Sacromonte: Cruz, guitarra y gracejo
Granada ha acogido este fin de semana la festividad de las cruces de Mayo por toda la ciudad
Andrés Molinari
Domingo, 4 de mayo 2025, 23:52
Como los panes y los peces, la cruz, con su pero y sus tijeras, se han multiplicado por todos los rincones de Granada. Desde los ... colegios del Zaidín hasta los patios del Albaicín, e incluso más arriba, en todo lo alto de Valparaíso, en el claustro del Colegio Viejo sacromontano.
Este año, el acuerdo entre la Hermandad de los Gitanos, los parroquianos de La Asunción y el cabildo del Sacromonte, con su abad Antonio Fernández Siles al frente, junto a la Asociación de Antiguos Alumnos, ha añadido a la Cruz de la Abadía un 'adorno' inédito en nuestra ciudad.
Además de los platos de cobre, los cacharros de Fajalauza, los mantones de Manila y los farolillos de papel, el Día de la Cruz, a la hora del Ángelus, el patio chico de la Abadía se colmó de música y teatro. Ante el lábaro clásico, cuajado de claveles rojos, el aperitivo musical corrió a cargo del guitarrista Ángel Alonso, que incluso interpretó una pieza escrita por él mismo.
Y el plato fuerte el ágape escénico fue el sainete, precisamente, titulado 'El día de la cruz' escrito especialmente para la ocasión por Juan Carlos Navarro de Calín y Paco Pérez y semi interpretado por el Club de Lecturas Teatralizadas, que dirige el primero de los mencionados. Siete aficionados al teatro derrochando gracejo entre pilistras, lebrillos y cornucopias. Christina, Angelines, Mª Jesús, Yolanda, María del Mar, Genaro y Paco, presentados por Jaime.
Una cruz de mayo, en Granada, es un bodegón efímero, una ojeada a lo mejor de cada alacena y a lo más lozano y primaveral de cada arriate. Los abanicos blancos salpicaban la cruz del Sacromonte, como presagiando un Pentecostés al caer. Así el Club de Lecturas derrochó gracejo con sus gestos castizos y dichos graciosísimos. Como la elegancia preside el decorado efímero de clavel y cielo, ni un exabrupto en el texto, ni una ordinariez en los diálogos. Como el cobre recién bruñido brilla entre los manteles y mantones, así el sainete espejea en refranes y dichos populares.
El abad cercano y parco en la presentación del acto, la Hermandad perfecta anfitriona del teatro y la música en su sede canónica, y el Club de Lectura, cada vez mejor y más dispuesto a prodigar gracejo y arte allá donde se le invite.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión