«Bailar con bata de cola es la manera de manifestarme y de ser honesto»

–¿Cuándo fue la primera vez que soñó bailar con bata de cola en un escenario?

–Desde muy pequeño, creo recordar a la edad de nueve años o así. Me atraía más ese complemento asociado a la bailaora que un pantalón alto.

–Comenzó este 'travestismo' con Rafaela Carrasco y ha ido depurando la técnica hasta el día de hoy. ¿Es imprescindible este acercamiento a la feminidad en sus espectáculos?

–La primera vez que me puse una bata de cola fue en un espectáculo de Rafaela Carrasco, ella me enseño a moverla y la técnica que requería. Después la incorporé en un espectáculo mío '1980' y 'Mundo y aparte'. Después seguía bailando internamente o fuera de los escenarios con estos complementos, hasta el punto que otros bailaores y ballets me llamaron para coreografiar para sus espectáculos con bata de cola, como el Ballet Nacional de España o la obra 'Mujeres' de Mario Maya. Más tarde fue Belén Maya la que me invito a su espectáculo 'Los invitados' para colaborar con ella bailando con bata y mantón, esta fue la primera vez que use estos dos complementos juntos en público, y esto fue un gran paso para mi propia aceptación y mis miedos que hasta ese momento existían. A día de hoy no sé si es imprescindible para mí este acercamiento, pero es algo que siempre desde niño he querido hacer y por eso lo hago, tampoco sé si es un acercamiento a la feminidad, pero sí es un acercamiento a mi instinto, mi propia feminidad y manera de manifestarme y de ser honesto. Lo considero un acercamiento a mi feminidad que nace en un determinado momento y circunstancia. Simplemente me ha gustado desde siempre.

–Usa elementos de mujer pero no deja de ser un varón en el escenario, aportando al baile flamenco un nuevo concepto, como cuando la mujer empezó a bailar con pantalones. ¿Cree que se debe mantener la dicotomía entre el baile de mujer y el de hombre?

–Sí, hasta ahora he usado elementos asociados al código femenino y no he dejado de ser un varón, genéticamente hablando. En 'Viva' es diferente, adoptamos una estética diferente, una estética con la que nos identificamos y quiero dejar claro que esa estética para nosotros tampoco representa ni la feminidad en general ni la mujer en general ni la mujer bailaora, nos representa a cada unos de nosotros. Nos representa únicamente a nosotros mismos. Creo que cada uno debe mantener su identidad sin verse atrapado en cuerpos ni vestidos ni movimientos que determinen algo que no son.

–Mañana presenta en Granada 'Viva', donde acerca a sus compañeros al delicado manifiesto de la ambigüedad. ¿Cómo lo afrontan ellos?

–Ellos también han tenido esa necesidad; cada uno diferente en sus vivencias, claro está. Se lo han tomado maravillosamente bien porque es algo que ellos siempre han querido hacer.

–¿A qué responde el nombre de 'Viva'?

–'Viva' es un grito de afirmación y de celebración.

–¿Piensa que su apuesta ha sido aceptada en un mundo tradicionalmente tan machista y ortodoxo como el flamenco?

–Realmente lo que me importa es mi propia aceptación.

–No solo indaga en lo femenino sino también en el mundo de la infancia. ¿Lo afronta con el cariño de la nostalgia o son asignaturas pendientes en su vida?

–Las dos cosas. Quiero dejar claro que 'Viva' es el resultado en parte de una educación y vivencias personales, que indaga en nuestro panorama de la fantasía de nuestra propia feminidad. 'Viva' no representa a la feminidad en general, como he dicho, nos representa a nosotros mismos y nuestra feminidad personal asumida desde nuestros cuerpos masculinos. Pero para mí 'Viva' también es una exposición en general de las distintas formas que existen tanto en la danza española como en el flamenco.

–Pasó algún tiempo sin venir a Granada (sus primeras obras no se conocen por estos pagos), últimamente sin embargo le hemos visto varias veces seguidas. ¿Cuándo un estreno en Granada?

–Espero que pronto pueda estrenar en Granada. Hasta ahora no he recibido ninguna propuesta, encargo, ni coproducción. Sin contar en este caso con las múltiples residencias y apoyo que me ha dado Olga Ruano desde Almuñécar.