Antonia San Juan | Actriz
«Fui una buena hija porque siempre me ocupé de mi madre en todos los aspectos»La inolvidable intérprete de La Agrado en 'Todo sobre mi madre' trae al Isabel la Católica hoy y mañana 'Entrevista con mi hija Mari'
La actriz Antonia San Juan vuelve a actuar en Granada hoy y mañana. Viene al Isabel la Católica con su más reciente montaje, 'Entrevista con ... mi hija Mari', un recorrido por las particularidades de las relaciones materno–filiales, contado con la intensidad que habitualmente se gasta la intérprete canaria.
–¿Quién es Mari, y por qué es tan buena?
–'Mi hija Mari' es la hija de Cuca. Y Mari es «tan buena» porque se somete a una madre que la controla. Mari hace casi todo lo que su madre quiere que haga, por ese motivo Cuca repite «qué buena es mi hija Mari».
–¿Dónde estaba la medida de la buena hija, y dónde está hoy?
–No tengo ni idea, la verdad; eso es una cosa muy subjetiva.
–¿Dónde debiera estar esa medida?
–Hay un pacto tácito, que no es ni bueno ni malo de manera aparente. Hay unas órdenes conscientes donde la madre se impone simplemente por ser la madre, y como hija puedes acatarlas o no. Si se tiene la suficiente inteligencia y cultura se puede hablar de todo y llegar a un acuerdo; si no, todo acaba en gritos y se convierte en un desencuentro donde las dos partes quieren tener razón e imponerse.
–¿Qué papel debieran ocupar los padres, entonces?
–Hay que aceptar que los hijos son de la especie y los padres deben ayudar a construir seres sanos válidos para la sociedad, pero los hijos no son tuyos, por lo cual tú tienes que cuidarlos, alimentarlos, darles una educación etcétera. Pero eso no significa que tú puedas hacer con ellos lo que te dé la gana.
«Hay que aceptar que los hijos son de la especie y los padres deben ayudr a construir seres sanos válidos para la sociedad»
–Las relaciones entre padres e hijos, ¿qué tienen de cómicas? ¿O son más bien tragicómicas?
–No creo que se puedan considerar cómicas ni tragicómicas en la vida real. Todo cambia si lo miras desde la butaca de un teatro.
–¿Fue usted una «buena hija»?
–¿Qué significa en realidad ser una buena hija? Desde mi punto de vista, solo soy una hija; ni buena ni mala. He tenido momentos buenos y malos. Sí fui buena hija fue porque me ocupé siempre de mi madre en todos los aspectos. Si en eso consiste, algo así soy.
–¿Por qué este montaje, y por qué ahora?
–Cuando aparece la creación no tiene qué ver con un momento concreto, aparece y listo.
–¿Qué recuerdos, o demonios si los hay, despertó en usted la génesis de este espectáculo?
–Para mí es una manera de observar la realidad. Hay un nexo en todas las familias. Todos vivimos cosas parecidas. Las relaciones entre madres e hijas suelen tener mucho en común.
–¿Por qué debiera el público ir a verla este fin de semana en Granada?
–No me gusta la expresión «deber ir», Que venga quien le apetezca; no me gusta crear obligaciones ni imposiciones. Para el que quiera venir, allí estaré dando siempre lo mejor.
–No es la primera vez que actúa aquí, ni mucho menos, y el Isabel la Católica lo conoce muy bien. ¿Qué le gusta de esta ciudad?
–Conozco hace mucho tiempo el Teatro Isabel la Católica, he actuado aquí muchas veces, y siempre he sido muy bien recibida. De Granada, me gusta todo.
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