Una nueva oportunidad para recuperar la Azucarera de San Isidro
La UGR destaca la importancia de recuperar la fábrica con la vista puesta en Capitalidad Cultural de 2031
Año 2031. Después de once años de trabajo, lucha, encuentros y desencuentros, Granada celebra con una copa de vino de la tierra que ha logrado ... la Capitalidad Europea de la Cultura, un marbete que la sitúa como gran referente cultural no sólo en el viejo continente, sino incluso un poco más allá. Año 2031. Después de once años de trabajo, lucha, encuentros y desencuentros, Granada lamenta que no ha conseguido la Capitalidad y todos los sueños se desvanecen sobre la marcha. Esos son los dos escenarios posibles en ese año en que la ciudad de la Alhambra, el monumento más visitado de España, Federico García Lorca, el autor en idioma castellano más leído del mundo, y la Universidad cinco veces centenaria ha puesto buena parte de sus expectativas de futuro.
Hablamos de esa 'cosa' que los políticos llaman 'proyecto de ciudad' y que, con independencia de lo que decida la Unión Europea, encargada de designar la Capitalidad, puede ser un auténtico revulsivo en forma de tangibles como equipamientos, infraestructuras y eventos culturales de primer orden, y en forma de intangibles como promoción y conocimiento de Granada allende Despeñaperros y los Pirineos. Y aquí, en este punto, es cuando emerge un proyecto que, al igual que sucedió en Madrid con Matadero, unas naves enormes abandonadas en pleno barrio de Legazpi reconvertidas en referente del arte contemporáneo, podría transformar la Azucarera de San Isidro en un centro cultural y formativo de primer nivel vinculado a la Vega, a la Universidad y al mundo de la creación de Granada.
Vaya por delante que este tema de la Azucarera, que en su momento fue objeto de deseo por sus posibilidades urbanísticas y que ahora va camino de ser una ruina por falta de mantenimiento, está en la agenda institucional. Tanto es así que el asunto se ha abordado en los dos últimos foros promovidos por Granada 2031, un ente que ha emanado desde el Ayuntamiento para recabar la opinión de colectivos, asociaciones y colegios profesionales respecto al camino que se ha de seguir para que Europa dé sus bendiciones a Granada y que está marcando las pautas respecto a las acciones que se deberán acometer en el corto y medio plazo.
Se habló de ello el 21 de enero en un encuentro en el Colegio de Arquitectos de Granada, y se habló de ello el 3 de febrero en el salón de plenos del Ayuntamiento. Allí se apuntaron cosas importantes. La Universidad, que tiene mucho que decir por su vinculación con la formación, la cultura y el patrimonio –es propietaria de cinco Bienes de Interés Cultural– y porque en 2031 cumple quinientos años, comentó en voz de la rectora, Pilar Aranda, que la UGR ve con buenos ojos esta salida de que la Azucarera sea un centro cultural.
La UGR no ha dado mayores detalles, pese a los requerimientos de este periódico. Se limita a decir que «en este momento no podemos (debemos) decir más al respecto». Aunque sí reconocen que «es un proyecto de futuro importante, multifacético, especialmente orientado hacia 2031 y en el que se trataría de integrar universidad, ciudad y área metropolitana». «Sin embargo, aún está muy inmaduro y preferimos por ahora no levantar expectativas que podrían no cumplirse». La Consejería de Cultura, que desempeña un papel clave ya que esta fábrica tiene la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC), ha señalado que se trata de una posibilidad que la Junta de Andalucía puede considerar.
Propiedad privada
Ahora bien ¿qué capacidad operativa tiene Granada respecto a un inmueble que no es suyo? Aquí está la clave. El conjunto industrial formado por Ingenio de San Juan, construido en 1882, y San Isidro, que data de 1901, tiene hoy día tres dueños. La titularidad de Ingenio de San Juan, de 1.485 metros cuadrados, es del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), dependiente de la Dirección General de Patrimonio del Estado. O sea, del Ministerio de Economía y Hacienda. Mientras que San Isidro, de 87.690 metros cuadrados, pertenece en un 51% al fondo buitre Blackstone y en un 49% a Aliseda, la división que gestiona la cartera inmobiliaria del Banco de Santander –San Isidro fue una herencia recibida por el Santander tras quedarse con el Banco Popular–.
La historia de cómo estas fincas han terminado en estas manos es larga. Ávila Rojas las compró en 1984. Luego fueron adquiridas en 2006 por el grupo empresarial Líder 25. Después de la desaparición de esta mercantil, el complejo fabril pasó al banco que había soportado financieramente la operación. Primero el Popular y, tras el cierre de esta entidad, el Santander, que asumió todo su activo y su pasivo.
