La Catedral de Granada recuperará el espacio donde estuvo el taller de Alonso Cano como centro de interpretación
Una comisión estudia el discurso museográfico y la utilización de tecnologías que permitan al visitante una experiencia inmersiva
La Catedral, con más de quinientos años de pasado, se prepara para otros quinientos años de futuro acometiendo importantes reformas como la de la torre, ... en la que se lleva actuando de forma integral desde el pasado mes de septiembre. Los resultados de la intervención, que son espectaculares, se pueden observar a simple vista, en la medida que se va desmontando el andamio y retirando la lona. La inversión global, de 2,5 millones de euros, contempla restaurar lo de fuera –incluido el mirador– y también lo de dentro. Ahí vamos. Ya se ha terminado la rehabilitación interior de todo el cuerpo donde están las campanas, y ahora falta el resto.
Y en ese resto se incluye una zona de gran relevancia histórica y artística para Granada: el primer piso. Ahí estuvo el taller donde Alonso Cano, uno de los grandes artistas del Barroco, pintó no solo los ocho formidables cuadros de la capilla mayor que reproducen la vida de la Virgen, sino muchas de las obras que hizo el genio granadino para otras iglesias de Granada. Para ello, para completar esos 2,5 millones de euros, hace falta que el Gobierno apruebe de una vez por todas el 2% Cultural, cuyos expedientes de 2023 están sufriendo un retraso –no solo la Catedral, sino todos–.
Según Diego Garzón, redactor del proyecto junto a Pedro Salmerón, esta estancia, de cien metros cuadrados y una altura de quince metros, ha llegado hasta nuestros días muy transformada respecto a los tiempos en que Cano fue designado en 1651 'racionero' de la Catedral por orden del rey Felipe IV –un 'racionero' tenía derecho a 'ración' por la prestación de un servicio, en este caso por la ejecución del programa pictórico de la Catedral–. Y ha llegado hasta la actualidad muy cambiado porque hasta 2008 vivió ahí Juan Carlos Garzón, familiar del último campanero SantiagoMartín.Pese a que el campanario se electrificó en 1978, Santiago y los suyos siguieron habitando en este lugar, que tuvo dos viviendas diferenciadas.
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Dos viviendas con su comedor, sus cuartos de baño, sus salones de estar, sus tabiques y sus cocinas, causantes de la negritud de los muros que ahora se tienen que sanear. A simple vista, no hay ningún rastro del paso de Cano por ahí. Se trastocó tanto aquello que incluso se cegaron algunas de las ventanas con las que se iluminaba Cano cuando estaba en faena.
La 'nueva' torre de la Catedral
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Fachadas El proyecto contempla la restauración integral de todos los elementos pétreos de la torre, los estructurales y los decorativos.La piedra, calcarenita bioclástica, está recuperando su tono dorado.
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Mirador El problemático tejado invertido se ha eliminado y en su lugar se ha construido una azotea a modo de mirador a 57 metros de altura.
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Interior También está prevista la rehabilitación de la escalera de caracol y los espacios usados antaño como viviendas de los campaneros.
¿Qué se va a hacer ahora?Por lo pronto retirar todos esos 'postizos' y recuperar esos vanos que había tapiados.La idea es dejar un espacio diáfano que, una vez musealizado, sirva para conocer la relación de la torre con la Catedral. Se podrá salir a una balconada, que da a la calle Pie de la Torre, que permitirá tener una visión inédita de la fachada principal y de las esculturas de los Verdiguier. Hay un segundo balcón, tanto o más impresionante que el anterior, que nos conduce hasta dentro de la Catedral y desde el que se puede ver el templo casi a la alturas de las bóvedas. Una pasada.
«Tanto el Cabildo como el deán Eduardo García tienen el empeño de que el visitante tenga una experiencia inmersiva muy cuidada», dice Garzón. Tanto es así que se ha constituido una comisión de expertos, con participación incluso de profesores de la Universidad de Granada, para determinar qué tecnología se va a emplear y, sobre todo, cuál será ese discurso que atrape la atención de quienes acuden a la Catedral. Un relato en el que no faltará, por supuesto, que ahí tuvo su taller uno de los grandes maestros del Barroco llamado Alonso Cano.
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