Inocencio Arias | Escritor

«España no está en su mejor momento»

- ¿Cómo ve a Esta España nuestra?

- Sólo regular. Seguimos viviendo en una democracia, aunque haya sufrido embates serios recientemente, y en España no hay miseria y poco racismo. Pero tenemos algunos índices que son verdaderamente preocupantes aunque el Gobierno se empeñe en decirnos que España va como una moto. ¿Qué clase de moto es esa con el paro juvenil más alto de Europa, el paro global uno de los tres primeros de toda la Unión Europea, el índice de abandono escolar por las nubes, algo grave en Andalucía, la deuda que han de pagar nuestros hijos altísima y el déficit penoso. El gobierno que gane las elecciones lo tiene complicado y últimamente hasta las autoridades europeas nos tiran de las orejas porque los dos partidos mayoritarios no se ponen de acuerdo en la elección de órganos judiciales y por medidas que ha tomado el Gobierno influyendo arteramente en la fiscalía, etc.... No creo que esto sea una enorme hecatombe, pero España no está en su mejor momento. Y nuestros aliados nos ven un tanto desdibujados, con menor peso.

- Usted ha desempeñado cargos de responsabilidad y sido portavoz de Exteriores con gobiernos de UCD, PSOE y PP. ¿Qué le parece que partidos como PSOE y PP no puedan gobernar actualmente sin el apoyo de partidos extremistas de un lado y otro del arco político?

- España está muy polarizada, entonces surgen partidos que están más en los extremos que los dos  tradicionales. Personalmente, pienso que si un partido pacta con grupos que quieren romper España (los separatistas catalanes) o con los herederos de ETA como ha hecho el actual gobierno (algo que Felipe González o Alfonso Guerra nunca habrían hecho), Feijóo está totalmente habilitado para pactar con Vox. Yo no acabo de entender por qué Podemos o Sumar son partidos democráticos, respetables, que huelen bien y, sin embargo, resulta que Vox es un partido fascista que apesta. Para mí esto es incomprensible.

- ¿Y qué papel juegan los partidos nacionalistas? ¿Hay una solución para el «problema regional» español o el problema de Cataluña, como diría Ortega?

- Es el mayor problema que tiene España. Con diferencia sobre otros porque los separatistas ya no son una cifra ínfima de la población. No son mayoritarios digan lo que digan, pero son una minoría preocupante. Me es igual que sea 32, 34 o 37 por cien. Es un dato alarmante. El Gobierno de Madrid debe ser receptivo a peticiones normales de las comunidades pero lo que no puede es sentarse a negociar de igual a igual, sobre la unidad de España, con un gobierno regional. Esto es inadmisible y Sánchez iba en esa deriva. Si Sánchez ganara habría pronto un referéndum en Cataluña, con otro nombre pero lo habría. Como dijo Guerra los nacionalistas catalanes son insaciables.  Es inconcebible que el gobierno obligue a nuestra comunidad o a la gallega a respetar las leyes y en el caso de Cataluña, como en el tema de la educación, mire para otra parte. ¿Por qué?

- En su libro, escrito en 2021, antes de la guerra de Ucrania, habla de una nueva Guerra Fría con China, aunque alertaba del peligro de Rusia, por su pérdida de protagonismo internacional. ¿Estamos viviendo ya una guerra abierta entre Occidente y China y sus aliados?

- No, abierta no. Estamos en un inicio de Guerra Fría entre Estados Unidos y China. Muchos países occidentales son reacios a entrar en ella, Alemania, por ejemplo, no sabemos si acertadamente. Con Rusia hicieron varios países occidentales  de avestruz  durante años y no acertaron.  No sabemos si acertarán con China. De lo que estoy seguro es de que si no tuvieran ambos la bomba nuclear, China y Estados Unidos se enredarían de alguna manera. La posesión de la bomba es disuasoria. 

- Volviendo a España, usted defiende el papel de la monarquía y del rey Felipe. ¿Cuál debe ser en los próximos años?

- El rey es enormemente respetuoso con la Constitución, no se extralimita ni siquiera cuando le hacen un desaire. Su intervención cuando el golpe de Estado separatista fue oportuna y muy adecuada, necesaria. Los izquierdistas que hacen remilgos tendrían que preguntarse lo que ocurriría si España fuera una república, hubiera un golpe de Estado y el presidente de la República lo condenara. ¿Protestarían porque lo condenase? Ciertamente no. Dirían que para eso estaba en el cargo. En España, en la democracia, ha habido dos golpes de Estado. En el primero los culpables fueron condenados y el Gobierno de derechas de Calvo Sotelo recurrió la sentencia por considerar que era demasiado leve. El tribunal superior la aumentó y la cumplieron. No hubo indulto. En el segundo, el del separatismo, fueron condenados a penas normales y el Gobierno, pasado un tiempo no dilatado, los indultó. Eran sus aliados.

- Y por último, ¿tiene usted un pronóstico para las próximas elecciones? ¿Y un deseo?

- Creo que las ganará el PP, pero que tendrá que llegar a un acuerdo con Vox porque le faltarán un puñado de escaños para la mayoría. Y no hay que escandalizarse. Por supuesto, deseo que Sánchez pierda. Es bueno para España que este PSOE, el sanchismo, pierda las elecciones como era sano que ganara Juanma Moreno en Andalucía después del bochorno de los Eres. Yo voté en más de una ocasión a Felipe,  era otro PSOE, socialdemócrata, defensor empedernido de la unidad de España, proclive a menudo al consenso. Con este, con el sanchismo,  la moto va regular, Sánchez miente constantemente en temas graves, la pandemia, la malversación, las alianzas internas, Marruecos...  y España acabará mas débil o embarrancada.