Carlos Saura: «Cuando vea usted a Frasco, le da recuerdos de mi parte»
El cineasta comentó el reportaje de IDEAL basado en el bebé de entonces, aún vivo, de una de sus fotos tomada hace 64 años en Purullena
Carlos Saura llegó pasadas las doce del mediodía al palacio de los Condes de Gabia. Venía directamente desde la Sierra de Madrid en un ... coche dispuesto por la Diputación. Casi 500 kilómetros del tirón. El mismo camino de ida y vuelta que hacía allá por los años cincuenta, a bordo de su Seat 600, cuando fue contratado como fotógrafo oficial en varias ediciones del Festival Internacional de Música y Danza de Granada. «¡Madre mía, lo que han cambiado las cosas!», exclamó en referencia a esa carretera «infernal» que había para cruzar Despeñaperros y para luego llegar a Granada.
Pero como en aquel entonces, hace ya sesenta y cuatro años, Carlos Saura, el fotógrafo y el cineasta, arribó esta vez a Granada con su cámara anudada al cuello. No era su mítica Leica, sino una pequeña Sony con un objetivo todo terreno preparado para 'disparar' en cualquier momento. Como cuando en 1955, en uno de esos viajes por la provincia de Granada, por la comarca de Guadix para más señas, paseaba por las cuevas de Purullena y allí, al volver la esquina, se encontró con la gitana Loreto amamantando a su pequeño Frasco ante la mirada de María 'la Latera' y Antonio 'el Corbito'. Una escena que quedó inmortalizada por Saura en una imagen elevada por la historiografía a la categoría de icónica.
Una imagen que este viernes Carlos Saura volvió a contemplar frente a frente. Con el diario IDEAL debajo del brazo. Y es que si aquella fotografía, con Loreto amamantando al pequeño Francisco, con 'la Latera' con los brazos en jarra y mirada de pocos amigos y con 'el Corbito' apurando su cigarro, ya contaba una historia, la localización de Frasquito por parte de este periódico, el único de los cuatro personajes de la foto que todavía vive, redimensionaba aún más esa misma historia. La historia de Loreto, «una mujer a la que no le cabía el corazón en el pecho», como dijo su hijo Frasco en su entrevista para IDEAL. La historia del propio Frasco y de su familia, que tuvieron que emigrar a Gerona (Cataluña) «porque en Purullena, por aquellos tiempos, no había ni para comer». La historia de una cueva de ocho habitaciones y colchones de farfolla. La cueva que olía a lentejas. Las lentejas de Loreto. La historia de aquella España de los cincuenta, pobre y auténtica, que aún exudaba plomo y sufrimiento.
«Lo haré»
«Cuando vea usted a este señor (Frasco), le da recuerdos de mi parte», le dijo ayer Saura al periodista que había escrito el reportaje. «Lo haré», le contestó el plumilla. Un encuentro de apenas cuatro minutos –Saura tenía una agenda bastante apretada– que dio para mucho. Hasta para una portada –véase la primera de hoy de IDEAL–. Saura, mirando su foto, confesó que tenía un recuerdo leve de aquellas excursiones a la Granada del interior. «Lo importante de esta foto no es que tenga una buena composición o que técnicamente sea correcta; lo importante es que cuenta algo». «Además, hay belleza, la belleza de la señora», agregó Saura mientras apuntaba a Loreto con su dedo índice. Un momento mágico. El maestro frente a su obra. El maestro hablando de su obra. El maestro cerrando el círculo.
Fotos que forman parte del archivo histórico de España
Carlos Saura es un gran cineasta, pero también un gran fotógrafo. Sus instantáneas forman parte ya del archivo histórico de España. Saura debutó con la cámara a una edad temprana y realizó su primera exposición en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid en 1952. Durante varios años trabajó como reportero profesional.
