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Diecisiete días esperando a Pablo Alborán
La Plaza de Toros de Granada abre hoy su puerta grande para el primero de los dos conciertos de Pablo Alborán. Decenas de fans llevan días de espera y han aguantado «hasta terremotos»
Zoraida Saldaña
Granada
Sábado, 22 de septiembre 2018, 03:40
El regreso del cantante a los escenarios, con su 'Tour Prometo 2018', fue todo un acontecimiento que ha generado la expectación y el entusiasmo de ... sus incondicionales agotando localidades allí por donde va. En Granada llenará el coso taurino dos días seguidos y el interés por verlo y escucharle lo demuestra que decenas de jóvenes lleven días y noches de acampada junto a la plaza para tener el mejor sitio posible. Han soportado frío, lluvia, calor y hasta terremotos, pero nada ha roto la 'cola de la ilusión' que cumple hoy por fin su propósito de estar cerca del ídolo.
Del casi centenar de jóvenes inasequibles al desaliento la mitad sobresalen por un entusiasmo especial, entre las que se encuentran Alba Carrasco y Verónica García, con las que este periódico ha podido hablar. Fueron las primeras en llegar para hacer 'guardia' el día 6 de septiembre, así que la suma parece sorprendente: diecisiete días de guardia a sus espaldas para conseguir lo que en otras ocasiones han intentado: disfrutar del concierto en primera fila.
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Los fans de Alborán se han organizado de tal manera que, sin ausentarse ni un solo segundo de su sitio, ninguno de ellos falte a sus responsabilidades, así que se han distribuido en diferentes turnos de mañana, tarde y noche con una media de 9 horas y media al día. «Las de Granada hemos hecho los primeros días de cola, y después empezó a llegar la gente de fuera con la que nos relevaremos en otros turnos», explica Carmen Robles.
Tempestad
Hasta el momento, las granadinas que se congregaban en el lugar han pasado de todo: «Hemos aguantado hasta terremotos, lo demás ya da igual», comenta Alba Carrasco, una de las chicas, mientras las demás ríen. «Con las tormentas era un poco más duro, estábamos aquí debajo, aguantando los paraguas en círculo y metiendo la cabecilla». Aunque, según cuenta, «con la ayuda del bar de enfrente, en la Plaza de Toros, ha sido más fácil. Se han portado muy bien con nosotras, nos han ofrecido el servicio y se han puesto prácticamente a nuestra disposición», señala. Alba también recalca que, hablando en nombre de todas, «lo que se hace por él –refiriéndose a Alborán–, no lo hago por nadie más». Y es que, para Carrasco, «Pablo es único. Lo que yo soy ahora mismo, puedo decir que, en parte, es porque él me ha hecho que sea así. Y le doy las gracias solamente a él. Por todo».
La historia personal de Alba ha sido difícil y las canciones del malagueño han sido como un refugio para ella. Con la miel en los labios, Helena Gómez confiesa que tiene «muchos nervios. Sobre todo ahora que ya escuchamos como están montando el escenario, y se nota que está cerca. Entonces ya estamos todas las de los grupos viendo donde encontramos confeti para el concierto, y organizando un poco todo mientras hacemos juegos, aunque a otras les está tocando estudiar aquí», comenta entre risas.
Por su parte, Natalia López dice que tiene «el corazón en la boca ya después de tantos días haciendo cola». López es una de las chicas que llevan esperando desde el día seis. Su ilusión, como la de todas sus compañeras, es que Alborán les dedique un segundo de su tiempo para reconocerles el esfuerzo, ya que no es la primera vez que montan una acampada esperando un concierto suyo. «Nunca hemos tenido la suerte de poder hablar con él», apuntan.
«Cuando se abran las puertas, saldremos corriendo. Vamos a estar ahí y casi lo vamos a poder tocar», apunta Natalia mientras se escucha un «ojalá» de fondo que termina en risas.
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