Alack Sinner, el Quijote 'negro' de José Muñoz

Alack Sinner es el protagonista de una saga nacida en los 70 y que durante más de tres décadas ha reinado como uno de los grandes referentes del 'noir' en el mundo del cómic. Es, sin embargo, un detective diferente, un «Quijote negro», como lo definió ayer el propio Muñoz, que a lo largo del tiempo ha derivado en una especie de caminante que observa los fantasmas que alberga una Nueva York que es el trasunto de Norteamérica como lo podría ser de la entera humanidad. Aquel trabajo trajo el éxito a sus creadores y es hoy fuente de inspiración para guionistas y dibujantes de todo el mundo.

En una deliciosa conversación con Munuera, Muñoz habló del exilio argentino y cómo el contacto con el mundo anglosajón, fruto de su presencia durante un par de años en una comuna inglesa, fueron el caldo de cultivo del que surgió su famoso personaje. Aquel ambiente desenfadado y crítico con la sociedad, pero también la necesidad de hacer cosas distintas a las que se venían haciendo en el mundo de la historieta de la época lo impulsaron a dar el paso.

La clave, como reveló Muñoz ayer en Granada, fue una conversación con el escritor Carlos Sampayo. Argentino como él, con una sólida carrera como publicista, fue la persona que terminó de apuntalar la personalidad del detective 'pecador', cínico, solitario y honesto que se descubrió en 1974 en la primera de las historias de Sinner.

Sin embargo, Muñoz siempre entendió que el personaje debía ir más allá y muy pronto ampliaron las miras de aquel detective noir canónica hasta convertirlo «en una especie de caminante que contempla los males de los demás, el silencio» y en el que subyace, según Munuera, «una especie de tensión entre su propia integridad y el mundo amoral en el que vive». La transformación la explicó ayer el argentino como «una retirada de la denuncia del mal, pero una retirada ideada desde la furia y la desesperación».

Para Muñoz, la clave del éxito de Sinner está en la autoexigencia y en la capacidad del personaje de «mirarte y preguntarte 'quién sos'». Lo refrendó asegurando que lo que más le interesa de su trabajo es que «las imágenes vivan y tengan un pulso narrativo». «Al final, esto no es otra cosa que una búsqueda del temblor en el lector», aseguró poniendo el broche a la primera de las sesiones de altura de Granada Noir.