Hallan unas misteriosas tumbas en unos restos arqueológicos de Granada

Resulta emocionante asomarse a una de las tumbas y encontrar el esqueleto completo de un hombre tumbado en posición fetal. Junto a él, tres vasijas de cerámica y una pequeña construcción en piedra que, de momento, es un misterio. ¿Habrá algo debajo? Pronto lo sabremos, dado que el ritmo de la excavación es excelente. Lo que posiblemente resulte mucho más difícil de comprender es la extraña orientación de la tumba número 6: mientras que sus 18 compañeras están excavadas mirando a la Sierra de Baza, de acuerdo al orto solar, la número 6 apunta directamente a Sierra Nevada, ignorando la importancia sagrada de los equinoccios, algo que aprendimos con Indiana Jones en las tumbas egipcias. De momento, los arqueólogos no han encontrado explicación alguna, dado que los restos hallados en la tumba no presentan ninguna particularidad significativa.

Y eso que los principios de la excavación, en 2012, no fueron muy prometedores: la ausencia de cubiertas y túmulos en las tumbas hacía presagiar que ya habían sido abiertas en el pasado, manipuladas, posiblemente saqueadas. Sin embargo, la excavación de 2019 está ofreciendo resultados de lo más fructífero, habiéndose hallado una buena cantidad de importantes restos. Los profesores Aranda y Sánchez se van turnando en las explicaciones y la contextualización de Panoría –a la vez que muestran cada una de las tumbas, unas ya completamente vaciadas y otras en pleno proceso de excavación– al grupo participante en un nuevo Encuentro Satelital del festival Gravite, dedicado al Viaje en el Tiempo.

Aprenderemos, por ejemplo, que el megalitismo es uno de los fenómenos culturales más importantes de la historia de las sociedades humanas. Diferentes partes del mundo comparten un pasado de grandes construcciones realizadas en piedra. A pesar de la enorme variabilidad de monumentos megalíticos, propia de la particular visión de cada grupo, encontramos coincidencias que hacen resaltar lo que une a estos grupos humanos: piedras hincadas verticalmente, denominadas menhires; o agrupadas en alineaciones, recintos o círculos, como el famoso cromlech de Stonehenge. En otras ocasiones aparecen formando cámaras de diferente disposición y tamaño, que se denominan dólmenes, y que tienen un sentido funerario. Los paisajes megalíticos son lugares sagrados. «El megalitismo es un fenómeno de escala mundial, muy transversal y que, en Europa, se dio fundamentalmente en tiempos prehistóricos. Supuso un cambio cultural de primer orden y tiene enorme relevancia de cara a la comprensión de los cambios experimentados por la humanidad», concluye el profesor Gonzalo Aranda.

Margarita Sánchez también destaca la importancia de este tipo de yacimientos: «Las construcciones megalíticas suponen el primer intento de los seres humanos de construir para perdurar». Efectivamente, la intención de permanencia, de perdurabilidad, es una de las características del megalitismo, primera vez que el hombre altera el orden natural de los ciclos de la vida y se enfrenta a lo sagrado. ¿Por qué Panoría es tan importante? En palabras de Gonzalo Aranda, «es uno de los espacios rituales funerarios más longevos de Europa: los restos humanos más antiguos que hemos encontrado datan de hace algo más de 5000 años y los más recientes tienen unos 4000 años de antigüedad, lo que supone más de 1000 años de enterramientos continuos en una misma necrópolis». Además, la aplicación de metodologías de última generación con radiocarbono a las piezas extraídas de Panoría está permitiendo obtener una valiosa información sobre las prácticas rituales de las poblaciones de hace 5000 años.

Cae la noche y ayudamos a Gonzalo y Margarita a cubrir la última de las tumbas con una lona. El cielo está despejado y la previsión climatológica no da lluvia. En apenas unas horas, los arqueólogos volverán a su trabajo. Mientras, nuestros antepasados más lejanos, siguen descansando en paz.