Una estrategia de liderazgo
Ha creado una estrategia cuidadosamente diseñada para comunicar confianza, autoridad y cercanía
María Francés
Martes, 5 de noviembre 2024, 00:32
Desde su irrupción en la campaña de 2020, la vicepresidenta Kamala Harris ha hecho más que simplemente aparecer en la escena política estadounidense. Su estilo ... ha evolucionado más allá de las tendencias de moda, ha creado una estrategia cuidadosamente diseñada para comunicar confianza, autoridad y cercanía. Como consultora de imagen y comunicación política, observo en Harris un ejemplo de cómo la imagen no es sólo un accesorio en el ámbito político, sino una herramienta de comunicación con sus propios mensajes y significados.
De la campaña de 2020
Una imagen de confianza y accesibilidad
En 2020, Harris era una figura nueva para gran parte del electorado estadounidense. Su estilo en la campaña era directo y funcional, enfocado en proyectar cercanía y una conexión auténtica con el público. Trajes pantalón en tonos neutros, con cortes sencillos pero pulidos, fueron la elección estratégica de su equipo de imagen. Sin embargo, fue el detalle de sus Converse Chuck Taylor lo que realmente capturó la atención del electorado: un toque casual en medio de la formalidad que mostró un lado cercano y accesible de Harris, haciéndola ver como 'una de nosotros'.
La elección de colores también fue parte de su estrategia. En eventos importantes, Harris optó por colores simbólicos, como el blanco y el morado, asociados al movimiento sufragista y a la igualdad. Estos detalles de color la posicionaron como una figura de cambio, pero sin perder su mensaje de estabilidad y unidad. En política, un color puede ser un acto de comunicación tan importante como un discurso, y Harris entendió bien este juego desde el inicio.
Transición a la Vicepresidencia
De la Cercanía a la Autoridad
La victoria de Harris significó algo más que un cambio de cargo. En su papel como vicepresidenta, su imagen debía proyectar una autoridad acorde con su nuevo rol en la política mundial. Su estilo evolucionó hacia una formalidad más estructurada y calculada. Los trajes comenzaron a presentar cortes más definidos y materiales de mayor calidad, como lana y otras mezclas de alta gama que proyectan profesionalismo y estabilidad.
En lugar de los colores vivos y tonos claros de la campaña, Harris comenzó a optar por una paleta más oscura y conservadora, con predominio de azul marino, gris y negro, colores que en comunicación política suelen simbolizar seriedad y seguridad. Sus elecciones de accesorios también cambiaron: ahora predomina la joyería discreta y de alta calidad, como pequeños pendientes y collares de perlas. La discreción en sus accesorios y su maquillaje natural reflejan una imagen de profesionalismo y competencia, enviando un mensaje claro al público y a los líderes internacionales.
Esta transición es una lección importante para cualquier figura pública: en política, la imagen debe evolucionar y adaptarse al contexto, a los objetivos y a las expectativas del cargo. Harris muestra que, en el entorno político, la forma en que una persona se presenta en público debe ser tan cuidadosa como las palabras que pronuncia, ya que os recuerdo que sólo el 7% de los que decimos con la palabra, el resto lo decimos con nuestro tono de voz (38%) y nuestro lenguaje corporal (55%), donde toma mucha fuerza la imagen.
2024
El 'Power Dressing' como Estrategia de Consolidación
En los últimos tiempos, Harris se ha preparado para enfrentar el escenario electoral de 2024, y su estilo ha tomado un giro hacia el 'power dressing', un enfoque donde los trajes completos y estructurados en colores oscuros proyectan no solo autoridad, sino también una identidad de liderazgo consolidada. Este cambio refleja una estrategia calculada: en un contexto político tenso y polarizado, los líderes necesitan proyectar seguridad y control. La imagen de Harris de hoy ya no se limita a la proximidad; busca comunicar experiencia y un sentido de estabilidad ante el cambio.
Sin embargo, Harris no ha dejado de lado completamente los elementos de accesibilidad. El hecho de que mantenga un maquillaje natural y un peinado sencillo refuerza la autenticidad que la caracterizó desde sus inicios. Al conservar esta base de autenticidad, su imagen logra un equilibrio entre cercanía y autoridad, un recurso fundamental en tiempos en que el electorado busca figuras de referencia que parezcan genuinas pero fuertes.
Diplomacia internacional
En su papel actual, Harris ha tenido que adaptarse a la diplomacia internacional, donde la imagen es fundamental. Sus elecciones de vestuario en eventos con líderes globales reflejan respeto por los códigos de vestimenta y una sensibilidad cultural que le permite establecer conexiones de forma sutil y efectiva. En estos entornos, los colores oscuros y los estilos más formales no solo la ayudan a proyectar autoridad, sino que también muestran su disposición a adaptarse a la escena diplomática, algo que en comunicación política es clave para ganar respeto y formar alianzas.
En conclusión, el estilo de Harris nos está dando lecciones valiosas sobre la imagen como herramienta de comunicación en el ámbito político. La evolución en su vestimenta es reflejo de su adaptación a cada etapa de su carrera, proyectando mensajes de confianza, autoridad y conexión en cada contexto. Esta evolución muestra cómo, en política, la imagen no se limita a la moda, sino que es una estrategia esencial para reflejar la visión, el liderazgo y la responsabilidad de quien la porta.
Para líderes emergentes y figuras públicas, el ejemplo de Harris subraya la importancia de construir una imagen que sea auténtica pero flexible a las demandas del contexto y a las expectativas del público. Harris ha demostrado que, en política, la imagen es tanto un reflejo personal como una extensión del mensaje que se quiere comunicar. Hoy, la vicepresidenta y posible presidenta, no solo representa un cambio en la política estadounidense, sino también una lección sobre el poder y la influencia de la imagen pública bien gestionada.
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