«No soy de dulce, pero me como los piononos a puñados»

–Qué importante es el humor ahora y siempre...

–Totalmente. A la salida de los teatros los espectadores nos muestran gratitud. El público dice «oye, mira, gracias; teníamos miedo, pero nos hemos sentido tranquilos con todas las medidas». La gente se relaja y se lo pasa bien. Es el momento de hacer un llamamiento: la cultura es segura y estamos recuperando una cierta normalidad. O al menos lo intentamos. Los datos están ahí. Nadie se ha contagiado en un teatro y eso es importantísimo decirlo.

–Supongo que, con aforos tan reducidos, será difícil que salgan las cuentas.

–Es complicado, pero son tiempos convulsos. Por suerte llevo mucho tiempo en esto. Y he tenido momentos de mucho éxito y de ganar mucho dinero, y momentos de arrimar el hombro, como toca ahora. Hay que estar al lado de los empresarios y los promotores, que en algunos casos están teniendo cuantiosas pérdidas. Ahora toca arrimar el hombro, cobrar un poquito menos y ofrecer confianza, sonrisas y humor. Al final me alegro de haber tomado la decisión de hacer gira y haber preparado este espectáculo. El público se lo pasa en grande. La mayoría acaba en pie, y eso es una pasada.

–¿Hasta qué punto este parón obligado por el confinamiento le ha servido para emprender nuevos proyectos?

–Hemos tenido un tiempo maravilloso para pensar. Para reflexionar. Dónde estás, dónde quieres estar dentro de un tiempo y cuáles son los cimientos que tienes que poner. También para tener muy claro que había que hacer cosas. Y estoy viendo que al final el público está y te acompaña.

–Y no veas cuánta 'materia prima' para la imitación ahora. Se me viene a la mente un personaje como Fernando Simón...

–En el show lo digo. Han cambiado las cosas de tal manera que antes los personajes famosos eran los futbolistas y los cantantes y ahora son los secretarios de Estado y los coordinadores de emergencias. Fernando Simón es la auténtica estrella de este show. Cada vez que sale a escena es como si saliera Mick Jagger. Tiene un exitazo tremendo (risas).

–Le voy a pedir que se descabalgue por un minuto de su condición de imitador y apelo que a su condición de ciudadano. ¿Cómo valora la figura de Simón?

–Yo, que soy poco sociólogo y psicólogo porque me dedico a captar el alma de los personajes, creo Simón es un pobre señor que lleva toda su vida trabajando y que de repente se ha visto en la palestra con un tsunami que nos ha pasado por encima a todos. Desprende cercanía y normalidad. Se le ve buena gente. Amable con la prensa. Que intenta no mentir. Por eso la gente lo quiere. Habrá quien esté a favor o en contra, pero no despierta animadversión.

–¿Qué tiene de novedoso este show que trae a Granada este domingo que no tengan los anteriores?

–Tiene el ADN de Latre. Son más de cien personajes encima del escenario. Es muy actual porque salen las últimas noticias. Y como tenemos esa capacidad de improvisación, aparece Miguel Bosé, el rey, la Casa de Papel, Messi, los couches de La Voz, grandes clásicos como Matías Prats, Andrés Iniesta, Boris Izaguirre... y grandes novedades como José Mercedç o Pablo López. ¡Ah!, y también el presidente del Gobierno cantando 'Sexy and I know it'. Tenemos un poco de todo. Un show fresco y dinámico que pasa volando.

–¿Qué margen de maniobra tiene para introducir en el show cosas que han ocurrido hasta en el mismo día?

–Tenemos mucho músculo en el tema de improvisación. El otro día, cuando Messi anunció que se quedaba, la misma noche hicimos una canción en la que cantaba por Rosalía el tema 'y si me dan a elegir' entre el Barça o Guardiola. Lo cambiamos para decir que daba marcha atrás y se quedaba un año más. Me siento cómodo en ese terreno.

–Tirando de archivo, veo que sus comparecencias en Granada se cuentan por éxitos.

–Granada es una plaza maravillosa. El público siempre me ha querido mucho. Me he sentido muy bien allí. Y tengo muchas ganas de volver y enseñar este nuevo espectáculo. Espero que la gente tenga confianza y se acerque al show porque lo vamos a pasar muy bien.

–Me consta que le gusta mucho Granada...

–Me encanta. He estado muchísimas veces tanto antes de ser conocido como después. Soy un loco de la arquitectura y Granada es una gozada. Tiene uno de los atardeceres más preciosos que he visto en mi vida. Es una ciudad por la que me encanta pasear. Con una gastronomía estupenda. Yo no soy muy de dulce, pero en Granada los piononos me los como a puñados, jajaja. Además tengo buenos amigos y uno de mis socios es de allí.

–Si tuviera que quedarse con un rincón de Granada...

–Con dos. Un paseo de tarde con amigos, parando y hablando con la gente en los bares. Y sin duda, el Albaicín con ese flamenco de fondo, esa tortillita del Sacromonte... es maravilloso. Y esa sensación única en Granada, el fresquito que llega desde la Sierra.