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El historiador Henry Kamen, autor de 'Magia y leyenda'. R,C,
«La Alhambra es la imagen de España»

«La Alhambra es la imagen de España»

Entrevista con el escritor Henry Kamen, autor de 'Magia y leyenda' (Espasa), donde dedica un capítulo al monumento nazarí

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

GRANADA

Sábado, 8 de diciembre 2018, 01:15

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Henry Kamen (Rangún, Birmania, 1936), lleva el exotismo como marca de nacimiento, tanto como la curiosidad. El historiador, doctorado en Oxford, ha impartido docencia en universidades tanto británicas como españolas y norteamericanas, y es autor de casi una veintena de libros, muchos dedicados a la Edad Moderna del Imperio Español, y muchos de ellos best sellers internacionales. Su más reciente obra se llama 'Magia y enigma. Edificios legendarios de España', y ha sido publicado por Espasa. En él se detiene en evaluar el significado histórico de la Alhambra y las razones de una atracción que dura ya siete siglos.

¿Cuáles son las razones que le han impulsado a escribir 'Magia y enigma'?

–Yo ni siquiera lo calificaría como libro… (Risas). Es más un pequeño ensayo con unos cuantos pensamientos sobre aspectos de la historia de España, aunque, en este caso, la editorial tenía más interés en subrayar el papel histórico de unos cuantos edificios, y yo me he quedado con seis: la Catedral de Santiago, la mezquita de Córdoba, la catedral de Sevilla, El monasterio de El Escorial, la Sagrada Familia de Barcelona y la Alhambra de Granada, por diversas razones.

¿Por qué ha incluido la Alhambra en esta relación de monumentos?

–No hay una razón, cae por su propio peso. Es el edificio español más conocido en todo el mundo, y el que mejor se identifica con España y es la imagen principal que España transmite al mundo. Además de ello, hay muchos aspectos de la evolución del edificio que son muy interesantes, y pensé que debía contarlos, porque son muy atrayentes.

Uno de ellos, su condición de bastión icónico del último reino musulmán en España.

–Desde luego, esa condición de icono fue hija de unas circunstancias muy especiales. Los reyes musulmanes tenían el dinero y los recursos humanos para construir un complejo monumental como este. Hay que pensar que no hay 'Alhambras' por toda España, sólo hay una, y que no sobrevive en el mundo ningún edificio con las características de este.

Da idea, también, del 'poderío' económico de los nazaritas.

-Por supuesto. Piense que los reyes nazaritas pagaban unos impuestos a Castilla absolutamente desorbitados. Que además tuvieran dinero para construir un palacio como la Alhambra es increíble. Con todo, no piense que el monumento se construyó en una época próspera. Los reinos musulmanes estaban en decadencia, y el nazarita también entró en barrena en los últimos tiempos. Y eso se nota, y mucho.

Fama

¿Qué características cimentan la fama de la Alhambra a nivel internacional?

–Su propia conformación, porque no es un castillo al uso, como los que se construían en el resto de España, ni tampoco un palacio con la fisonomía de otros. Por su situación geográfica, sobre una colina dominando la ciudad, evidentemente fue pensado de forma primigenia como una fortaleza. Y ello a pesar de que desde que Fernando III El Santo firmara el acuerdo de tregua con los musulmanes, y debido a que ese acuerdo proporcionaba grandes beneficios a Castilla, no hubo actividad bélica alguna durante muchas décadas. La defensa es, por ello, sólo uno de los fines con que se construyó el monumento.

¿Su construcción fue, entonces, lo que hoy llamaríamos una acción de relaciones públicas?

–También, claro. Soberbia. Piense que las clases dirigentes del reino nazarí vivían muy bien, y querían un palacio acorde con sus aspiraciones. También para mostrarlo a quienes vinieran de fuera. Era un símbolo de poder. No hay que olvidar que la Alhambra original no contenía un solo palacio, sino una colección de ellos, cada uno perteneciente a una familia.

Tal magnificencia es un caldo de cultivo perfecto para la leyenda.

–Fíjese que lo primero que me intrigó cuando comencé a investigar sobre la Alhambra hace algunos años fue, precisamente, la evolución que tuvo el monumento después de que finalizara el reino nazarí. Tras la Reconquista en 1492, los cristianos la abandonaron, y durante más de tres siglos, los gobernantes no le dieron importancia alguna, ocupándola sólo en temporadas muy cortas, y dejando que entrara en decadencia. Me chocó profundamente esta circunstancia. El primer viajero británico que llegó ante sus muros, Swinburne, ya escribió en sus memorias que «las glorias de Granada han desaparecido junto con sus antiguos habitantes. Todo se encuentra en una situación deplorable». Hay que preguntar a quienes hoy se muestran tan orgullosos de la herencia musulmana el porqué de este abandono durante siglos.

Hasta que llegó Irving.

–Washington Irving fue el primero y el más importante de los propagandistas del monumento y de Granada. Cuando llegó, encontró abandono. Podemos decir que Irving salvó la Alhambra, porque el éxito de sus escritos, sobre todo en el Reino Unido y Estados Unidos, crearon una corriente de visitas que hizo que los gobiernos españoles volvieran a fijarse en el conjunto y tomaran conciencia de su valor. Por un lado, el gran interés que muchos extranjeros de importancia tuvieron en cómo salvar esta maravilla es clave.

¿Quiénes fueron esos primeros 'embajadores' culturales de la Alhambra?

–En lo literario, además del propio Irving, Richard Ford. Swinburne, Víctor Hugo y Chateaubriand; David Roberts, John Frederick Lewis y muchos otros en lo pictórico; Glinka y Rimski-Korsakov en lo musical, que recrearon sonoramente el mito del orientalismo… Lo más importante que hicieron todos ellos fue excitar la imaginación, no sólo de los extranjeros, sino de los españoles, que no tenían mucho interés en su propia historia. Gracias a la importancia que dieron todos ellos a ese pasado, se inició la lenta recuperación del monumento.

¿Por qué cree usted que España se olvidó de la Alhambra?

–No hay explicación posible para ello. Ni el rechazo religioso, ni el cultural. No me cabe en la cabeza por qué.

Sin embargo, hoy es el monumento más visitado de España.

–Sí, y ello a pesar de que lo que vemos hoy es muy distinto de lo que el conjunto fue en el Medievo. La Alhambra se reconstruyó casi por completo. Los expertos dicen que los jardines son inventados, hermosísimos, pero inventados. Casi todos los detalles artísticos más importantes son recreaciones modernas. Y eso debe quedar claro al visitante. También, a pesar de todo, es una gran fuente de inspiración, lo fue antes, lo es hoy, y eso es muy bueno.

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