Dellafuente presenta su nuevo sonido a cientos de granadinos

Se trata del álbum de resurrección del cantante granadino, que llevaba años avanzando su intención de «matar a Dellafuente». Con 'Milagro' consigue lo que pretendía: crear un sonido propio que le desmarque de la escena de la música urbana que le aupó al éxito desde que empezase a hacer música en 2010 sin ninguna pretensión de vivir de ella. Son siete canciones distribuidas en dos caras para una duración total de 22 minutos. Grabado íntegramente en el Auditorio Manuel de Falla con la colaboración de la orquesta y el coro Ciudad de Granada y los arreglos del músico Alonso Díaz Carmona, Dellafuente rubrica una obra mucho más orgánica e instrumental que referencias anteriores sin dejar de resultar reconocible, entre violines, guitarras, batería y palmas junto a un autotune más o menos agresivo en su voz.

A los invitados se les recibió con una carta del propio artista: «Una frase que me ayudó a hacer todo esto realidad fue la de 'un álbum no se termina, un álbum se abandona'. Quería alejarme de la competición, de los ránkings, de las playlists y de todo aquello que se espera de mí porque un día ayudé a construirlo. Ha sido realmente revelador descubrir que la ventura no estaba en demostrar nada, sino en el camino que me ha traído hasta aquí y en la gente que me ha acompañado. Creo en la tamización del público. He visto cómo los fans crean rehenes. No quiero pertenecer a ninguna moda. Que tú estés aquí hoy lo certifica. Gracias por tu tiempo. Cierra los ojos y siente la bienvenida a 'Milagro'».

En penumbra y con la introducción de la meditación guiada con la que sorprendió a sus seguidores en 'Silencio', con la que el artista jugó el pasado 31 de octubre como primer adelanto de su trabajo, sus seguidores fueron disfrutando una a una de sus canciones a través de los cascos facilitados con el único sonido del agua de la fuente en la instalación. 'Milagro', un álbum conceptual que puede escucharse como si se tratara de una sola pista dada su uniformidad, relata el camino de Dellafuente en su búsqueda de una identidad única a través de la que manifestar sus inquietudes y sensibilidades artísticas más allá de géneros que anteriormente frecuentó como el rap, el trap, el flamenco, el reguetón, la salsa o la bachata.

De sentencias como «la fama es un zulo» a «ni matándome dos veces pueden hacerme daño», Dellafuente procura convencer a quienes le han seguido hasta ahora de su nueva deriva. Sedujo incluso al alcalde Paco Cuenca, que acudió a un pase privado a mediodía acompañado del artista, que luego se fotografió con sus fans. «Defiende muy bien el nombre de Granada. Me sé todos los temas por mis hijos», admitió. Se despidieron con un abrazo.