Un Haendel lleno de fuerza con Europa Galante en el Carlos V
El conjunto italiano, liderado por Fabio Biondi, ejecuta 'El triunfo del tiempo y el desengaño' acompañado de unas voces solistas notables
José Antonio Muñoz
Granada
Sábado, 25 de junio 2022, 00:59
'El triunfo del tiempo y del desengaño' (o de la desilusión) es una alegoría sobre lo pasajero de la vanidad y sus tentaciones. Y ... anoche el violinista italiano Fabio Biondi, acompañado por su grupo, Europa Galante, pudo presumir, aunque no es su estilo, de haber conseguido un triunfo inapelable en la ejecución de la obra de Haendel en el Palacio de Carlos V. Desde su posición de concertino–director, llevó con mano firme en todo momento un concierto que llenó prácticamente el patio alhambreño. Biondi y su grupo optaron por una versión casi de concierto de este oratorio, en lugar de otras puramente semiescénicas, como la reciente de René Jacobs. La sobreimpresión de la letra –en el original italiano y en español– en la parte baja de la balaustrada ayudó al público, además, a seguir el desarrollo de la obra. La orquesta del siciliano ha hecho esto mismo en muchas ocasiones y se nota, y ni los imponderables de las conexiones aeroportuarias hicieron mella en el resultado final.
Muy concentrados desde el principio los cuatro cantantes: espléndida Marie Lys, vestida en tonos berenjena, en la a veces vertiginosa aria da capo 'Un pensiero nemico in pace'. Profundo el tenor Francesco Marsiglia, de negro, sentencioso y claro en la interpretación de 'Nasce l'uomo ma nasce bambino'. Por su parte, la mezzosoprano Vivica Genaux, también de negro, coqueta e incitadora en sus arias como Placer, y con un fraseo notable la contralto italiana Sonia Prina, con chaqueta plata, como Desengaño, un papel que a veces interpretan contratenores, ejerciendo el contrapunto casi amargo en arias como 'Crede l'uomo ch'egli riposi'. Y según la costumbre de Haendel, sometida esta última a los aprietos en los que gustaba colocar a estas tesituras vocales, siempre en pro del espectáculo.
Esta obra tiene varias 'pièces de resistance' y una de ellas es, sin duda, la sonata que divide en dos la primera parte, una pieza deliciosa en que el órgano tiene que poner toda la carne en el asador por el vertiginoso 'tempo' de las notas que debe interpretar. Es uno de los 'termómetros' que sirven para medir el estado de forma de la orquesta. Y la sonata que anoche pudimos oír en el Carlos V tuvo todos los ingredientes de una mágica interpretación. De Europa Galante se pueden decir muchas cosas, y de ellas no es la menos importante que es un grupo que echa un buen chorro de aceite de oliva a la frialdad con que el repertorio italiano de Haendel se interpreta en otros foros. Un gran disfrute.
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