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Concierto de la OCG, anoche en el Auditorio Manuel de Falla de Granada. Pepe Marín
La energía de Tchaikovsky resuena con la OCG y Konnov

La energía de Tchaikovsky resuena con la OCG y Konnov

La orquesta granadina ofreció una muy buena versión de la obra del genial compositor ruso, con una madera y un metal de altísimo nivel

Emilio Lacárcel

Granada

Sábado, 13 de noviembre 2021, 00:35

La Orquesta Ciudad de Granada ofreció, bajo la buena dirección de su titular, Lucas Macías, un concierto dedicado a uno de los más grandes compositores rusos, Piotr Ilich Tchaikovsky. El concierto se abrió con su 'Sinfonía núm. 1 en Sol menor, op. 13, Sueños de invierno', obra de juventud del compositor ruso en la que ya deja claro el alto nivel que este autor habría de alcanzar en el campo de la sinfonía. Con un muy buen manejo de la orquestación, con una hábil utilización del contrapunto, podemos ya apreciar en esta temprana obra su gran personalidad artística, anticipando muchos detalles de lo que, en su madurez, le llevó a firmar algunas obras maestras del repertorio orquestal.

Hablando de lo meramente interpretativo, creo que Macías y la orquesta nos ofrecieron una muy buena versión; que la madera esté a un nivel altísimo es algo habitual en nuestra orquesta y no es justo citar sólo algunos nombres, pues toda la sección es destacable por lo hecho en este concierto y por su regularidad durante tantos años, pero creo que el buen hacer de Eduardo Martínez en el oboe, Carlos Gil en el clarinete y Juan Carlos Chornet en la flauta son reseñables.

No le fue a la zaga el metal, muy bien en esta obra a nivel general y con una actuación muy acertada de las trompas, muy bien de afinación. Junto a ellos, la solvencia de la cuerda y la percusión, todos al servicio de la musicalidad; Macías supo darle la expresividad tan necesaria en las obras del Romanticismo, transmitiendo la gran fuerza de los movimientos extremos de la obra, la melancolía del adagio, haciéndonos llegar la personalidad de Tchaikovsky en una obra bien entendida y bien trabajada.

Es innecesario describir la obra que escuchamos en la segunda parte, pues el 'Concierto para piano y orquesta núm. 1 en Si bemol menor, op. 23' de Tchaikovsky es uno de los más populares del repertorio, ocupando merecidamente un lugar destacadísimo en el mismo. El joven Evgeny Konnov estuvo a un excelente nivel en el papel de solista; transmitiendo muchísima seguridad, Konnov lució una elevadísima técnica, solventando a la perfección los pasajes más virtuosísticos de la obra. Las trepidantes escalas, las vertiginosas secuencias de acordes no fueron problemas para el joven pianista, quien además dotó de musicalidad a su actuación. Supo mezclar esa combinación de energía y de lirismo que la obra de Tchaikovsky, ya sí en plena madurez estilística, evoca en su partitura, tocando siempre con muy buen gusto y, desde mi punto de vista, yendo cada vez a más dentro de un alto nivel para culminar con un tercer movimiento francamente bueno. Destacable fue su buena coordinación con una orquesta que realizó un gran papel dialogando con el solista. A pesar de ser reiterativos, no podemos dejar de mencionar una vez más a la madera, la magnífica aportación del metal y de todas las familias instrumentales, así como la buena dirección de Macías en este monográfico de Tachikovsky.

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