Ayala hilvana la tradición ancestral del cuento en su obra 'Glorioso triunfo del Príncipe Arjuna'
Una nueva edición a cargo de la Diputación y Entorno Gráfico recupera un escrito en absoluto menor del granadino en su 115 aniversario
José Antonio Muñoz
Granada
Miércoles, 17 de marzo 2021, 00:38
En el día de ayer, el escritor granadino Francisco Ayala (1906-2009) podría haber cumplido 115 años. Y doce después de su muerte, su obra ... sigue deparando sorpresas a los lectores. Su capacidad para mostrar –sin demostrar, es decir, sin alardes– su extraordinario bagaje literario, se ha plasmado en obras que forman parte de la historia del pensamiento español y universal. Desde las más difundidas 'Los usurpadores' o 'La cabeza del cordero' –recientemente editadas por Alianza Editorial– hasta obras aparentemente, solo aparentemente, más humildes, como esta 'Glorioso triunfo del Príncipe Arjuna' que han puesto en páginas la Diputación Provincial y Entorno Gráfico, y cuya presentación tuvo lugar ayer en el Palacio de los Condes de Gabia ante una audiencia, desgraciadamente, más que escasa. La hora –las 12.00– y la pandemia, no contribuyen a que los actos literarios rebosen.
En el acto estuvieron presentes, amén de la diputada de Cultura, Fátima Gómez, el catedrático de la UGR Antonio Sánchez Trigueros, el también catedrático, pero de la Universidad de Sevilla, y además crítico de IDEAL, Manuel Ángel Vázquez Medel, quien es el autor de la introducción y notas del volumen y participó de manera virtual, y Francisco Acuyo, de Entorno Gráfico. Por parte de la Fundación Ayala, acudió también Manuel Gómez Ros, su director.
El profesor Sánchez Trigueros fue el encargado de poner en antecedentes a los lectores sobre este libro, que, según afirmó, cuenta con un análisis tanto hermenéutico como filosófico y filológico muy interesante a cargo de Vázquez Medel, de quien dijo que las grandes perspectivas de futuro en el estudio de la obra de Ayala están en sus manos.
A renglón seguido, entró a valorar el exotismo del relato, que pudieron comprobar ya quienes tuvieron en sus manos la primera edición de la obra, publicada allá por 1980, hace más de cuatro décadas. «Los lectores de Ayala estábamos acostumbrados a que el maestro nos sorprendiera continuamente», dijo. «Pero, al mismo tiempo, siempre esperábamos de él que aportara algo distinto. Y en este caso, volcó algunas ideas claves de su pensamiento y su ser literario en estas apenas 16 páginas que integran la obra».
Esa capacidad del escritor granadino para vivir en permanente estado de alerta y observación de la realidad para luego volcarla en sus escritos no ha dejado de dar satisfacciones a los lectores. En este caso, concreto, como recordó el profesor Sánchez Trigueros, fue una anécdota la que dio origen a esta obra. «Se encontraba Ayala en el aeropuerto JFK de Nueva York esperando un vuelo que debía traerle a España cuando se le acercó una hindú que ofrecía para la venta textos propios de su tradición cultural hindú. Le compró uno. Fue un impulso el que desató el ánimo creador del escritor granadino».
Recordó Sánchez Trigueros que Ayala había viajado a la India con anterioridad, y que aquel encuentro con la joven hindú debió despertar esas imágenes dormidas procedentes de esos viajes, con las ilustraciones de obras como el 'Bhagawadgita', uno de los grandes textos sagrados de la tradición hindú. La potencia evocadora de las imágenes fue acompañada por la presencia del sugestivo personaje del príncipe Arjuna, uno de los héroes del poema épico hindú 'Mahabhárata'. «Este poema es un punto de partida; es decir, Ayala no lo adapta, solo toma como referencia al personaje», matizó el catedrático.
Una forma breve
«Ayala se sentía especialmente a gusto con las formas narrativas breves, como demostró desde su juventud. Fue especialmente hábil en la creación de miniaturas literarias», comentó el experto granadino. En el análisis del conjunto, se detuvo en la capacidad innovadora del autor, que hilvana en un solo y reducido volumen buena parte de la tradición ancestral del cuento en dos continentes. Aparece, por un lado, la vertiente asiática, con el ya mencionado 'Bhagavadgita', en el que el príncipe Arjuna recibe de su primo Krishna indicaciones sobre cómo debe ser un guerrero y gobernante, basándose en ejemplos. En este lado del mundo, el parentesco conceptual con 'Las mil y una noches' es claro.
Por otro lado, Ayala recoge la tradición de los textos europeos directamente conectados con esta tradición asiática, como el muy cercano a nosotros 'El conde Lucanor', de Don Juan Manuel; el 'Decamerón'. de Bocaccio. o 'Los cuentos de Canterbury' de Geoffrey Chaucer. La lectura de 'Glorioso triunfo de Arjuna', además de ser muy rápida, enriquece al lector por la capacidad de Ayala de ofrecer píldoras de pensamiento e indicaciones éticas habituales en su producción.
Cuando el observador se convierte en protagonista de la historia
El profesor Sánchez Trigueros destacó en el trabajo de Ayala la capacidad de este para fundir el marco con el relato, introduciendo a los personajes que cuentan la historia directamente en ella. Esto ocurre en 'Glorioso triunfo del Príncipe Arjuna' hasta el punto de que Sendar, su preceptor y persona de la que recibe los consejos, acaba muriendo en una batalla narrada en la última parte de la propia obra.
«Los grandes temas que preocupan a Arjuna son los que nos siguen preocupando hoy a todos: la vida, la muerte, el tiempo, el amor, el cuidado de la naturaleza y nuestra relación con ella... Esta circunstancia hace que el texto, después de más de cuatro décadas desde su primera publicación, no haya perdido un ápice de su actualidad», destacó Sánchez Trigueros.
Así, la fuerza de la naturaleza que aparece en el caballo que se encabrita y aplasta al jinete en el sueño del príncipe, el ajedrez como metáfora del juego de la vida, o el erotismo «turbadoramente dulce» hacen que el lector de hoy se sienta identificado con el protagonista.
Por su parte, el director de la Fundación Ayala, Manuel Gómez Ros, quien no intervino directamente en el acto, afirmó a IDEAL que «nos encontramos ante una obra muy poco estudiada del escritor granadino. Un trabajo de madurez donde este da rienda suelta una vez más a las ganas de vivir que caracterizaron su existencia. Con obras como esta, Ayala reafirma su condición de clásico, y ofrece un ejemplo claro de hasta qué punto la buena lectura es capaz de hacernos crecer como seres humanos».
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