«Granada ha sufrido agresiones; por conservar tres lugares han perecido muchos otros»
Mañana se presenta en la Semana de los Libros 'Granada tiene...', una selección de textos literarios sobre la ciudad escritos en cinco siglos
José Antonio Muñoz
Granada
Martes, 6 de octubre 2020, 01:14
Andrés Soria (Granada, 1954) es una de las mentes más lúcidas del universo literario granadino. No es de extrañar, por ello, que haya ... sido el responsable de la antología de textos 'Granada tiene...', que recoge textos sobre la ciudad de diversos autores durante cinco siglos, desde Navagero a Lorca. Editado por Esdrújula con la colaboración de 'Granada, Ciudad de la Literatura', se presenta mañana (19.00 horas), en el Cuarto Real.
–La literatura se ha ocupado ciertamente más del paisaje de Granada que de su paisanaje.
–Es cierto, porque la excepcionalidad de Granada está en su patrimonio y su historia. De hecho, seguimos viviendo de ella. Mientras, entre sus gentes, salvo honrosas excepciones, no ha habido personajes que hayan dejado su huella hasta el punto de ser objeto de glosa literaria.
–¿Qué línea ha seguido a la hora de confeccionar la antología?
–He buscado que haya autores tanto de Granada como de fuera. Me interesa mucho la mirada de quien viene y la mira desde su historia, sin prejuicios. Por ello, está desde la transcripción de los poemas de la Alhambra de Emilio de Santiago –para mí, el mejor libro editado nunca–, hasta la fascinación de los viajeros. Hay textos más conocidos, y otros, como por ejemplo, el de 'Mariquita y Antonio', de Valera, que han quedado a trasmano.
–¿Hay algún texto que le parezca singular?
–El romance de Góngora sobre la ciudad es la mejor guía turística que imaginarse pueda, y sigue estando vigente. Atiende a lo que entonces era moderno, como la catedral, sin terminar, que denomina como 'objeto de asombro', o el Palacio de la Chancillería. Los románticos aíslan la mirada en la Granada nazarí, pero Góngora es mucho más abierto.
–Poco queda de entonces.
–Granada ha sufrido muchas agresiones. Por conservar tres lugares, han perecido muchos otros. La foto que tomó Gibson desde la Huerta en 1966, con el urbanismo despiadado rompiendo el equilibrio entre campo y ciudad, es paradigmática.Granada es como una mujer que ha sido hermosa, y que de repente ha dejado de cuidarse.
–Quizá esa belleza hizo que la literatura se quedara en la periferia de la emoción y no entrara en el alma de la ciudad.
–Quizá, pero hubo grandes excepciones. Con todo lo que se le ha criticado, 'Granada la bella' de Ángel Ganivet es un texto modélico de amor a la ciudad, tal y como se refleja en el libro. En general, he tratado de huir del localismo y de los libros de viajes para ofrecer una visión amplia de lo que la literatura ha contado de Granada.
–¿Qué es lo más curioso para el lector?
–Hay muchos escritos de gran atractivo: desde los cuentos de Alarcón hasta el relato casi de ciencia ficción de Ganivet, o los escritos de Fray Luis de Granada, el escritor más vendido del Siglo de Oro español en Europa, más que los Lope, Quevedo o Góngora. También hay inéditos, como el estudio de José Ignacio Fernández Dougnac sobre el poema 'Granada' de Agustín Collado del Hierro... Muchas personas van a conocer aspectos insospechados de la literatura sobre la ciudad con este libro.
–Como la Granada que describe Gautier.
–El caso de Gautier es especial, porque no se queda en el tópico alhambreño, sino que 'baja' a las calles del centro, vive en la calle Párraga, sube a la sierra... Por ejemplo, se queda extasiado con la belleza del paseo del Salón, y cuenta los bailes de la sociedad. Superponiendo las miradas, he querido ofrecer un panorama variado y entretenido sobre la Granada literaria.
–Y termina con Lorca, claro.
–Termina con Federico, sí. La pluralidad de miradas que ofrece en torno a la ciudad, su historia, sus gentes, sus personajes y su paisaje le hacen testigo privilegiado de esta Granada tan diversa.
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