El Festival de Cante Jondo arrancó con una petición de ayuda al Ayuntamiento
En el documento de solicitud, firmado en 1921, se refleja lo que significaba este arte para el grupo de intelectuales organizadores
Antonio martín moreno
Lunes, 3 de enero 2022, 00:44
El 31 de diciembre de 1921 Manuel de Falla y Federico García Lorca hacen la solicitud de ayuda al Ayuntamiento de Granada para la organización ... del Concurso de Cante Jondo. En el texto se refleja el espíritu y valoración de lo que para el importante grupo de intelectuales firmantes de la solicitud, tanto granadinos como del resto del país, significaba el Cante Jondo. A lo largo de 1922 se sucederán las peripecias sobre este proyecto y las críticas al mismo, capitaneadas por Francisco de Paula Valladar, Cronista Oficial de la Ciudad, que veía en su planteamiento el peligro de potenciar la falsa imagen de la España de charanga y pandereta, que diría Antonio Machado, en una reacción paralela a la que tuvo el mismísimo Franz Liszt en su contra por su defensa de la música de los gitanos de Hungría, definiéndola como nacional húngara, y ejemplificada en sus Rapsodias húngaras. Pero comencemos por la solicitud del 31 de diciembre de 1921.
«Al Excelentísimo Ayuntamiento de Granada: Un grupo de artistas amigos e íntimos de cuantos suscriben el presente documento, pero que en todo trámite oficial y en general ante el gran público, quieren, por distintas discretas razones, permanecer en el anónimo, ante esa Excma. Corporación
EXPONEN: Que el alto ejemplo ofrecido por las más cultas nacionalidades de Europa, preocupadas en investigar los orígenes de su arte musical, ha tiempo despertó en algunos artistas y eruditos la idea de llevar a cabo en España un trabajo semejante; que nosotros, en la medida de nuestras fuerzas, nos propusimos colaborar en esta empresa y que el resultado de nuestros estudios hoy ha llegado a superar nuestras primeras intenciones. Pues no solamente hallamos el germen inicial de una parte importantísima de nuestra lírica en los llamados cantos populares andaluces, sino que éstos, y singularmente el cante Jondo (siguiriyas, cañas, polos y soleares) se filtran y difunden desde hace muchos años por toda Europa y han ejercido, sin que de ello nos diésemos exacta cuenta, notoria influencia sobre esas modernas escuelas francesa y rusa que, por su revolucionarismo, tan distantes de nosotros creíamos.
Es claro que en los términos de esta sucinta exposición no caben demostraciones; artículos, estudios y folletos sobre dicho tema serán publicados a su debido tiempo.
Ahora bien, si a pesar de todo se acepta como bueno lo que, muy a la ligera, va esbozado, se comprenderá la importancia enorme de nuestro cante jondo, cuya originalidad insospechada se revela ahora como única en el mundo.
Pero al mismo tiempo que le asignamos este valor tan alto, el vulgo de los españoles se aparta con desprecio de él como de algo pecaminoso y emponzoñado. Y es por esta actitud de perversión estética por lo que se prefiere la «cupletista» al «cantaor»; y por esto, que de seguir así, al cabo de pocos años no habrá quien cante y el cante jondo morirá sin que humanamente sea posible resucitarle.
Permítasenos una aclaración sobre este último extremo, que debe interpretarse literalmente. Técnicamente es imposible hacer la notación musical de estos cantos, y por lo tanto no pueden archivarse, en ningún documento, con la esperanza de ser desenterrados un buen día en el transcurso de los tiempos; si la continuidad de los «cantaores» se interrumpe, se interrumpirá para siempre el «cante».
Fundamentalmente por esto, en evitación de este gran peligro, hemos querido organizar en Granada un gran Concurso de 'Cante Jondo' que promueva mediante estímulos de todas clases, un despertar de nuestras tradiciones líricas. En este sentido han de ir encaminados nuestros esfuerzos: al pueblo nos hemos de dirigir y por el pueblo lo hacemos todo.
Estableceremos en distintas ciudades andaluzas unas a manera de escuelas o academias donde durante cuatro o cinco meses los viejos «cantaores» de mayor prestigio inicien a los jóvenes en aquellos antiquísimos cantos.
Después realizaremos una activa propaganda mediante conferencias en Madrid, Sevilla y toda Andalucía, publicación de artículos en los mejores diarios y revistas nacionales y extranjeros, y cuando se nos opongan personas de roma sensibilidad, que no vean en este acto más que la realización de una «fantástica juerga» pondremos todo nuestro interés en convertirlas o convencerlas.
Granada, pues, que según las más serias investigaciones fue cuna de estos cantos, adquirirá ante el mundo, con motivo de esta fiesta, formidable prestigio.
Artistas de todas partes peregrinarán hacia ella y todos los sacrificios que ahora realicemos serán pródigamente recompensados.
Por esto, por el tesoro espiritual de nuestra ciudad, por el bien material que habrá de reportarle –jamás otra alguna hallará sugestión análoga para el turista–, porque Conciertos en Carlos V, carreras de caballos, exposiciones y corridas de toros, pueden competir en modo alguno con esta fiesta, única, que se prepara.
SOLICITAMOS de ese Exmo. Ayuntamiento nos preste su concurso, incluyendo en el presupuesto que en breve ha de confeccionarse para el año próximo, una partida especial destinada al fin que nos proponemos. Llegada que sea la fecha de librar la cantidad que ahora se consigne, el Centro Artístico de Granada será el encargado de recibirla y administrarla.
Que la cifra presupuestada no sea inferior a doce mil pesetas, las cuales servirán de base para nuestro programa, independientemente de toda otra cantidad que podamos arbitrar por donativos de particulares y entidades.
Es evidente la insignificancia de nuestra petición, dada la importancia del acto que nos proponemos realizar, mas la escasez de medios económicos será suplida con exceso, por la colaboración directa y personal de los firmantes de este pliego.
Esta fiesta tendrá lugar coincidiendo con las próximas del Corpus Christi, y por escenario la placeta de San Nicolás, cuya decoración dirigirá el gran pintor español Ignacio Zuolaga.
Granada, 31 de diciembre 1921.
Por el Centro Artístico y Literario.- El presidente, A. Ortega Molina.- El Secretario, Francisco Vergara.- Vocal de Música, Eduardo Alcalde. Por la Sociedad Nacional de Música, Miguel Salvador, Pte.; Manuel de Falla, Joaquín Turina, Tomás Borrás, Fernando G. Vela, Óscar Esplá, Enrique Díaz Canedo, Juan Ramón Jiménez, J. Gómez Ocerín, Alfonso Reyes, José María Rodríguez Acosta, José Ruiz de Almodóvar, Manuel Ángeles Ortiz, Bartolomé Pérez Casas, Ramón Pérez de Ayala, Adolfo Salazar, Conrado del Campo, María Rodrigo, Enrique Fernández Arbós, Carlos Bosch, Pura Lago, Aga Lahowska, Federico García Lorca, Pablo Loyzaga, Fernando de los Ríos, Hermenegildo Giner de los Ríos, Manuel Jofré, Enrique Sánchez Molina.»
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