La diáspora musical vuelve a Granada
La violinista, tras un lustro de trabajo y estudios en Alemania, retornó el pasado verano y ejercerá como solista hoy y mañana con la Orquesta Filarmonía
José Antonio Muñoz
Granada
Sábado, 26 de diciembre 2020, 00:38
La falta de oportunidades y la necesidad de completar la formación fuera de su lugar de origen y nacimiento ha hecho que centenares de músicos ... granadinos hayan tenido que emigrar, unos temporal y otros definitivamente. Entre los primeros está Adriana Zarzuela (1994), hija del pianista Ángel Zarzuela, y que vivió, por esta razón, la música desde su más tierna infancia, ya que comenzó a formarse con tan solo cinco años. Tras un lustro de estudios y trabajo en Alemania, la violinista volvió el pasado verano y ya ha tocado en alguna ocasión con la Orquesta Ciudad de Granada. Ahora, toma el papel de solista en el ciclo de conciertos que la Orquesta Filarmonía Granada, bajo la dirección de Ricardo Espigares, va a ofrecer en Guadix (hoy, 19.00 horas, Teatro Mira de Amescua) y en Granada (mañana, 12.00 horas, Centro Cultural Manuel de Falla), y donde interpretará el 'Concierto para violín y orquesta' de Mendelssohn.
Para Adriana Zarzuela, este no ha sido un año fácil, como para ninguno de los músicos del mundo. «Todos teníamos planes que se nos han cancelado, en mayor o menor medida. En mi caso, pasé la primera parte del confinamiento, hasta junio, en Alemania, en el conservatorio Robert Schumann de Zwickau, donde he ejercido como profesora de violín, viola y orquesta», afirma. Antes, se formó en la Universidad de Arte Felix Mendelssohn de Leipzig, donde cursó la carrera y el Master en Interpretación, y donde entró a formar parte del Quinteto Amabile, con el cual ha obtenido diversos premios, además de los ganados como solista y como miembro de dúos.
En su día, salió de Granada porque le apetecía «conocer otras formas de interpretar la música y aprenderla, además de otras culturas.Alemania me pareció el destino más adecuado porque allí la música está muy bien valorada, y hay más oportunidades para los jóvenes». Con el Quinteto Amabile ha ofrecido un buen número de recitales en Alemania e Italia, y seguirá vinculada a ellos. Pero ahora, por múltiples razones, ha vuelto a su tierra. «Quiero dedicarme a la docencia. Tuve la oportunidad de ejercer en Zwickau y antes en la Escuela de Música Clara Schumann de Leipzig, y me parece muy gratificante». Sobre su futuro destino, le gustaría que fuera Andalucía. «Me da un poco igual la ciudad, porque todas están muy cerca. Pero me gusta mucho mi tierra», dice sonriendo. En su condición de intérprete, se autodefine como «sincera y con capacidad de transmisión», y aun dedicándose a la docencia, espera compaginar el trabajo educativo con los recitales, quizá con algunos de sus antiguos compañeros de la Orquesta Joven de Andalucía (OJA) y de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), formaciones en las que también militó.
Zarzuela se considera «afortunada de poder dedicarme a la música, una carrera larga y difícil, pero en la que tienes la suerte de encontrarte con amigos como Ricardo Espigares, que ha llevado adelante el esfuerzo de la Orquesta Filarmonía con mucha ilusión».
Muy especial
Precisamente, Ricardo Espigares, director de la Orquesta Filarmonía, califica los dos encuentros que ha tenido la Orquesta este año como de «muy especiales». Las circunstancias mandan, y las dimensiones de la formación han debido adaptarse a ellas. Por ello, sobre el escenario del Mira de Amescua y el Falla solo habrá 47 músicos, «el 90% granadinos», comenta el músico granadino. Sobre el programa, afirma que «este es nuestro último acto de homenaje a Beethoven en el 250 aniversario de su nacimiento, ya que en verano programamos la 'Tercera', y ahora vamos a hacer la 'Quinta', que ofrece la oportunidad para tocar a un mayor número de personas». El también director de Guadix Clásica asegura que «el ciclo, pese a las restricciones, está resultando un éxito».
Entre la plantilla de la orquesta se encuentra la flautista onubense afincada en Granada, Marta Castillo. Destaca de la orquesta su «capacidad de acogida y el extraordinario ambiente de trabajo. Llegas aquí por primera vez e inmediatamente te sientes integrada». Eligió formarse en Granada, porque, asegura, es el conservatorio más solicitado de Andalucía en su especialidad, y no se arrepiente de ello. Tampoco Daniel García de Castro, violín, malagueño de nacimiento y granadino de adopción. «Mi relación con la orquesta se remonta a los inicios, cuando empezó como una excusa para tocar con los amigos. Es emocionante ver la evolución que ha experimentado el grupo, cómo desde aquel primer concierto de orquesta de cuerda se ha logrado conjuntar a un conjunto de jóvenes de tan alta calidad, capaces de ofrecer un sonido como este». Quienes quieran comprobarlo, tienen esa doble oportunidad este fin de semana. Para Granada capital, las entradas se venden en redentradas.com y en la taquilla.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión