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El futbolín, una de las máquinas de 'Recreativos Federico'. J. A. M.
Federico García Lorca, en la sala de billares del barrio

Federico, en la sala de billares del barrio

El Centro Lorca muestra una colección de máquinas inspiradas en el poeta, bajo el título 'Recreativos Federico'

José Antonio Muñoz

GRANADA

Viernes, 27 de septiembre 2019, 01:29

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El alma juguetona de Federico García Lorca está presente en muchos de sus escritos. Su sentido jocoso de la vida, el quitarle hierro a los problemas propio de su primera juventud, corrió paralelo a la dimensión trágica que emana de muchas de sus obras de madurez. Al encuentro de ese poeta desenfadado va la exposición que hoy inaugura el Centro Lorca: 'Recreativos Federico', una instalación del cómico, actor, 'performer'… artista en definitiva, Álex Peña. Una muestra que ofrece exactamente lo que promete: máquinas recreativas de esas de sala de barrio inspiradas en el universo del poeta fuenterino.

Es, como afirma la gerente del Centro Lorca, Sara Navarro, «el contrapunto a la exposición 'Jardín deshecho', que inauguramos hace unos días». En el acto de hoy –la puesta de largo está prevista a las 20.00 horas– se podrá ver y tocar por primera vez en el Auditorio del Centro un conjunto de siete máquinas que el observador avezado encontrará desternillantes y el joven que se acerque por primera vez al edificio de la plaza de la Romanilla para verlas disfrutará, sin duda. Luego, el objetivo es diseminarlas por los pasillos, ofreciendo un atractivo más que se suma a las propias instalaciones o a la mencionada exposición 'seria' en torno al poeta y el amor.

Afirma Peña que los siete objetos que integran la muestra son «una pieza de contexto, interactiva y de gran presencia plástica y sonora, que reflexiona sobre la apropiación popular de los iconos artísticos, políticos y sociales del legado histórico-artístico de una comunidad. Cuando el legado artístico se convierte en 'souvenir', la literatura dramática se torna en juego».

Fiel a su trayectoria, Álex Peña llena de dobles sentidos sus creaciones, que de lejos tienen el aspecto de divertimentos simples de una sala de billares, pero que cuando el visitante se acerca le ofrecen mil guiños. Por poner un ejemplo, el más conocido de los juegos, el futbolín, ha tomado prestado el universo de 'Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín'. Así, en uno de los equipos el atuendo es el del enamorado galán otoñal, mientras que en el otro es el de la joven y esquiva esposa a la fuerza. Ambos se enfrentan con una pelota en un campo de juego que es el propio jardín donde se desarrolla parte de la trama de esta obra dramática breve lorquiana. Llaman la atención detalles como el escudo que aparece en el futbolín –una pelota sustentada por unos cuernos–, que propina un codazo cómplice a los conocedores de la trama.

Ninguneo a martillazos

Otro de los atractivos de la exposición es la máquina de 'martillo loco' que tiene como protagonistas a las mujeres de la Generación del 27, conocidas popularmente como 'Las Sinsombrero'. En la pantalla que acompaña el juego, aparecen historias de autoras como Concha Méndez, Maruja Mallo, Ernestina de Champourcín o María Zambrano, y los jugadores pueden ningunearlas a su gusto cuando apenas están asomando la cabeza e iniciando su carrera literaria, utilizando para ello un martillo en forma de sombrero masculino. La antítesis de aquel acto que protagonizaron la propia Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y el propio Federico García Lorca en la puerta del Sol cuando se quitaron el sombrero en público, reclamando visibilidad para la obra de este grupo de mujeres.

Dalí es, precisamente, el protagonista de otra de las máquinas recreativas, una de las más entrañables. Federico acude a visitar a su amigo a Cadaqués y acaba siendo víctima de los proyectiles que le arroja una airada Gala, saboteando la cita. El invento responde al nombre de 'Space Invaders Lorca vs. Dalí', y ofrece una visión jocosa de una relación que tuvo mucho de trágica.

La capacidad histriónica de Peña se manifiesta también en la máquina expendedora de preservativos de color morado y con forma de Torre Eiffel llamada 'Yerma, la nuit'. La infertilidad de Yerma se convierte, de este modo, en una elección, y a la particular máquina se une la acariciadora voz de la cantaora flamenca Rocío Márquez, que recibe al consumidor de profilácticos.

Siempre toca

Las máquinas no son 'de pega', sino de verdad. En la de los premios cogidos con tenazas la protagonista es Bernarda Alba. Hay que pagar para usarla, por supuesto. Pero en lugar de 'quedarse' con el jugador a base de untar las pinzas con un aceite que hace que los premios resbalen entre los dedos, en este caso hay hasta 80 oportunidades para llevarse, por ejemplo, un bote con el perfume de Pepe El Romano ('Pepe Le Romain', divertidísimo guiño al pretendido 'charme' francés), el rosario de Bernarda o la peineta de Adela.

La muestra se trasladará a partir del 15 de noviembre al Teatro de la Abadía de Madrid, y luego al Prat de Llobregat y al Teatro Central de Sevilla. Para Sara Navarro, «el objetivo es atraer nuevos públicos, que los jóvenes y las familias puedan conocer el Centro y sentirlo como algo cercano, no solo un foro para el estudio y la investigación». Con estas iniciativas, es posible.

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