Granadinos en el hielo de la Antártida
La Universidad participa en la campaña antártica a bordo el Hespérides con tres proyectos científicos | Los científicos de la UGR están estudiando cómo se separó la Antártida de América del Sur y otros temas relacionados con sismicidad y volcanes
Si hay un 'trozo' de la Tierra imprescindible para entender los procesos naturales en el planeta, ése es sin lugar a duda la Antártida.Allí, ... en este continente situado a más de 12.000 kilómetros de la Alhambra, está la mayor cantidad de hielo que se conoce. Estamos hablando, en términos coloquiales, de un colosal termostato que regula la atmósfera y que contribuye a que este globo azul donde vivimos se mantenga en equilibrio. Allí, en la Antártida, están trabajando estos meses, desde diciembre hasta marzo, tres equipos de la Universidad de Granada para hallar, por ejemplo, nuevos datos sobre cómo se separó la Antártida de América del Sur hace unos 'cuantos' años. Hace treinta y cinco millones de años. La campaña se desarrolla a bordo del buque de investigación Hespérides con base en Cartagena y operado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Ahora mismo coinciden allí dos de estas misiones vinculadas con la UGR. Una de ellas se denomina Powell 2020 y tiene dos objetivos principales.El primero, tal y como se ha adelantado una líneas más arriba, es identificar cuándo ocurrieron los principales eventos tectónicos, oceanográficos y climáticos que provocaron que la Antártida y América del Sur se desagregaran. Y el segundo estudiar el desarrollo de la Corriente Circumpolar Antártica y su relación con la evolución climática global y los casquetes helados antárticos.
Hace unos 200 millones de años el hemisferio sur de la Tierra estaba ocupado por el supercontinente Gondwana. La clave de este 'puzzle' era la Antártida. Anexionados a ella había masas continentales que después serían Suramérica, África, Australia, Nueva Zelanda, Indostán y Madagascar.Hace 180 millones de años comenzó la ruptura y la deriva de los territorios adheridos a Gondwana. Las dos últimas piezas que se desgajaron fueron las conexiones de la Antártida con Tasmania y con Suramérica. La apertura de estos pasos favorecieron la activación de la Corriente Circumpolar que conecta todos los océanos meridionales y que juega un papel fundamental en el clima de la Tierra mediante la distribución de calor, nutrientes, sal, carbono e intercambio de gases.
La tendencia al cambio climático fortalecerá los vientos del oeste y provocará un desplazamiento de la Corriente hacia el polo. Esto tendrá consecuencias. Entre ellas, la estabilidad de ciertos sectores de los casquetes helados y, por ende, del nivel del mar. En el contexto de Powell 2020, cuyos investigadores principales son Fernando Bohoyo, del Instituto Geominero de España, y Carlos Escutia, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Granada, se están realizando estudios geofísicos y geológicos para revelar las condiciones oceanográficas y climáticas en un periodo de tiempo que oscila entre los treinta y cinco y los diecisiete millones de años.
Terremotos
El científico Javier Almendros, de la UGR, está al frente de los otros dos proyectos granadinos que se llevarán a cabo, los dos relacionados con terremotos. El primero se denomina Bravoseis y consiste en el estudio sismológico de los volcanes submarinos del Estrecho de Bransfield, que está situado entre la península antártica y las islas Shetlanddel Sur, donde España tiene dos bases. Es una zona de extensión donde se ha abierto un 'rift oceánico'. Es decir, una fractura de la corteza terrestre por la que puede ascender material del interior. El análisis de la topografía del fondo marino muestra la presencia de varios edificios volcánicos. La mayoría están bajo el mar exceptuando las islas Decepción, Penguin y Bridgeman.
Bravoseis se está centrando en el volcán submarino Orca, situado al sur de la isla Rey Jorge. Están realizando el despliegue de una red con sismómetros situados tanto en la tierra como en las profundidades marinas.
Javier Almendros también encabeza el tercero de los proyectos donde interviene la UGR, el seguimiento de la actividad sísmica en la isla Decepción, situada en el archipiélago de Shetland del Sur. Tuvo erupciones relativamente recientes, entre 1967 y 1970, y presenta fumarolas, anomalías térmicas, indicios de deformación superficial y un nivel variable de movimientos sísmicos que en estos últimos años ha llegado a ser muy notable. A pesar de ello, es uno de los destinos más visitados por los turistas en la Antártida. Aquí se ubica la Base Antártica Española 'Gabriel de Castilla'.
«La meta del grupo del Instituto Andaluz de Geofísica –asegura Javier Almendros– es utilizar los registros para evaluar el nivel de peligrosidad volcánica y colaborar en la gestión de los niveles de alerta». «Además –agrega– continuaremos extendiendo la serie temporal de datos que mantenemos desde 1994». «Este estudio nos permitirá comprender mejor la distribución espacial y temporal de la sismicidad, así como cuantificar la energía que se libera, los mecanismos de generación de los terremotos y el estado general de la actividad volcánica en Decepción», resume Javier Almendros.
Los tres proyectos
-
Corriente circunpolar. Eventos técnicos y oceanográficos en el desarrollo de la Corriente Circunpolar Antártica y su relación con la evolución paleoclimática.
-
Sismología y volcanes Estudio sismológico de los volcanes submarinos del Estrecho de Bransfield.
-
Sismología Seguimiento de la actividad sísmica en la isla Decepción.
Según la información facilitada por el Ministerio de Ciencia, en la Campaña Antártica 2019-2020 se acometerán un total de trece proyectos, de lo que tres están promovidos en el seno de la Universidad de Granada. En total, doscientas personas entre los cien investigadores y los ciento cinco correspondientes a personal de apoyo –fundamentalmente técnicos, dotaciones y tripulaciones–. Las instalaciones desde las que se está operando son las bases Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, el campamento Byers y el barco Hespérides.
El Hespérides es el único buque español diseñado para efectuar investigación científica multidisciplinar en todos los mares y océanos del planeta. La actividad principal del buque se centra en los veranos australes, durante los cuales realiza campañas científicas en la Antártida y proporciona el soporte logístico necesario a las dotaciones de las bases Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, proporcionando combustible, material para el funcionamiento vital de las instalaciones y los insumos y víveres necesarios en las distintas escalas programadas.
El resto del año su función se extiende por todos los océanos y mares del planeta, principalmente Atlántico, Pacífico y Mediterráneo, prestando apoyo a todo tipo de campañas científicas. Además, durante un mes al año está a disposición del Ministerio de Defensa, en concreto del Instituto Hidrográfico de la Marina, dedicándose a la obtención de datos de la Zona Económica Exclusiva Española y de la Plataforma Continental.
«Somos una piña a bordo del Hespérides»
A pesar de tratarse en un entorno climático hostil, con mala mar, icebergs y un frío intenso, el equipo de científicos a bordo del Hespérides trabaja en total armonía. «Somos una piña centrada en desentrañar los misterios de la geología antártica», asegura la catedrática Ana Crespo, que participa en el proyecto Powell 2020. «Los que hacemos geología marina es como si viviéramos aquí, con la casa a cuestas, durante los treinta y cuatro días que estamos por aquí», comenta Crespo, quien subraya la hospitalidad y la camaradería por parte del comandante y la tripulación del Hespérides.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión