Mozart y Beethoven conquistan el Carlos V
José Antonio Lacárcel
Martes, 4 de julio 2023, 00:45
No cabe duda de que el público tiene pronta una mayor respuesta, una contestación sin la menor mácula, cuando el programa le llama de verdad ... la atención. Éxito seguro siempre será el programa donde aparezcan Beethoven, y Mozart, como grandes compositores pilares básicos de la historia de la música.
Y es lo que ocurrió en la cálida noche del domingo en el Palacio de Carlos V. El momento cumbre del sinfonismo de Mozart se daba la mano con el inicio –por decirlo así– de la producción sinfónica más personal de Beethoven. Combinación perfecta, tanto para el más entendido, como para el más profano en música. Ahí es nada, en un mismo programa la 'Sinfonía número 41, Júpiter', de Mozart y la 'Sinfonía número 3, Heroica', de Beethoven. Como intérpretes la Orchestre des Champs Elysées, y la dirección de su titular, el belga Philippe Herreweghe. Por eso no es de extrañar que el Palacio registrase un lleno histórico y que se pusiese el cartel de agotadas las localidades. Y sinceramente creo que mereció la pena y que el público no quedó defraudado ante el resultado del concierto.
Siempre es bien recibido Mozart. El eterno joven, uno de los más grandes y preclaros talentos de la historia, siempre gusta, siempre interesa. Su 'Sinfonía 41' es la última de su producción sinfónica y tiene un carácter enérgico, robusto, intenso. Está bien clara y definida su personalidad en el campo sinfónico y presente ese vigor alejado del sinfonismo de Haydn, aunque haya tantos puntos de contacto. Obra extraordinaria, perfecto compendio de lo mejor del clasicismo. Es más podríamos decir eso de «clasicismo eres tú». La versión que nos ofreció la Orquesta de los Campos Eliseos, me pareció buena, bien ejecutada pero –es mi opinión personal– creo que le faltó algo de fuerza, algo de intensidad. Muy bien expuesta, muy bien interpretada pero sin llegar a «recrear» la obra de Mozart. Versión muy académica, como muy contenida, pero que sirvió para calibrar la buena disposición de una orquesta puramente clásica y un director que siempre supo transmitirnos un Mozart contenido, elegante, pero al que a mí me hubiera gustado con un poco más de intensidad. Pero claro, la versión desde un punto de vista técnico fue irreprochable, aunque nosotros pensemos que Mozart puede ser mucho más polivalente.
La 'Tercera Heroica' de Beethoven es el punto de partida de un nuevo concepto sinfónico. Maravillosa, desde su inicio, impresionante en la marcha fúnebre, con un scherzo- ya no hay minueto- y un final que es uno de los más hermosos y logrados de la música sinfónica, al menos para el que esto escribe. Versión afortunada. Un Herrewghe muy comprometido con la pureza interpretativa. Una orquesta que sonó muy bien, a pesar de que a algunos puede chocar el empleo de instrumentos de época. Tuvimos acceso a un gran Beethoven, el Beethoven que llevó a cabo el estreno vienés. Éxito merecido por una versión académica y muy respetuosa con la partitura. Por eso sonaron los aplausos y los bravos como punto final de la velada.
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