa incorpora equipos innovadores. El sector ha evolucionado hacia el led, que tiene un consumo más bajo que el vapor de sodio y que también requiere menos mantenimiento. No hay que cambiar las 'bombillas' con tanta frecuencia, ya que su periodo de vida útil ronda entre los diez y los doce años. Y también permite una mayor flexibilidad. Antes se utilizaban cañones y ahora son fuentes de luz más pequeñas, con la singularidad de que cada una de ellas tiene su óptica. Respecto a las tonalidades lumínicas, lo normal es que se tienda a la neutralidad entre cálido y frío –en torno a los 3.000 grados kelvin–, ya que respeta la cromaticidad natural.

La Capilla Real fue construida entre 1505 y 1517 y está dedica a los santos Juanes, San Juan Bautista y San Juan Evangelista.La iglesia, la sacristía y la lonja de acceso comenzaron a erigirse por Enrique Egas. Intervinieron también Juan Gil de Hontañón, Juan de Badajoz 'el Viejo' y Lorenzo Vázquez de Segovia. La Capilla Real fue concebida como un anexo a la sede catedralicia que se habría de levantar en Granada después de la capitulación del reino nazarí en 1492. Sin embargo, ambos edificios se muestran independientes hoy día y sus estilos son diferentes: la Capilla Real tiene formas del gótico final y la Catedral tiene estética renacentista. El museo fue creado en 1913.