El granadino que ilustra cómics de Correos

En esta obra, con trama definida pero que aún no tiene título, los timbres no aparecen como las clásicas estampitas que se pegan en el anverso de los sobres, sino como códigos QR que, una vez escaneados, trasladan a los más pequeños a realidades aumentadas, como la imagen del quebrantahuesos asociada a sus graznidos o la pajarita de papiroflexia que evoluciona desde los sencillos pliegues de un folio en blanco hasta que queda completamente armada en tres dimensiones. «Es el lenguaje que usan los chavales de hoy día», agrega Gabriel en su estudio, situado en la plaza Poeta Garcilaso de laVega de Granada.

Gabriel está completamente entregado a este proyecto, una férrea disciplina de trabajo en la que no existen ni las horas ni el reloj. Todo el día delante del ordenador dándole forma a unas viñetas que deberán de estar finalizadas para verano, ya que la previsión de Correos es lanzar en septiembre una tirada de quince mil ejemplares. La publicación se distribuirá, a priori, en talleres infantiles que promoverá Correos y también en centros escolares. Todas las horas que le estoy echando –confiesa Gabriel– quedan más que recompensadas con la ilusión de sacar adelante un trabajo así, el más importante de su incipiente carrera profesional –tan sólo tiene veintiocho años–. Un 'curro' que, según confía Gabriel, le abrirá nuevas puertas y nuevos retos «Es un escaparate muy interesante», asegura.

Gabriel Gómez vive el cómic como una verdadera pasión. Sus comienzos fueron autodidactas. Su carrera dio un giro cuando ingresó en la Facultad de Bellas Artes. Allí entró en contacto con profesores como Sergio García, de quien aprendió mucho a nivel narrativo. «Cómo contar y ordenar los textos». La Facultad también le sirvió para valorar el mundo del arte desde otra perspectiva. De la escultura asimiló la generación de volúmenes, de la fotografía el contrate y de la pintura la composición y la gama cromática. Todo ello se aprecia en la progresión desde sus inicios hasta la actualidad. Un proceso donde también se observa perfectamente la influencia del manga en el movimiento y el detallismo de la escuela americana, dos elementos que identifican el estilo de Gabriel, quien se confiesa admirador de grandes maestros del lápiz como Juanjo Guarnido, de quien destaca especialmente su expresividad;David Rubín por la fuerza de sus páginas; y James Harren por su trazo.

Gabriel Gómez considera que el cómic pasa por un buen momento en Granada. «Hay muchísima gente que hace cosas realmente impresionantes». Un buen momento desde el punto de vista creativo que contrasta, bajo su punto de vista, con la escasas posibilidades de desarrollo profesional en la provincia y, en general, en toda España. Buena parte del talento granadino está yendo a mercados como Japón oFrancia, donde hay una mayor demanda de cómic en todos los segmentos de edad, «y no sólo vinculado al público infantil, como sucede en España». ¿El objetivo final? Fichar por una editorial.

Correos no es el primer cliente de Gabriel, aunque sí el más relevante. Su primer gran encargo fue la elaboración del cartel para un montaje de 'El cascanueces' en el Parque de las Ciencias de Granada coincidiendo con la navidad de 2016. «Mi empeño fue hacer algo atractivo para todo el mundo», recuerda. A pesar de ello, Gabriel reconoce que siempre ejerce una importante autocrítica respecto a su producción como forma para seguir mejorando y seguir avanzando en la conformación de un sello propio y distintivo.Por lo pronto, ya ha ganado varios concursos. Entre ellos, el Campus Cómic que convoca la Universidad de Huelva. Se llevó la edición de 2018 con 'El último día', donde un niño traspasa la puerta del infierno y habla con el demonio. «Ésta no es tu hora», le dijo Belcebú. Y también la de 2019 con 'El gurú' sobre un sabio al que le preguntan sobre el sentido de la vida. También fue galardonado en el Concurso de Cómic de la Villa de Portugalete (Vizcaya), uno de los más relevantes de España.