El compositor Juan Francisco Padilla recrea la suite orquestal 'La Alhambra' de Albéniz
La Sinfónica de RTVE ha estrenado en Madrid una partitura realizada por el músico, muy unido a Granada y colaborador de José Manuel Zapata
El compositor y músico almeriense Juan Francisco Padilla (1975), ha sido en los últimos tiempos una presencia habitual en la escena sonora granadina, merced a ... sus colaboraciones con el tenor José Manuel Zapata en la creación de varios espectáculos de amplia repercusión. Investigador inquieto y compositor canónico, ha realizado la proeza de reconstruir la suite 'La Alhambra' de Isaac Albéniz (1860-1909), completando los esbozos sonoros escritos por el gerundense, y poniéndolos en conexión con otras piezas de este inspiradas en la ciudad y el monumento. El trabajo tiene mayor importancia por cuanto la única suite para orquesta de Albéniz era hasta ahora la archifamosa y multiinterpretada 'Iberia'.
«Me crecieron los dientes con Albéniz. Nos pasa mucho a los guitarristas, que tomamos muchas obras de piano para nuestro repertorio», explica Padilla. «Hay una obra suya, 'La vega', dedicada a la vega de Granada, que había quedado olvidada, incluso por los pianistas. Esteban Sánchez la rescató en su día». Esta obra, según Padilla, constituye una especie de preludio a 'Iberia', larga, con un desarrollo extenso y grandes posibilidades sonoras. Por ello, se decidió a orquestarla. Pero antes de hacerlo, se dedicó a investigarla a fondo. En este proceso, se encontró con un documento del musicólogo Jacinto Torres, experto en la figura de Albéniz, donde dice que este comenzó a orquestar esa misma obra, y había dejado escritos algunos compases. Tras una labor de búsqueda, halló el manuscrito en la Biblioteca Nacional de Cataluña, donde formaba parte de una carpeta donde compartían espacio con otros de su autoría. Su sorpresa fue que en la primera página de esa partitura se leía 'Suite La Alhambra, poema sinfónico', con los títulos de los movimientos, seis en total, que se llaman 'La vega', 'Lindaraja', 'Generalife', 'Zambra', 'Alarmé' e 'Intitulado'. «Me di cuenta de que me encontraba ante el boceto de una obra magna, con 90 compases manuscritos por Albéniz. Un trabajo iniciado y completo que tras esos compases, se detuvo», recuerda.
Las sensaciones de Padilla en ese momento fueron contradictorias: emoción y tristeza. «Me pregunté qué había ocurrido en su vida, qué había pasado por su cabeza, para no continuar un trabajo que parecía tan prometedor. Pienso que la razón estribó en la posibilidad de escribir ópera, que fue lo que comenzó a hacer en ese momento. Se dedicó a terminar 'Iberia' y a escribir 'Merlín' y otras obras que quedaron incompletas. Su temprana muerte dejó mucho trabajo pendiente», destaca el compositor. Además de los 90 compases de 'La vega', Albéniz dejó otros 25 de 'Generalife', y había utilizado materiales de otra obra escrita para piano con anterioridad, 'Souvenir', concretamente el preludio. «A partir de ahí, me olvidé de orquestar 'La vega', y me puse a estudiar la obra en su conjunto, para entender qué sonoridad tenía en la mente el compositor, qué texturas, qué estructura vertical y horizontal... Fue entonces cuando decidí continuar, no sin antes tener qué claro cuál iba a ser el sonido de la obra», comenta.
Trabajo paciente
Inspirándose en las notas y en los poemas de Francis Monicaut que este compartió con Albéniz, pudo terminar 'La vega' y 'Generalife', recreó 'Zambra' con una obra homónima del propio compositor y 'Lindaraja' a partir de 'Azulejos'. El resultado final es una obra de 35 minutos de duración, que trata de ser fiel a la estructura compositiva del músico gerundense. «Durante el tiempo que estuve trabajando en esta pieza, casi dos años, mi mujer dice que me convertí en un trasunto de Albéniz», afirma con humor. «No podía dormir a veces, como el propio compositor, siempre salvando las distancias, en busca de una solución sonora, o cómo terminar una frase».
Destaca Padilla que el manuscrito para piano –completa– de 'La vega' tiene una fecha posterior a la versión orquestal, lo que demuestra que esta fue una obra pensada para conjunto, no para solista. De este modo, lo que el músico ha hecho no es una versión orquestal de una obra para piano –modalidad harto frecuente– sino una reconstrucción que respeta la idea original del autor. Asegura el almeriense que, tras su primera interpretación, hace escasas fechas, a cargo de la Orquesta Sinfónica de RTVE, aún deberá retocarla, aunque ya haya oído cómo suena. Como aseguró Albéniz en una carta al pintor Ignacio Zuloaga, con 'La vega', quiso reflejar «la imagen que se puede observar desde la Alhambra». Una visión romántica, propia del XIX, que impregna una obra que, seguro, tendrá un largo recorrido en las salas de conciertos de todo el mundo.
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