«Me siento un privilegiado por el cariño del público»
David Fandila 'El Fandi' | Matador de toros ·
«No me podía imaginar llegar a veinte años como matador con el ritmo, la frescura y las ganas de hacer cosas que tengo»maría dolores martínez
Granada
Miércoles, 30 de octubre 2019, 01:53
David Fandila 'El Fandi' mejora a pasos agigantados de su reciente operación en el escafoides de la mano derecha tras una temporada cuyo balance califica ... de «muy positivo». Ahora disfruta de la tranquilidad de su finca jienense y de su gran pasión por el campo con la vista y la ilusión puestas en sus inminentes compromisos americanos pero más aún, si cabe, en la próxima campaña española, en la que celebrará otra importante efeméride en su carrera, la de su vigésimo aniversario como matador de toros.
–¿Cómo se encuentra de su operación de escafoides?
–Fenomenal. Empezando a hacer cosas ya con la muñeca.
–Seguro que no se ha privado de coger el capote o la muleta…
–Ganas me han entrado pero la verdad es que no los he cogido todavía. Esta semana la he dedicado a estar tranquilo en el campo, a sembrar y a hacer tareas en casa, pero la que viene empezaré con la rutina del día a día.
–¿Cuesta frenar y habituarse a la tranquilidad cuando se lleva un ritmo tan fuerte?
–No he notado el cambio, la verdad, porque no paro en todo el día. La única diferencia es que ahora he dejado a un lado las horas de entrenamiento, el toreo de salón y banderillear el carro.
–¿Le ha dado tiempo a pensar y hacer balance de la temporada?
–Por desgracia me dio mucho tiempo este verano por la lesión que tuve en el gemelo, que me dejó parado en agosto quince días. El balance es muy positivo pero el momento en que se produjo la lesión me quitó de un montón de ferias que me encantaban y perdí entre doce y catorce corridas del grueso de la temporada, desde mitad de agosto a principios de septiembre. Estoy súper contento con el resultado artístico porque el circuito de ferias lo he defendido aún mejor que otros años. Y ese resultado también ha sido bastante bueno en plazas de primera. Las sensaciones personales y profesionales son muy positivas pero da rabia porque si uno pierde en agosto parte de la temporada, al final no suena igual. De no haber sido así, hubiéramos quedado en el escalafón en un puesto muy apetecible.
–El primero, en base a los números.
–Según los números sí, pero como bien dice el refrán, unos se anuncian y otros la torean y hasta que no llega octubre de lo previsto a lo hecho hay un margen bastante amplio.
«Ojalá saliera un compañero en Granada con interés, que llevara gente a la plaza»
–Arrancó muy fuerte su temporada. ¿Valencia y Sevilla marcan ya las distancias?
–Y Castellón. Fue una de las tardes más importantes para mí, tanto personal como profesionalmente, por el cartel, por la feria y por cómo surgió todo. En Valencia también corté una oreja de peso y en Sevilla parece que cuando pasan cosas, aunque no sean triunfos redondos, suenan más de cara a la gente y a la prensa.
–¿Qué me dice de Madrid?
–Contento porque fue una tarde bonita por cómo es Madrid. Por sentir esa presión y esa exigencia. También por cómo la plaza se volcó conmigo en ese último toro y como respetó y aguantó en silencio el tercio de banderillas. La pena es que duró muy poquito el toro, pero me sirvió mucho lo vivido, sobre todo a nivel personal, porque marcó un antes y un después de lo que tiene que ser El Fandi en Madrid.
–El toreo que exhibió en Granada , ¿está en la línea de lo que sueña?
–Por momentos sí se apuntaron cosas, sobre todo con el segundo toro, donde hubo muletazos sueltos, pero duró demasiado poco. Busco profundizar mucho más tanto en variedad como en solidez y disfrutar. Falta completar esa obra que estoy buscando y con la que trabajo día a día.
–En Santander es reconocido con el trofeo al torero más apreciado por la afición. ¿Se siente querido por el público en general?
–A él le debo casi veinte años de carrera. Gracias a Dios me siento un privilegiado en ese aspecto. Este año Santander lo ha reconocido así, pero eso ocurre en muchísimas plazas. Granada es mi casa pero en Sevilla me han tratado siempre con sensibilidad y respeto y eso me llena. En Castellón, Alicante, León, Burgos, Roquetas, Murcia… siento la misma presión de querer agradar y estar bien que siento en Granada, de devolverles todo lo que me dan porque los llevo en el corazón. Eso hace que todos los días salga con la misma ilusión, las mismas ganas y queriendo mejorar porque son ellos los que dan me dan esa fuerza.
