Fernández-Miranda y Chicote 'destapan' 20 años de historia oculta en el Aula de Cultura de IDEAL
Los autores del libro 'El jefe de los espías' sobre Manglano, director del CESID entre 1981 y 1995, desgranaron los entresijos de su obra
José Antonio Muñoz
Granada
Miércoles, 26 de enero 2022, 00:24
El Aula de Cultura de IDEAL, que patrocina Fundación 'la Caixa', se abrió ayer para escuchar a dos periodistas de raza, Juan Fernández-Miranda y ... Javier Chicote, adjunto al director y jefe del Área de Investigación, respectivamente, del diario ABC. Bajo el brazo, traían 'El jefe de los espías' (Roca Editorial), su nuevo trabajo, una auténtica bomba editorial en la que desgranan e interpretan las notas privadas del general Emilio Alonso Manglano, quien fuera jefe del Centro Superior de Investigación de la Defensa (CESID) entre 1981 y 1995, los años claves para entender la situación política, social y económica que vivimos en este 2022. De aquellos polvos, estos lodos, como se suele decir.
Sin duda, el material con el que trabajaron ambos, nueve cajas llenas de notas del general Manglano, constituye un corpus documental de primer orden. Eduardo Peralta, director de IDEAL, añadió tras presentarles a ambos que los autores «no solo se han ceñido a estas notas, sino que han corroborado con numerosas fuentes los hechos que en el libro se narran».
El archivo de Emilio Alonso Manglano es «el libro de su vida, ya que comenzó a tomar notas en su adolescencia», como afirmó Juan Fernández-Miranda. Los autores quisieron, y consiguieron contextualizar cada nota, con el fin de que tanto quienes vivieron aquel momento como las generaciones posteriores pudieran entender los hechos narrados. Como aseguró Javier Chicote, «nos hemos complementado muy bien, porque Juan conocía la época de la Transición por haber escrito antes sobre ella, y yo había seguido los casos de corrupción desde la época del felipismo».
La génesis de 'El jefe de los espías' fue compleja, ya que los archivos de Manglano demostraron ser lo que parecían, es decir, pura dinamita informativa. «Pensábamos que el Servicio de Inteligencia podía entrar en nuestra casa y llevarse los papeles, así que trabajamos en absoluto secreto, en fines de semana y vacaciones. Solo nuestras mujeres y nosotros sabíamos que teníamos este material entre manos».
La monarquía
A la pregunta de si las informaciones que aparecen en el libro pueden afectar al futuro de la monarquía, Juan Fernández-Miranda aseguró que «en este momento no, pero es cierto que Felipe VI tiene claro que la ejemplaridad debe regir su actuación». Manglano fue consejero del rey Juan Carlos en momentos claves, desde una posición de fidelidad a la monarquía que se remontaba a los tiempos de Don Juan y Estoril, y el libro pone de manifiesto el gran papel del monarca emérito en algunos de los momentos más delicados de nuestra historia reciente.
A Manglano le tocó también lidiar con varias intentonas de golpe de Estado que se produjeron tras el fallido del 23-F, y organizar prácticamente desde cero un servicio secreto moderno, homologable con el de nuestros vecinos europeos. Tanto fue así que con él, como afirmó Javier Chicote, «la política exterior española y nuestro papel en el contexto internacional alcanzaron su cénit durante su mandato al frente del CESID. Hoy se le sigue reconociendo como el fundador de la inteligencia española».
Fernández-Miranda dibujó un perfil comportamental de Manglano en el que primó siempre su apuesta por el diálogo, «con los buenos y con los malos». Por ello, tuvo relación tanto con las autoridades como con terroristas hoy encerrados en cárceles estadounidenses. «En los pasillos de un servicio de inteligencia no hay flores ni unicornios; hay asuntos muy feos, que huelen muy mal», aseguró.
Personajes de nuestra historia reciente como Javier de la Rosa, Mariano Rubio o Mario Conde desfilan por un volumen que definieron como «la cara B de la historia de España». Tras estudiar sus archivos, los autores llegaron a la conclusión de que la actuación de Manglano había sido recta, guiada por una moral muy marcada, y siempre puso el bien del Estado por encima de todo. Ello incluyó, como recordó Javier Chicote, «tragarse algunos sapos importantes». Su actuación con respecto al rey Juan Carlos, con quien tuvo máxima confianza, fue siempre de lealtad, y el libro desvela algunos episodios, como la posibilidad de que el rey abdicara en 1997, que lo convierten en un documento periodístico de primer orden.
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