Magdalena Kozena | Cantante de ópera

«La música barroca hace disfrutar por igual al público y a quienes la hacemos»

–Suponemos que estará feliz de poder volver al Festival de Granada después de 16 años.

–Muchísimo. Adoro esa bella ciudad y la verdad es que llevaba mucho tiempo sin actuar aquí. Así que para mí es un bello lugar para volver.

–La primera vez que la vimos actuar, en Austria, la dirigía, precisamente, Andrea Marcon. ¿Qué supuso para usted encontrarse con él?

–Fue una increíble suerte. Llevamos dos décadas trabajando juntos. Y para ambos, ha sido una gran oportunidad de crecer, pienso. No sólo desde el punto de vista artístico, sino también desde el punto de vista humano. Hoy tenemos una amistad muy fuerte. He aprendido mucho de Andrea, de su capacidad para crear desde la libertad. Cada concierto que hacemos juntos es diferente, siempre increíble. Es como una fuente que nunca se agota, pura alegría. Para mí, cada cita es refrescante, y cada trabajo, una gran experiencia.

–El repertorio barroco estuvo enterrado durante muchos años. ¿Por qué cree que ha vuelto a la vida con tan inusitada fuerza?

–Pienso que la belleza está en todos los estilos musicales, desde la música antigua a la contemporánea. Y creo que la música barroca gusta tanto al público porque es muy espontánea, y hay diversas formas de abordarla. Cada músico le otorga un estilo, un sabor propio, en función de la ornamentación, de la improvisación, sin por ello desviarse del espíritu de cada obra. A quienes hacemos música barroca, esta diversidad nos parece particularmente excitante. También creo que la interpretación con instrumentos históricos ha otorgado un nuevo sonido a este periodo musical. El hecho es que el público disfruta, y nosotros también haciéndola.

–Esta noche, usted cantará varios números de 'Alcina', una obra emblemática dentro de su carrera operística.

–Sin duda, pero soy una cantante que no se ha centrado en un solo periodo de la música. He cantado barroco, la última vez que estuve en Granada en el Festival canté a Bártok, he hecho un disco con canciones de Cole Porter... Recuerdo otros papeles que me marcaron también, como la Cleopatra en el 'Julio César' de Handel con Minkowski. Alcina es uno de los papeles más hermosos del repertorio barroco, porque, más allá de lo musical, el propio personaje es muy interesante. Cada aria nos va revelando una dimensión distinta de su personalidad: la de una mujer que se enamora por primera vez, y la de una mujer herida por el engaño, que comprende sus errores y descubre que debe pagar por ellos.

–Para usted, ¿cantar al amor sigue siendo lo más bonito?

–Pienso que el amor es el punto central de nuestras vidas, que las cambia completamente. Es uno de los valores más reales de nuestra existencia. Sin amor, la vida no es tal. Nos da muchas alegrías –también algún mal momento–, pero es imprescindible.

–Siguiendo ese argumento, usted ha conseguido el equilibrio entre amor, vida familiar y carrera. ¿Se arrepiente de haber dejado escapar, quizá, alguna oportunidad por ello?

–Nunca. La carrera artística debe tomarse siempre con perspectiva, y entender qué es lo más importante en la vida. Hay quien dice que es imprescindible estar al cien por cien volcada en la carrera si no se quiere perder comba. Quien no tenga compromisos familiares o elija no tenerlos, tiene todo mi respeto, por supuesto, si quiere dedicar todo su tiempo a su carrera. Es cierto que la vida familiar requiere esfuerzo, que a veces me canso, como cualquiera, pero la felicidad que me ha proporcionado compensa, con creces, ese esfuerzo.

–Dice usted de sí misma que es una persona esencialmente curiosa. ¿Hacia dónde se dirige ahora esa curiosidad?

–Siempre, a conocer más música, y disfrutar haciéndolo. A seguir ampliando el repertorio, haciendo música barroca de distintos países. La francesa, por ejemplo, diferente de las otras. También me gusta mucho el jazz, me relaja, y me gusta analizar cómo cantan las intérpretes de jazz, explorar las posibilidades de sus voces.

–Hablando de músicas barrocas desconocidas, la española, que usted ha cantado, está entre ellas. ¿No cree usted que merece un mejor lugar en los repertorios internacionales?

–Por supuesto. El proyecto que hice en el Real con Antonio 'El Pipa', en el que mezclamos flamenco y música barroca, fue fantástico. Hay mucho repertorio español por reivindicar.