La belleza plástica del Legado Andalusí
La Casa Zafra muestra once paisajes de al-Andalus a cargo de grandes artistas como Juan Vida
JESÚS LENS
GRANADA
Jueves, 14 de noviembre 2019, 01:12
La puerta se abre frente a una alberca en la que el rumor constante del agua nos permite asomarnos a otro tiempo y a otro ... lugar. Nos hallamos en el patio de la Casa de Zafra, cerca de la popular Carrera del Darro, pero alejados de su mundanal ruido. Al entrar en una de las estancias de la casa morisca, convertida para la ocasión en sala de exposiciones, nos asaltan once paisajes diferentes, once perspectivas, once visiones. Once horizontes que nos invitan a soñar con viajes, caravanas y encuentros. Con descubrimientos, conversaciones al calor del fuego y baños a la luz de la luna.
«Armoniosos sonidos de alegres surtidores, de aguas ocultas, de acequias o de atanores profundos, hacían el contrapunto de un lugar arrebatado y único», escribe Miguel Rodríguez-Acosta.
Hasta el próximo año y gracias a la muestra titulada 'El Legado Andalusí. Una propuesta plástica', vamos a encontrar paisajes de Motril y Salobreña y de la Granada troglodita de la Zona Norte de la provincia, con sus tierras abrasadas por el sol. También hallaremos vistas del Boquete de Zafarraya que conecta las sierras granadinas con la costa de Málaga y de las diferentes Alpujarras que en la historia han sido y siguen siendo.
Una exposición cuyo evocador contenido resulta especialmente inspirador por el marco en que se ha instalado: esa Casa de Zafra que, construida en el siglo XIV y después de formar parte del convento Santa Catalina de Siena, se conserva intacta como uno de los mejores ejemplos de residencia palaciega nazarí.
«Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía», escribía Amin Maalouf en 'León el Africano'. La cita se encuentra reflejada en una de las paredes de la sala donde lucen, esplendorosas, las once piezas que el Legado Andalusí, en feliz iniciativa de Jerónimo Páez, encargó en los años 90 del pasado siglo a algunos artistas tan reconocidos como Xaverio, Manuel Gómez Rivero, Jesús Conde, Juan Manuel Brazam, Emilio Zurita, Alejandro Gorafe, José Manuel Darro, Juan Vida, María Teresa Martín-Vivaldi, Miguel Rodríguez-Acosta y Julio Juste.
«Un cachorro de perro descubre el mundo que le rodea. Mira fijamente a un caracol. A sus pies se inicia un camino que bordea un monte de viviendas trogloditas detrás del cual se intuye el mar. En el cielo, una constelación parece indicar el rumbo. Mientras, en la llanura árida pastan ajenos algunos animales trashumantes. Se inicia una historia marcada por el éxodo y la plenitud». Así se presenta el cuadro de Juan Vida, perfectamente reconocible para los amantes de su arte, en el que se condensa el espíritu de la Ruta de León el Africano. La montaña convertida en morada y el cielo invitando a partir, mostrando al camino a aquellos que se atrevan a aventurarse y partir.
En la muestra hay lienzos de gran tamaño presididos por colores fuertes, del amarillo intenso en las obras de Conde y Darro al luminoso naranja de Rodríguez-Acosta o al azul y verde de Martín-Vivaldi, quien describe su obra con un texto igualmente cargado de cromatismo: «La conjunción de azul de mar y azul cielo se rompe por la interposición de la tierra; de ahí el verde que evoca, con su integración de lo húmedo y de lo seco, los campos de caña de azúcar».
Instalación en hierro
No todo son lienzos y pintura en la exposición. También se puede encontrar una instalación geométrica de Gorafe, realizada en hierro, que funde el paisaje del olivar con las lacerías dibujadas en los muros de mosaicos nazaríes, o el Petral confeccionado con elementos minerales autóctonos de La Alpujarra, representación de una jarapa tradicional, realizada por Xaveiro en la que es, posiblemente, la pieza más sorprendente de la muestra.
«Disfruto abiertamente contemplando las maravillas paisajísticas que se nos ofrece en Andalucía y esa conjunción de vegetación frondosa, junto a otra desértica, que se une al mar para más tarde dar paso a la montaña, me produce un constante motivo de inspiración», escribe Manuel Gómez Rivero, condensando perfectamente el sentido de una exposición que, con una fuerte carga de granadinismo en la selección de artistas, se muestra felizmente abierta al mundo.
En 'El Legado Andalusí. Una propuesta plástica' se concentran buena parte de los paisajes más reconocidos de la geografía granadina, pero conectados con los demás elementos definitorios de las Rutas del Legado representadas en cada obra. El dedicado a la ruta de Ibn al-Jatib, por ejemplo, de Jesús Conde. «Los paisajes yermos y desolados del sureste español me remiten al descubrimiento de un paisaje interior, de una memoria antigua donde se percibe la lucha del hombre con la naturaleza».
O la Córdoba de los Omeya, representada en la Ruta del Califato por José Manuel Darro, donde «la luz interior y la luz natural se unen con la arquitectura del espacio y forman una alianza para dar una honda sensación de armonía» en una de esas piezas prototípicas del artista, con la geometría al servicio de la historia.
Porque cada cuadro de esta exposición es una historia incardinada dentro de la Historia. Historias protagonizadas por grandes viajeros, científicos y artistas como Ibn Battuta, Washington Irving, Münzer o al-Idrisi; nombres que son una invitación al viaje y al descubrimiento en sí mismos.
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