El mejor Bach en San Jerónimo, de la mano de la Accademia del Piaccere
José Antonio Lacárcel
Domingo, 9 de junio 2024, 20:58
Una vez más, hemos estado en la cita anual con los conciertos matutinos de los fines de semana y que tienen muchas veces como marco ... grandioso la bellísima iglesia del Monasterio de San Jerónimo. En la mañana del domingo día 9, hemos asistido a una nueva cita con la música y, en esta ocasión, con la excepcional obra del grandioso Bach. Ahí es nada. Por eso no nos ha extrañado el lleno espectacular que ha registrado la iglesia para escuchar a un grupo de incuestionable calidad, la Accademia del Piacere integrado por Johanna Rose, Christoph Urbanetz, Rami Alqhai, Javier Núñez y Fahmi Alqhai, que asume también la tarea de director del grupo.
Debemos tener presente la importancia que la reforma protestante tuvo en el desarrollo de la música occidental. De hecho, Martín Lutero pronto manifestó su amor por la música, que supo incardinarlo en el mundo religioso. Para ello utilizó diversos caminos, muchas veces componiendo él mismo unos temas relativamente sencillos pero a los que sabía añadir una adecuada ornamentación. Con textos en alemán surgen los grandes corales que van a tener una influencia decisiva en la liturgia de la Reforma y que darán pie a que los grandes compositores, los maestros de capilla, los organistas vayan edificando todo un colosal monumento musical que supone uno de los grandes avances en la música tal y como ahora la conocemos. Bach tiene un protagonismo excepcional y es ese un terreno donde él se encuentra feliz, donde puede realizar y desarrollar su excepcional talento. Los corales, en Bach, alcanzan lo que podemos calificar como sublime. No debe extrañarnos pues a su enorme capacidad creadora se une su profunda religiosidad, con lo que se llega a unos resultados que pienso no han sido superados. La magia del contrapunto, el arte de la fuga, todo un espléndido desarrollo de la teoría y de la técnica musical puestos al servicio de una profunda fé religiosa. Como más adelante Bruckner, y también Gounod , músicos de sólidas convicciones religiosas que saben reflejarlas en su música, que en realidad es un canto de alabanza al Altísimo.
Pues con estos mimbres hemos podido disfrutar del mejor Bach gracias a la muy competente actuación de a Accademia del Piacere. Una viola de gamba tenor, dos violas de gamba bajos, un órgano y quintón. Me quedo con la sobria y exquisita muestra de conocimiento de los recursos tímbricos de los instrumentos utilizados de forma sabia y adecuada. Y gracias a estos excelentes músicos hemos podido disfrutar de la capacidad creadora de Bach, como si asistiésemos a una excepcional clase donde el contrapunto y la fuga quedan explicados de manera práctica y llena de brillantez. Una vez más, un concierto matutino para no olvidar.
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