'Espera', la acrobacia convertida en poesía a los pies de la Alhambra
La compañía 'eia', ganadora de un Premio Max, trae a Granada una versión reducida de su último montaje en el marco del FEX
El Palacio de los Córdova, donde arranca la cuesta del Chapiz, no sólo resulta interesante por sus valores históricos y artísticos, sino también por todas ... las historias que se han escrito dentro y fuera de él, un edificio de estilo renacentista construido en 1530 y reconstruido cuatro siglos después. El Palacio de los Córdova fue la residencia de Luis Fernández de Córdova, alférez mayor de Granada en el siglo XVI, pero también fue almacén de madera, fábrica… y el solar donde se erigió el Teatro Gran Capitán –el Palacio fue derruido–. Ayer volvió a convertirse en eso, en un espacio escénico a los pies de la Alhambra. Dentro de la programación del Festival Extendido (FEX), la compañía catalana de circo 'eia', ganadora de un Premio Max en 2017, representó 'Espera' en versión reducida. Tan sólo veinte minutos porque la segunda parte del show, que dura cuarenta, se tuvo que suprimir porque requería el contacto directo del público. Un delicioso espectáculo, eso sí, lleno de emotividad, donde los límites imaginarios entre el escenario y el público desaparecen para convertirse en una experiencia colectiva.
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Lo de anoche en el FEX fue básicamente eso: circo. Circo en mayúsculas, con todos sus significados y connotaciones. Sobre la base de un montaje circense de los de toda la vida, la trama avanza envolviendo a los espectadores que se confabulan, en una suerte de poesía visual, con las acrobacias y el 'más difícil todavía' de Francesca Lissia y Celso Pereira, el dúo sobre el que 'pesa' toda la acción de 'Espera' –fue tan corto y tan hipnótico que hubo quien pensó quedarse al segundo pase, ya bien entrada la noche–.
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En 'Espera' todo ocurre muy de cerca. Así lo percibe la gente. Frente a la fuerza que implica las piruetas que llevan a cabo Francesca y Celso, también una enorme carga de sensibilidad por parte de estos dos intérpretes que saben conducir a la audiencia hacia el terreno de las emociones. Todo ello, empleando recursos tan 'complejos' como la creatividad y tan 'sencillos' –importante las comillas en ambos casos– como una peonza que baila, las cuerdas y los cencerros que tañe el respetable.
La atmósfera en la que transcurre 'Espera' transporta a un lugar que pareciera fuera del tiempo –también incluso del espacio–. La gestualidad es simple y los acróbatas se convierten en artesanos del movimiento. Aparecen paisajes perdidos y encuentros sinceros. «Nuestro punto de partida –aseguran desde 'eia'– es la necesidad del ser humano de juntarse alrededor de algo común». Un mensaje que cobra un especial significado en momentos de distanciamiento obligado como el que estamos viviendo –por cierto, escrupuloso respeto de las medidas de seguridad, aunque el aforo no se llegó a cubrir–. «Con 'Espera' recorremos junto a la gente el camino que une la investigación acrobática con las tradiciones y rituales populares», dicen. Un camino donde la sensibilidad se convierte en una herramienta indispensable para ganarse al público. «Queremos que se sienta invitado a compartir y no obligado a participar en algo que no quiere».
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El FEX, que se prolongará hasta el 26 de junio, concentra una importante actividad el fin de semana. Este sábado Cogollos Vega acogerá nuevamente 'Espera' (20.30 horas) y Alicún de Ortega 'Xampatito Pato' (21.30 horas), mientras que Enrique Solinís (22.00 horas) estará en el Patio de los Mármoles del Hospital Real. El domingo está previsto 'Áureo' (22.00 horas) en el Complejo Deportivo Núñez Blanca de la capital granadina, y Berk Gürman (22.00 horas) en el Patio de los Mármoles.
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