Un hito de la industrialización a principios del siglo XX
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó el 15 de septiembre de 2015 su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Este complejo fabril, representativo de la industrialización de Granada de finales del siglo XIX y principios del XX, destaca tanto por su valor histórico como por la calidad arquitectónica y estética de las edificaciones que alberga. Aunque no se cuenta ya con su antigua maquinaria, los inmuebles proporcionan información acerca de un proceso productivo que marcó la vida de Granada durante varias décadas. Sus muros son de ladrillo y mampostería y en el diseño de sus fachadas destacan sus rítmicos ventanales. También es muy interesante la torre de destilación o alcoholera, de adobe, con una altura de treinta metros e inspiración centroeuropea.
Es decir, cualquier decisión pasa por Fogasa, Blackstone y Aliseda. La anterior corporación municipal, encabezada por Francisco Cuenca (PSOE), emprendió varias líneas de actuación. Una fecha importante. El 30 de diciembre de 2016 el pleno aprobó una moción del Partido Socialista relativa al desarrollo de la Azucarera San Isidro, con votos a favor de PSOE, Ciudadanos, Vamos Granada e Izquierda Unida y abstención del PP. En el punto primero se convenía (literalmente) «indagar con la posibilidad de participar con la propiedad y con las instituciones públicas y privadas un acuerdo marco para la recuperación y el desarrollo de la Azucarera San Isidro e Ingenio de San Juan, BIC por su valor industrial, arquitectónico y urbanístico».
¿Qué se hizo entonces? Una de las vías que se planteó fue compensar a los legítimos propietarios con autorizar para erigir en el recinto alguna construcción que generara un retorno económico. Se barajó la opción de una residencia, un uso que permite el planeamiento de esta zona. En este punto conviene subrayar un aspecto importante. El estado de conservación de Ingenio de San Juan y Azucarera San Isidro es muy malo y en los últimos meses se ha detectado incluso la presencia de 'okupas' –ahora hay guardias de seguridad que impiden el acceso al anterior–. Los dueños están obligados a mantener estas edificaciones en buenas condiciones básicamente porque se trata de un BIC desde septiembre de 2015. Éste es un elemento que se debe de tener muy en cuenta en el momento en que las partes se sienten en una mesa a hablar –si es que esto ocurre en algún momento–.
Según el PGOU actual, la denominada 'área de suelo en reforma 3.02 Azucarera' admite la reordenación de la antigua azucarera de San Isidro para la implantación de usos terciarios (servicios de alojamiento y comercio, por ejemplo), recuperándose los inmuebles catalogados para tener derecho al aprovechamiento». Este es el quid de la cuestión: te doy terrenos para que ganes, pero tú tienes que rehabilitar. Además se abre la puerta para construir viviendas singulares tipo 'loft' –espacios fabriles adaptados a casas–. También recoge la obtención de áreas libres vinculadas a la fábrica de San Isidro y de equipamiento deportivo público asociado a la cesión de Ingenio de San Juan.
La finca formada por Ingenio de San Juan y San Isidro contaba hace unos años con una superficie de 105.171 metros cuadrados, a los que hay que restar 15.110 correspondientes a la expropiación forzosa, en 2010, de los terrenos necesarios para la entrada del AVE a Granada y para el paso elevado de vehículos sobre las vías del tren para conectar con el polígono Fatinafar.
Mucho avanzando... en el terreno de las ideas
La recuperación de la Azucarera como gran centro cultural y formativo de Granada sí que tiene mucho camino andado... en los papeles. La propuesta más avanzada y madura sale del estudio del arquitecto granadino Juan Domingo Santos, que fue invitado en 2016 por los comisarios del Pabellón de España en la Bienal de Venecia para exponer su proyecto 'Fábrica azucarera de San Isidro', que sigue plenamente vigente. El proyecto de Santos aboga por la revitalización de este recinto industrial mediante la programación de todo tipo de actividades culturales (teatro, música, ocio, formación...) y también rehabilitando espacios como 'lofts' con finalidades residenciales y creativas. El objetivo es rescatar recintos con indudable interés patrimonial, como puede ser la Azucarera San Isidro, para integrarlos en la ciudad y que puedan ser disfrutados por todos.
Según apuntó Santos en su día, la recuperación de la Azucarera San Isidro sería un proyecto contemporáneo que se imbricaría con la memoria histórica y que reforzaría las aspiraciones de Granada de convertirse en una capital de la cultura. Además, por su localización, sus instalaciones serían ideales para la puesta en marcha de un centro de interpretación de la Vega de Granada y de todas sus singularidades tanto desde el punto de vista agrícola como arquitectónico –huertas, casas señoriales y cortijos–. Para que todo ello se pueda materializar se precisa del concurso de agentes particulares, pero sobre todo de administraciones como el propio Ayuntamiento de Granada o la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
En la moción aprobada por el Ayuntamiento en diciembre de 2016 se habla de «talleres formativos, bellas artes, salas para exposiciones y encuentros culturales». También se contemplan otras posibilidades de utilización cultural de este vasto espacio como muestras, festivales de música, cine y danza, interpretación del patrimonio, fomento del turismo industrial andaluz y museo del complejo azucarero.
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