Dellafuente se quema a lo bonzo y descansa en poder
El artista granadino publica el tercer álbum de estudio de su carrera, vertebrado en torno a la idea de la muerte artística de su marca actual para una nueva deriva
Hacía tiempo que Dellafuente jugueteaba con la idea de «matar a Dellafuente», una tentación que a su juicio le permitiría emprender nuevos caminos musicales ... y que ya es una realidad con 'Descanso en Poder (D. E. P.)'. El artista granadino ha publicado el tercer álbum de estudio de su carrera, editado por Sony Music Spain, tras 'Ansia Viva' (2016) y 'Azulejos de Corales' (2015). Un trabajo que comprende diez cortes en 27 minutos, respaldado por un equipo formado por su socio Antonio Narváez como productor del disco, El Guincho (mano derecha de Rosalía), David Marley (colaborador de David Bisbal o Juan Magan) y los canarios Choclock y Ellegas también tras el sonido, con la sorpresa final del Coro de la Orquesta Ciudad de Granada como colofón.
¿Ha muerto Dellafuente? Es la pregunta que se hacen desde que se liberara el disco en la pasada madrugara los fanáticos del cantante de música urbana de Armilla, que lo convirtieron en tendencia nacional en Twitter durante toda la noche. «Creo que hay que buscar un híbrido, entre darle al mercado algo interesante y que a la vez se coman lo que nosotros queremos decirles», se debate junto a su director creativo el propio cantante en la 'Intro' de su nuevo trabajo, con la que pretende «encaminar a la gente para que entienda» su mensaje. Dellafuente vuelve a cargarse de simbolismo muy inspirado, como en toda su carrera, por Federico García Lorca.
La música arranca en 'Descanso en Poder' con otra pregunta, esta formulada por su ídolo e inseparable Maka, cantante de Almanjáyar: «¿Cuántas veces hay que morir para uno vivir en paz?». Es el corte 'Toco el Cielo', la primera canción del disco, sobre un rápido ritmo algo house. Por esa senda semántica continúa Dellafuente con 'Yalo Yale', producido por El Guincho, uno de los sencillos previos a la publicación del disco que se acompañó de un vídeo que muestra a unas ratas –muy presentes en la iconografía del trabajo- bebiendo de una fuente en la que reposa un nenúfar.
El tono se vuelve más fúnebre en 'La Recomellía', un título puramente granadino, un tema en el que Dellafuente admite que ya tendría mucho más claro su camino de volver a nacer. «Está segura la herencia si muero, el niño ahora ya es padre», augura, aludiendo a su «rechazo» a las entrevistas en medios de comunicación porque «to' lo que es relevante» ya lo dice en sus canciones. El de Armilla vuelve a experimentar en 'Saturación', sin música instrumental y con su voz llevada al límite en la grabación, rogando empatía: «Si miraras con los ojos que yo veo, si sintieras lo que siento yo en mi pecho, comprenderías lo que pienso en mis adentros».
La colaboración de más renombre trabajo emerge en su sexto corte, con el pionero del género urbano portorriqueño Ñejo. Se trata de 'Palante y patrás', el tema más bailable del trabajo, reggaetón con palmas acerca de las relaciones de pareja. Bajo el mismo tono desenfadado, y con mucha frescura, aparece el dúo granadino Pepe : Vizio para colaborar en 'Flores pa' tu pelo', donde los tres artistas locales entremezclan perfectamente sus voces.
Dellafuente retoma la temática de su propia muerte musical, hasta hacerla evidente, en 'Libertad y Salud'. En este llega a aludir a su reciente proyecto 'Taifa Yallah' –del que anunció una continuación- bajo un sonido experimental que ha recordado al tema 'Highest in the Room' de Travis Scott. Esta canción se presentó junto a un videoclip animado a horas del estreno del disco. En las imágenes se muestra una fiesta, supuestamente motivada por el éxito del artista, en la que Dellafuente termina quemándose a lo bonzo a espaldas de sus indeseados huéspedes mientras cavila: «Tengo la culpa, fue mala idea, Dios me habla pero el diablo ronea».
El granadino se deja acompañar tras este punto de inflexión por Rels B, con quien ya colaboró en la celebrada 'Buenos genes' del último trabajo del rapero mallorquín, con la que enlaza su nueva colaboración. «Yo pa' la calle ya lancé cuarenta himnos, tú no te puedes olvidar de mí», sostienen entre ambos con la tranquilidad del deber cumplido.
Por último, Dellafuente se despide con 'Nubes', un epílogo en el que el artista echa la vista atrás hacia su trayectoria antes de pasar página –«qué bonito fue lo que tuve»-. El artista reitera constantes referencias a su 'harakiri' musical: «Si mañana me muero…», «Ta tó pagao' en el funeral», «No le lloren a ese muerto, porque ya lo enterraron». Echa el telón en esta etapa vital del artista el Coro de la Orquesta Ciudad de Granada, cuyas voces se grabaron en el Auditorio Manuel de Falla meses atrás: «Liberanza de prisiones, manantial de bendiciones, misericordia en tu poder, santo, santo en las nubes; esperanza de corazones, comprende a los pecadores, concédeme tus perdones, santo, santo en las nubes».
Esta última canción, uno de los sencillos previos a la publicación del disco, alumbró la portada de 'Descanso en Poder' con un templo flotante como icono que el equipo de comunicación del cantante granadino explicó como «un lugar de descanso y concentración donde abstraerse de todo lo que ocurre fuera, un lugar que invita a la meditación y la reflexión acerca de todo lo que ha ocurrido alrededor del artista hasta el día de hoy». El puzle visual que componen las imágenes que acompañan al disco y su portada fue creado bajo la producción y dirección de Bliss con la participación de Ignasi Monreal en la pintura y Enric Sant digitalizando y animando su obra.
¿Es el final de Dellafuente? La única respuesta cierta conecta con las reflexiones que el de Armilla ya compartió en el documental 'Mil Futuros' producido por Red Bull, grabado en los días que rodearon a su concierto junto a Raimundo Amador en la Plaza de las Pasiegas. «Nadie va a hacer nada nuevo en la música urbana, los ritmos y las métricas son los que son; me gustaría que se me recordara como alguien que hizo algo realmente importante, no como un cantante más dentro de una generación, de un sonido sobreexplotado. ¿Doy a la gente lo que realmente quiere o tiro para otro lado? Hay que explorar caminos nuevos; mis demonios interiores están explorando vías no tan comerciales».
Habrá que esperar para ver hacia dónde dirige su carrera musical Dellafuente, quien estrenó paternidad de forma reciente, pero este siempre ha remarcado su aspiración de trabajar junto a músicos e instrumentos reales. Sí es evidente que si pretendía matar a Dellafuente, ya lo ha conseguido. A lo bonzo. Ya es libre para hacer lo que quiera.
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