«Estoy súper contento con esta temporada, el circuito de ferias lo he defendido aún mejor que otros años»
–¿La crítica lo quiere igual?
–Bueno… últimamente parece que un poquito más. Supongo que en las carreras de todos los toreros hay momentos en que los que se exige, se critica o se alaba. Va por épocas. Lo importante es saber lo que uno busca, tratar de ser fiel a uno mismo y, sobre todo, a la gente, que es la que te mantienen vivo en esta profesión. A partir de ahí ojalá que las criticas valoren muchas cosas que sí que pasan y, lógicamente, cuando uno no está bien que lo digan también, que para eso están. A veces es un baremo un poco complicado de asimilar porque estás regular y te ponen bien y estás bien y te ponen regular.
–¿La cicatería presidencial se ha convertido también en un toro muy difícil de lidiar?
–Hay momentos en que te da igual porque no es cosa tuya, sabes que la gente ha estado contigo y se queda con lo que has hecho. Da coraje porque es una minoría que hace muchísimo daño. Hay orejas que un presidente te las da o te las quita según su criterio y no saben lo importante que pueden ser en la carrera de un torero y en momentos concretos. La primera oreja es del público y hay peticiones que son más que unánimes, pero algunos presidentes creen saber más que nadie. En mi caso los números sí que son muy importantes y ha habido ciertas orejas negadas que me han hecho muchísimo daño.
–Otro daño importante a la Fiesta viene de los antisistema y de ciertos políticos. ¿Cómo vive eso?
–Con indignación, pero con la mente y las miras puestas en el horizonte. Trabajando en el camino en el que vamos todos, tanto la Fundación del Toro de Lidia, como los toreros y la afición, nuestra causa tiene que llegar a buen puerto. Quiero ser optimista de que hay cosas que van a mejorar mucho.
–Un gran logro ha sido este año el regreso de los toros al Coliseo Balear, donde resultó ser el gran triunfador de esa tarde histórica.
–Fue una tarde bonita, aparte del cartel, que era más que redondo por cómo lo vivió la gente que estaba en la plaza, con esas ganas de toros y con ese entradón. Por eso te das cuenta de que las cosas tienen que llegar a la lógica y que el nuestro es un espectáculo al que debe ir quien quiera. La educación, el respeto y la democracia no están en prohibir. Muchos políticos, partidos y ayuntamientos se empeñan en centrarse en esto teniendo muchas cosas de las que ocuparse y preocuparse para el bien común de España.
–¿Qué otras tardes o momentos de esta temporada le llenaron?
–Alicante fue una tarde importante para mí. Las dos orejas del primer toro en Huesca también me valieron muchísimo. Estaba en un momento en que me sentía muy bien hasta que en el segundo toro tuve la lesión. En León y Valladolid disfruté una barbaridad y en Ejea de los Caballeros toreé a placer un toro con la mano izquierda. También me quedo con la acogida de la gente en Santander y cómo pidieron la segunda oreja. Y la primera que corté en Zaragoza en el mes de abril, que fue importantísima.
–No parece fácil que salga un nuevo 'Fandi' en Granada. ¿Qué cree que hace falta?
–El que venga detrás, que arree. No me han regalado nada ni en Granada ni en ningún sitio. Todo ha sido a base de constancia, dedicación, esfuerzo, de mejorar día a día e ilusionar a la gente. Ojalá saliera un compañero en Granada con interés, que llevara gente a la plaza y pudiéramos hacer cosas diferentes. A mí me gustaría, no sólo como profesional, sino también como aficionado que alguien más estuviera en todas las ferias.
–Este año cumplirá su vigésimo temporada como matador de toros. ¿En qué punto se encuentra personal y profesionalmente?
–Personalmente muy bien porque estoy muy contento con mi entorno y con todo lo conseguido. Y profesionalmente no me podía imaginar llegar a estos veinte años con ese ritmo, con la frescura y con las ganas de hacer cosas que tengo. Estoy deseando que llegue el mes de febrero para estar con las pilas a tope.
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