El diario ABC publicó una de sus instantáneas en portada y la revista francesa Paris Match le llegaría a ofrecer un puesto en plantilla. Saura ha realizado retratos, fotografiando las ciudades, los pueblos y sus gentes, su entorno familias y social… la calle.
Todo esto ocurrió en la sala donde se ha expuesto, desde hace mes y medio, dentro del ciclo Cultura y Memoria Histórica de la Diputación, 'Carlos Saura. La España de los 50', una colección de imágenes pensada en su momento para un libro que nunca se hizo, y que reflejan la realidad, la dura realidad, de un país donde la Guerra Civil apenas había acabado veinte años antes. Un recuerdo, el de la Guerra y el del estruendo de los bombardeos, grabado también a fuego en la memoria del propio Carlos Saura, que tenía cuatro años cuando estalló el conflicto –hoy suma 87–.
El reportaje
Ante los medios de comunicación, Saura habló de la última vez que vino a Granada. Que fue en 1994, cuando rodó 'Flamenco', una película en la que intervino el gran Enrique Morente. Habló de su pasión por la fotografía y de cómo se cruzó el cine en su carrera –le permitía documentar en movimiento–. Habló de su viaje a Sanabria (Zamora), también en los cincuenta, donde la gente vivía en chozas. Habló de la revolución que está viniendo, la de las mujeres, «la que cambiará la estructura de la sociedad». Y habló de la memoria, la de aquellos años, la de las cunetas, la de los que se quedaron en el camino.
Habló Saura. Habló el maestro. Habló en Granada.
«Cuando hablo de la Guerra con mis hijos, me miran como un marciano»
El veterano director de cine, escritor y fotógrafo Carlos Saura, insistió durante la presentación en Granada de la proyección de su primera película 'Los Golfos' que «hay cosas de nuestra historia que no había que olvidar, como por ejemplo la Guerra Civil». El acto sirvió para clausurar la cuarta edición del ciclo 'Cultura y Memoria Histórica' de la Diputación de Granada, que durante dos meses ha analizado la década de los 50.
Carlos Saura afirmó que «hay cosas de nuestra historia que no había que olvidar, como por ejemplo la Guerra Civil y cuando hablo de la guerra con mis hijos, me miran como si fuera un marciano, como si hubiera sucedido en la prehistoria, porque se ha olvidado o se quiere olvidar, y yo no puedo olvidarlo porque la he vivido directamente; yo tengo ahora 87 años, tenía 4 años cuando empezó la guerra, 7 cuando acabó, he estado en Madrid, en Valencia y en Barcelona con el gobierno republicano y todo ese periplo de mi infancia está lleno de bombardeos, de muertes y de tremendos contrasentidos».
Saura recordó sus primeros trabajos como fotógrafo del Festival de Música y Danza en los años 50 y desveló que «entonces, cuando estaba en Granada, empecé a hacer un tipo de fotografías que luego para mi han sido fundamental. Por ejemplo descubrí el flamenco en Granada, y luego cuando tenía tiempo me marchaba con mi coche, un coche pequeñito que tenía yo, un 600, a hacer fotografías por ahí y la idea era hacer un libro de fotografía sobre España, pero nunca se llegó a término porque se cruzó el cine entremedio. En el año 59 hice 'Los Golfos' y entonces se acabó mi carrera como fotógrafo profesional y comenzó una carrera diferente como cineasta».
El presidente de la Diputación de Granada, José Entrena, dio la bienvenida al director aragonés y le agradeció personalmente que haya querido volver a Granada para la presentación de su primera película 'Los Golfos' y para visitar también su exposición fotográfica 'España, años 50'.
Entrena señaló que era «un honor contar con uno de los cineastas –además de fotógrafo, guionista y escritor– más relevantes e influyentes de nuestra historia, aquí en la sede del área de Cultura de la Diputación de Granada. Y era muy importante que estuviera aquí porque ha sido protagonista de buena parte de nuestro ciclo de memoria durante estos dos meses».
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