El granadino José Villena ilustra una historia de amor ecológica en 'Una hoja, un amigo'
Aunque ha desarrollado la mayoría de su carrera en el ámbito infantil, se está abriendo al público adulto y profundizando en el lenguaje del cómic
José Villena (Granada, 1966), no es un ilustrador al uso, si es que tal categoría existe. Proveniente del mundo de la publicidad, ha cimentado una ... sólida carrera, en progresión constante, a partir de una sensibilidad que es imposible crear si no va en el ADN. Su estudio, en una céntrica calle granadina, proyecta un universo gráfico fácilmente reconocible por un trazo que deja el detalle a la imaginación del lector, guiándole por imágenes que más que dibujar cuerpos, quieren mostrar el alma. Su más reciente creación 'Una hoja, un amigo' (Editorial Mil y un Cuentos), reivindica el cuidado de la naturaleza desde la perspectiva de la relación entre un niño y un árbol.
«En todos mis trabajos hay un denominador común: el valor de lo auténtico»
José Villena
«Di el salto al guion de la mano de Editorial Mil y un Cuentos, con 'La mar de sueños'. He realizado cuatro colaboraciones ya con ellos, de las cuales solo 'Pedro y el lobo', basado en el cuento popular, tiene guion ajeno. Las otras tres –la ya citada 'La mar de sueños', 'Vacaciones en Rocasalada' y ahora, 'Una hoja, un amigo'–, son de mi autoría al completo», afirma el artista. Partidario de empezar la casa por los cimientos –por la construcción de la historia–, opina que «una parte importante de la ilustración es la reflexión previa: cómo enfocar los dibujos, definir el estilo, reflexionar sobre cómo queremos transmitir una historia que, en definitiva, lo que busca es transmitir un mensaje».
Hay quien dice que ilustrar es ilustrar, con independencia de a quién va dirigido el objeto artístico del dibujo. Nada más lejos de la realidad, según afirma José Villena. «La transición desde el mundo infantil al adulto no es fácil. Muchos autores se apoyan en su experiencia personal, un camino que puede ser válido, pero que quizá esconde dentro de sí la trampa de contar una historia que no a todo el mundo vale».
La receta que aplica José Villena para ir más allá es buscar una motivación aplicable a ambos mundos. En el caso de 'Una hoja, un amigo' es la ecología. Así, en 'Vacaciones en Rocasalada' evoca un pasado con olor a mar y caña –muy inspirado en la canción 'Mediterráneo' de Serrat– para reivindicar los estragos del 'progreso' que ha dejado la costa sin casi un metro sin edificar.
«Conquistar el corazón del pequeño»
«Para llegar al niño, hay que pasar por el padre o la madre», dice, de forma muy pragmática. «Antes de conquistar el corazón del pequeño, hay que ofrecer al mayor, a quien tiene la decisión de la compra en sus manos, para que entienda que los valores que transmitimos parten de un respeto profundo a la inteligencia y la sensibilidad del niño o la niña, y a partir de ahí, construir un relato que, por su contenido y por su ejecución, llegue».
El componente experiencial y el didáctico, la infusión de valores en una sociedad que, en opinión del artista, está descuidándolo. «En todos mis trabajos suele haber un denominador común: el valor de lo auténtico, la solidaridad, la amistad, la generosidad, el respeto a los mayores –presente, por ejemplo, en 'La mar de sueños'–, el diálogo intergeneracional. «En 'Una hoja, un amigo', he creado un paralelismo entre el crecimiento del árbol y el propio del niño protagonista. También reflejo en él mi propio crecimiento como artista», destaca Villena.
El próximo reto de Villena, para el que se está formando, es la entrada en el mundo del cómic, «un arte que me apasiona». En sus próximas obras, tratará de trasladar la filosofía de honradez y compromiso que jalona toda su obra.
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