Brillante entrega de premios del XXVIII Concurso de Narraciones Breves de IDEAL

Como afirmó Chirino en su presentación, «este concurso no es un arrebato. Después de 28 ediciones, forma parte de la agenda literaria de la ciudad por derecho propio. Y lo organiza un periódico, que es acción, pero también reflexión y sosiego. Esa reflexión y sosiego que también acompaña la creación literaria». Carlos Hernández señaló: «Un año más, es una satisfacción poder colaborar en esta iniciativa, ahora con la nueva dirección del periódico, y esperamos seguir durante mucho tiempo más».

Por su parte, López Nevot destacó las excelentes relaciones que mantienen IDEAL y la Academia. «Muchos académicos, que comparten tal condición con la de ser periodistas, colaboran en la cabecera, a la que agradecemos también el espacio que se nos da con 'De Buenas Letras', la sección en la que los académicos escriben periódicamente dentro de las páginas de Opinión». El catedrático evocó las relaciones entre verano y literatura, al afirmar: «En verano, el tiempo se remansa. Tenemos oportunidad para recuperar aquella novela olvidada de puro sabida o para escribir aquel relato o aquel poema que apenas dejamos esbozados».

Wenceslao Carlos Lozano, académico de las Buenas Letras de Granada, fue el encargado de ofrecer la lección que tradicionalmente acompaña al acto. Bajo el título 'El relato', hizo un planteamiento de los orígenes de esta forma expresiva, que calificó como un subgénero dentro de la narrativa. Sobre sus características, señaló su brevedad, su conexión con fábulas, leyendas y la tradición popular de autoría desconocida. «Incluso el Antiguo Testamento respondería a ese concepto de amalgama de relatos, transmitidos de forma oral antes de la llegada de la escritura», dijo. Lozano también repasó los distintos tonos, desde el de humor al de terror, y desgranó las condiciones que suele cumplir: un solo narrador, en primera o tercera persona; un texto ficticio escrito en prosa, con presentación, nudo de la historia y desenlace final, este último a veces inesperado, y motivado por uno de los personajes.

Finalmente, llegó el momento de otorgar los premios. El primero, 'El hijo de la cubana', de Jaime García-Torres Entrala, tiene una dotación de 600 euros más trofeo; el segundo, 'Las mil y una formas de hablar con las manos', de Lucía Gimeno Barea, se lleva 300 euros y trofeo, y la tercera creación galardonada, 'Ayer murió una mujer', de María del Mar Peña Martínez, se lleva 250 euros y trofeo. Los 31 relatos seleccionados forman parte de un libro que se entregó al concluir el acto a los presentes.