El eco de Enrique Morente se hace eterno en la Caja de las Letras
Aurora Carbonell deposita en la casilla 1.566 de la antigua cámara acorazada del Instituto Cervantes una máscara y un pañuelo del cantaor
Javier Morales / E. P.
Miércoles, 28 de febrero 2024, 21:26
El legado de Enrique Morente descansa desde ayer, Día de Andalucía, en la taquilla 1.566 de la Caja de las Letras. Una máscara pintada ... por el cantaor y un pañuelo que llevó por medio mundo están cobijados para la eternidad en la cámara acorazada del Instituto Cervantes en Madrid, cerca de los del Lorca (1.703) al que reinventó en Omega. Su mujer, Aurora Carbonell, depositó ambos objetos en presencia de sus hijos en un acto conducido por otro de los poetas de cabecera de la familia, el director del Cervantes,Luis García Montero.
«La mejor forma de comprometernos con el presente y el futuro es saber elegir las mejores herencias del pasado», justificó García Montero. Y desde ayer, esa herencia, «el eco de la vida», como definió al recuerdo en loa versos dedicados a Morente tras su muerte, se siente «cómoda» junto a los grandes poetas a los que leyó y cantó.
«Ha sido una figura universal, del Albaicín, de Granada, que se convirtió pronto en un referente para la música 'jonda', el flamenco, en Granada pero también en Madrid», recordó García Montero. En su intervención hizo referencia a dos de las lecciones que recibió de Enrique –fallecido en 2010–:se puede defender la tradición sin caer en el tradicionalismo y los ritos y estamos obligados a defender la pureza pero sin caer en el puritanismo.
Su viuda, Aurora Carbonell, calificó de «sueño» que el legado de Enrique quede resguardado en esa «catedral de las letras», y más de la mano de García Montero. Describió la máscara de escayola que pintó Enrique en el estreno de Omega y el pañuelo que «ha recorrido más de media vida y éxitos con Enrique». Se despidió de ellos con un beso. Estrella Morente, junto a sus hermanos Soleá y Kiki, hizo alusión a la «grandeza de ser humilde» que caracterizó a su padre como artista.
Tras el acto en la antigua cámara acorazada, al que también asistieron la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, y la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo –entre otras autoridades– comenzó un homenaje y la presentación de la Fundación Enrique Morente, Casa de la Tradición y la Traducción creada para honrar la memora del artista y divulgar su herencia artística. Allí, la alcaldesa hizo una semblanza del cantaor que «indagó en las posibilidades de una permanente innovación estética».
María Jesús Montero describió la tarde como«emocionante», más allá del reconocimiento a un artista que sintió entre el público, junto a su familia y amigos. «Quiero agradecer a la familia haber hecho posible esta fundación para que la memoria pervive en el futuro y su arte tenga una palanca para poder difundirse y que nadie se quede sin la oportunidad de escucharlo, sentirlo y vivirlo. Enrique es un gigante, un artista con mayúsculas, un cantaor revolucionario y uno de los grandes referentes culturales de este país (...)Es un clásico, pero es un hombre del futuro, un innovador». La caja 1.566 ya es símbolo de esa trascendencia atemporal. En el acto, varios amigos de los Morente recitaron y tocaron diferentes piezas de poetas como Lorca o Alberti.
Renovación
Enrique Morente, que nació el día de Navidad de 1942 en el barrio granadino del Albaicín, es considerado uno de los máximos responsables de la renovación del cante, así como el mejor adaptador al flamenco de poemas de Miguel Hernández, García Lorca, Machado, Lope de Vega, San Juan de la Cruz, Guillén o Rafael Alberti. En 1970 se convirtió en el primer cantaor flamenco que actuaba en el Ateneo de Madrid.
En 1994, Morente fue el primer cantaor de flamenco que recibió el Premio Nacional de Música otorgado por el Ministerio de Cultura de España. A lo largo de su carrera acumuló numerosos reconocimientos, incluyendo en 2006 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión