Cascanueces, cita navideña con la danza
Andrés Molinari
Lunes, 30 de diciembre 2024, 23:30
Divierte e instruye jugar a los sinónimos con la chiquillería. Cuántas palabras se te ocurren relacionadas con Navidad: árbol, huérfano de su bosque, regalos necesarios ... o indiferentes, marañas de leds de balcón a balcón, muñecos de nieve antes del cambio climático… y el 'Cascanueces'. Suerte que aún pervive una mirada navideña a la cultura, en forma de cuento hecho ballet, y que su cita navideña en Granada es apoyada por quienes aman la ciudad, como es el caso de este diario IDEAL.
El ballet de Kiev es un viejo conocido nuestro. Visita con frecuencia el Palacio de Congresos y ocupa su escenario con el repertorio más conocido. El público granadino responde con entusiasmo y generosidad, como ocurrió el pasado domingo, con su sala García Lorca totalmente llena, de niños y mayores, para ver su conocida versión de 'Cascanueces'. Una vez más es destacable la entrega de estos ucranianos, escrupulosos con la coreografía, suculentos con el vestuario, pulcros con la escenografía y animosos con la interpretación en escena.
Esperemos que las prometidas mejoras del Palacio de Congresos amplíen su escenario y así las compañías no se vean obligadas a un mero y plano telón de fondo, cuya profundidad es el trampantojo de la perspectiva, y no puedan desarrollar coreografías verticales ya que los focos casi rozan las cabezas de los bailarines. Pero me temo que una vez más los mejoradores de postín adolecerán sordera a nuestros consejos escénicos. De esta forma, Granada seguirá muchas décadas más sin teatro de ópera, ni un escenario a cubierto apto para el gran ballet.
El de Kiev cumplió su cometido. El juguete que se hace bailarín encandiló al público, ansioso por aplaudir cada miniescena. La conocida música de Tchaikovsky, en una grabación correcta, arropó a los niños traviesos, los sueños entre humo, los ratones danzarines… Puede que los cambios de color en las luces fuesen algo exageradas, mientras los solistas no se excedieron, conscientes de que, en compañías así es prurito el cederle todo protagonismo al cuerpo de baile, siempre bien conjuntado.
Si la Navidad tiene sinónimos pronunciables, la danza añade a nuestra cultura palabras que no están en el diccionario pero que deleitan a los mayores y enseñan a los niños el sutil e impronunciable lenguaje de la belleza.
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