Javier Egea, el último romántico

Todo ello cabe en 'Sobre el papel. Los libros de Javier Egea', la exposición que en la Biblioteca de la sede del Rectorado de la UGR se puede contemplar desde hoy y hasta el próximo 22 de abril. Es, sin duda, el más amplio recorrido mostrado hasta hoy por la vida y la obra de aquel a quien sus amigos llamaban cariñosamente Quisquete, a través de su material bibliográfico, sí, pero también a través de recuerdos personales, fotografías y documentos no mostrados públicamente con anterioridad.

Al frente del trabajo de catalogación de la Biblioteca del Hospital Real ha estado Inés del Álamo, mientras que en el concepto y montaje han colaborado muy estrechamente Alfonso Salazar y su empresa Open Cultura, encargados por la heredera del legado para que velen por su correcta administración, y Jairo García Jaramillo, uno de los grandes expertos en la obra de Egea. «Tras la llegada de la segunda oleada de documentos, procedente de la Fundación Alberti, la rectora de la Universidad, Pilar Aranda, y la de la Biblioteca, María José Ariza, nos pidieron que organizáramos esta muestra», afirma Alfonso Salazar. Una pieza audiovisual de más de tres horas, con lo que se ha podido encontrar de entrevistas –muy curiosa la de la Isleta del Moro, con Egea con su gorra de capitán de barco y Eduardo Castro con su atuendo bohemio, 'foulard' rosa incluido– y diversas apariciones del poeta en citas literarias y recitales.

Las vitrinas de la biblioteca se agrupan en torno a sus tres grandes obras, por orden cronológico: 'Troppo mare', 'Paseo de los tristes' y 'Raro de luna'. Un mapa incluido en el fantástico catálogo que acompaña la exposición permite al visitante ordenarse y saber qué está contemplando. Y lo que contempla no es sino una sucesión de documentos que le relatan la vida de uno de los más influyentes poetas de la historia literaria reciente, con una figura que se agiganta a medida que pasan los años. «Mostramos en paralelo tanto los libros de su colección como los libros que escribió. Es un juego que consideramos muy interesante», comenta Salazar. Su impresionante formación como lector bebe en el magisterio de Juan Carlos Rodríguez, pero también en el de Carlos Bousoño, o en lecturas como Louis Aragon, cuyas 'Habitaciones' hacía leer a sus amigos. También sus pequeñas manías, como tener sus folios con membrete de su última dirección, la calle Óscar Romero, donde sin embargo vivía en un quinto sin ascensor, un invento que consideraba «capitalista», concebido con el único fin de explotar al obrero haciéndole llegar antes al trabajo.

En las mismas vitrinas comparten espacio notas manuscritas, el recordatorio de su Primera Comunión (en 1959), postales y dedicatorias dibujadas por Alberti, y sobre todo letras, muchas letras. Algunas escritas con una Lettera 42, máquina de escribir cuyo nombre viene al pelo, o poemas escritos en manteles de los vagones-restaurante de la Renfe, en servilletas, o en hojas de informe del Hospital Clínico, escenario de frecuentes visitas. Muy curioso es, precisamente, un poema escrito a una compañera de oficina –rubia, no podía ser de otra manera, y titulado 'Epigrama para intentar enamorar a una rubia de la oficina'– escrito en folios timbrados de Asistencia Médica, S. A., la empresa donde ambos se desempeñaban, antes de que Egea decidiera dejarlo todo atrás para vivir de su arte, convirtiéndose en rapsoda por toda la eternidad.

'Sobre el papel' también es un itinerario por las amistades de Egea, que van desde monstruos 'prehistóricos' como Benedetti o Alberti a imberbes poetas devenidos en monstruos, como Luis García Montero, autor de una antología propia de ejemplar único que es uno de los tesoros del legado Egea, y por ende, de la exposición. Amigos de mesa y mantel, o simplemente de copas de madrugada. El propio Salazar recuerda veces «en que llegábamos a su casa a las tantas, y nos poníamos a leer. Nada era impostado, Javier era tal cual se ve en estos retazos de su vida que mostramos».

El cuidado en lo formal acompaña al contenido de la exposición. Desde los fondos del cuaderno imitando a la piel de cocodrilo que poseía el poeta –quien lo mismo utilizaba este 'noble' soporte que libretas publicitarias–, hasta el 'árbol fotográfico' que preside una foto del poeta en un sillón de mimbre al más puro estilo 'Emmanuelle'. Una interesante vitrina recuerda, parafraseando la película de Puenzo, 'La historia oficial' del poeta:sus documentos personales, su pasaporte, sus fotografías «de carné»... «Es una figura muy atractiva para cualquiera», coincide Inés del Álamo.

«La universalidad de la poesía de Javier Egea está en que en sus tres libros capitales, como en el resto de su obra, está contenida cualquier inquietud: la estética, la vital, la política, el apego al entorno, la amistad, el amor, la lucha por la supervivencia...», comenta Alfonso Salazar. Una completa programación de actos acompañará la muestra, donde se incluye la lectura 'Un poema prestado' el martes 25 de febrero (20.00 horas), la presentación de la edición 30 aniversario de 'Raro de luna' de Esdrújula (27 de marzo, 20.00 horas), y la velada musical 'La canción de Javier', el martes 21 de abril a las 20.00 horas.