Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo retornan donde están sus afectos
Ambos escritores ofrecieron una charla íntima en Librería Inusual a una veintena de elegidos, donde hablaron de la obra 'Volver a dónde'
José Antonio Muñoz
Granada
Sábado, 30 de octubre 2021, 00:36
El tiempo y los cambios inesperados, como la pandemia, marcan nuestra vida. Las ausencias y las presencias pautan el ritmo de la respiración. Y todo ... ello aparece en 'Volver a dónde', la nueva obra de Antonio Muñoz Molina, que en la tarde de ayer fue el hilo conductor de la conversación que mantuvieron el autor ubetense –que tantos años estuvo afincado en Granada– y Elvira Lindo en la Librería Inusual. Un volumen en cuyo interior ambos vivieron, como recordó Lindo al iniciar la charla. «Es la vida traducida en palabras. La historia de una convivencia a puerta cerrada, con todos los ecos mentales que nos llegaban: los recuerdos, los pensamientos...», afirmó. Es la mirada en el balcón de Muñoz Molina la que, según la escritora, se describe en el libro. La portada –esa silla y ese balcón– testimonia la salida al mundo de muchas casas humildes y algo menos, lugares donde se habló mucho del tiempo pasado y se pensó en el futuro tras la pandemia.
«Un día salió del despacho y dijo: he escrito un libro», recordó Elvira Lindo, con humor. Luego, llegó el momento de corregir con el objetivo de que el contenido fluyera. Este es un relato que tiene una música interior que parte del tiempo presente para volver al pasado y abrir la puerta a la idea del mundo futuro. «La literatura que me gusta es la que da una respuesta inmediata a lo que el mundo está viviendo. Con el tiempo, me he hecho mucho más permeable a mis circunstancias. Y en la pandemia se nos creaban horarios, hábitos... En un momento determinado, empecé a sentarme en el comedor frente al balcón a partir de las cinco y media o las seis para tomar notas. No estaba escribiendo un libro en aquel momento, estaba respondiendo a lo que estaba viviendo», comenzó su exégesis de su obra Antonio Muñoz Molina. Y junto a este trabajo, el de dar una nueva vida a las páginas del periódico a través del collage. El libro se convierte, así, en una consecuencia, en un efecto de la pandemia.
Las colas para ir al supermercado, esos espacios llenos de gente... «La literatura tiene la obligación de contar lo extraordinario», aseguró Muñoz Molina. Y lo extraordinario era tener la certeza de las limitaciones y al mismo tiempo, comprender que en el mundo de hoy, lo lejano se hace cercano. «Cuando nos enteramos de que habían cerrado una ciudad de 10 millones de habitantes en China, lo veíamos como algo remoto», recordó.
Negar lo evidente
El título del libro tiene también que ver con la negación de los posibles cambios y la inhibición ante las medidas a tomar. El escritor aseguró que el hecho de que mucha gente ilustrada sea hostil, por ejemplo, a las consecuencias del cambio climático, revela el hecho de que somos reacios a vivir de otra manera, a cambiar nuestros hábitos.
Y en este sentido, el aprovechamiento de los recursos, el uso de alimentos sencillos, marcó una rutina que se revela en 'Volver a dónde': «La posibilidad racional de hacer un mundo más habitable», como dijo Muñoz Molina. Ello va en contra de una concepción de la sociedad individualista, la cual forma parte del mundo que las grandes firmas quieren vender. «Una vida más simple no significa una actitud monacal, áspera, represora, sino una opción por agredir menos al medio ambiente, porque la amenaza es real. La pandemia nos ha devuelto, en cierta medida, la idea del bien común. Y las personas peor pagadas se convirtieron en esenciales: cuidar a los ancianos, limpiar los hospitales...», reflexionó.
El libro es también un desfile de personas, como el doctor Bouza, quien ya jubilado, volvió al hospital para ayudar en lo que se precisara. Personas que entran y salen de la historia, como aquel piloto de Iberia afectado por un ERE que se presentó voluntario para ir a por material sanitario a China, y que tuvo la oportunidad de surcar cielos vacíos. «Las historias interesantes no precisan de una imaginación calenturienta, sino de una observación atenta», aseguró el escritor.
También hay en 'Volver a dónde' otro desfile de personajes, los que conformaron la personalidad de Muñoz Molina. Estos aparecen, por ejemplo, a través de las onomásticas de sus mayores: su madre, su tío, cada uno con su propia voz, a veces luminosa, a veces amarga. «Los santos marcan la idea campesina del tiempo, las estaciones. Son días que se repiten todos los años, como esa vida campesina circular. Con ellos viví un regreso al pasado que se mezclaba con el presente», recordó.
Un regreso que comporta también un análisis del propio ser, con sus filias y sus fobias. En el caso del escritor, la fobia a la violencia de todo tipo, la de las pandillas, la de la matanza del cerdo o la de la tauromaquia, y la observación atenta de lo mutable y lo permanente. Esto es lo que hay en 'Volver a dónde', una observación del tiempo pasado, con sus roles y sus pequeñas infamias, desde el momento actual, con una visión crítica sobre ciertas tradiciones destinadas a ser superadas.
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