La jonda singularidad de El Pele
Festival de Música y Danza ·
Jorge Fernández Bustos
Domingo, 30 de junio 2024, 00:22
El viernes, en el Auditorio Municipal La Chumbera, para el Festival de Música y Danza de este año, nos encontramos a un artista singular, orgulloso ... de su heterodoxia, agradecido con su público y, a estas alturas, a sus setenta años, un cantaor entrañable, capaz de emocionar a los pocos minutos de pisar el escenario. Manuel Moreno 'el Pele' llegó dispuesto a hacer un concierto a medida, a darlo todo, a adaptar su paso a las demandas del momento.
Por eso, tenía claro cómo empezar, pero no muy bien cómo proseguir y, ni mucho menos, cómo acabar; el ambiente le marcaría los ritmos, en un recital que dio en llamarse 'Puro y salvaje'. Un título bien traído: 'puro', porque es de los últimos mohicanos; 'salvaje' por su estilo libre, que, como reza el programa de mano, «es un icono del cante tradicional más heterodoxo». El Pele no se adapta al cante, sino que acomoda el cante a sus formas, a su tesitura, a su sentimiento (¿y qué es el cante si no es eso?).
Manuel, con la Alhambra como telón de fondo, se quiso acordar en un principio de Enrique Morente («mi compañero, mi amigo»), con una letrilla por granaínas, que pronto fueron milongas, dedicadas a Granada, y culminó con unos generosos jaleos y un guiño a la 'Elegía' de Miguel Hernández, concluyendo así el homenaje.
En segundo lugar propuso la malagueña de la Trini y para las de la Peñaranda entró a destiempo; cantes que abandoló con fandangos de Lucena y con los de Frasquito, como brindándole a la Alhambra, que se alzaba a sus espaldas: «Porque me gusta de oír la campana de la Vela cuando me voy a dormir».
El cantaor cordobés, con su cuadro habitual (Niño Seve a la guitarra; Emilio Martín al violín; y José Moreno y Edu Gómez a las palmas), anunció las alegrías como «un salmorejo que yo hago»; unas alegrías que remató a boca de escenario, sin megafonía (que no le hacía falta) y recordando de nuevo a Enrique, con ese 'Marinero en tierra' de Alberti.
'Los amantes' (que él dudó si no se llamaba 'El jinete'), son unas bulerías que grabó con Vicente Amigo en su disco 'Canto', de 2003; que derivaron con un poquito de cuplé y sendos guiños a Camarón y Enrique Montoya y remató con unos fandangos que escribió a su nieto. Antes de la soleá, que brindó al doctor Gallardo, presente en la sala, vindicó la creatividad de la juventud, «que vienen empujando fuerte». Una gran soleá, muy suya, que superó con 'Dime Ana', una hermosa canción escrita por el abuelo de Dorantes, que también grabó Morente.
Al reclamarlo, múltiples aplausos a compás, aun quiso regalar los tangos 'Vengo del moro', que rescató en su tiempo de la familia Fernández de Íllora, y remató con un simpático bailecito.
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