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Sofía Barquero Romero
Domingo, 23 de julio 2023, 19:01
Sábado, 4 de agosto de 1944.
Querida Kitty:
Otro día más en la Casa de Atrás. Ya no sé más qué hacer, aparte de releer ... todos los libros de la estantería o escribirte. Margot, últimamente, está muy abstraída y extraña, y Peter tiene miedo de subir al desván, por si hacemos algún tipo de ruido. Así que, además de discutir con la pared u observar el silencio, no tengo ni idea de lo que podría hacer... La casa se torna asfixiante y no puedo más con la compañía. Aún así, prefiero esto a que nos lleven al Este, no sé con exactitud a dónde, si bien, por la expresión de la tribu, creo que no es nada bueno. Suenan bombas por todas partes y gritos de guerra, armas e ignorancia... Maldad de corazones alambrados; maldad pura. No podemos escapar, no podemos elegir. Estamos escondidos en la Casa de Atrás. No existe escapatoria alguna, ni del ruido que me atormenta de día, ni del aún peor silencio por las noches, cuando ninguno 'de nuestra especie' puede salir a la calle sin el peligro de que le incrusten una bala en la cabeza. Después de dos años, ¿es culpa nuestra? Mi más fiel y amada compañera de historias: ¿es culpa nuestra, respirar, sentir y llorar como todos los demás? ¿Es culpa nuestra, desastre o sentencia, creer en otro dios? ¿En Yahvé? Muchos dicen que sí; yo pienso: ¿por qué?
Estoy enfadada, Kitty..., sumamente decepcionada con el mundo. Aunque ya sabes que siempre intento salir del paso con humor. Cuando de verdad estoy callada y seria, mi familia piensa que estoy enferma. ¡Hasta empiezan a darme píldoras para el dolor de cabeza y una bufanda para mi 'delicado' cuello! No aguanto cuando se fijan tanto en mí. Me pongo arisca, luego triste, y al final «termino volviendo mi corazón, con el malo hacia fuera y el bueno hacia dentro. Y busco siempre la manera de cómo me gustaría ser, cómo podría ser, si no hubiera otra gente en este mundo...»
Que sepas, Kitty, que aunque me queje, madure tanto las cosas y su porqué, todavía mantengo la esperanza. Y es un milagro, si bien mis deseos parecen absurdos e irrealizables, que todavía no haya renunciado a mis ilusiones. Sigo aferrándome a ellas, pese a todo, porque creo con firmeza en la intrínseca bondad que albergan los hombres. Es, para mí, una tarea imposible de realizar el reconstruir cualquier cosa teniendo como punto de partida la muerte, la desgracia, la confusión. El mundo se convierte poco a poco en un desierto de amargura y soledad. Escucho con mi mente y con el corazón estrujado de dolor, como un trueno en la penumbra; la desesperación se va acercando hacia nosotros con agonizante lentitud. Tortura cadenciosa, cadenciosa tortura. Tortura, al fin y al cabo. Nos matarán, lo sé, y comparto el dolor de la desdicha inminente que amenaza con alcanzarnos a los ya desdichados. Aún así, con el desconsuelo profundo de una esperanza rota, cuando el sol se esconde y miro al cielo, pienso que todo irá bien, que amanecerá y todo habrá sido un sueño malo... Una pesadilla. Que la crueldad también acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar sobre nosotros. Mientras tanto, mantendré bien altos mis ideales. Tal vez, en tiempos venideros, se lleven a la práctica...
Kitty, los gritos han destrozado el silencio. Se escuchan explosiones y ruegos de auxilio. Tengo mucho miedo, nunca se lo he dicho a nadie, pero sé que, por una vez, puedo confiar en alguien que no sea Pim. Sé que tengo una amiga dentro de las páginas, que abraza mis palabras y me quiere a mí y sólo a mí. Se escuchan pasos detrás de la estantería que da a la Casa de Atrás. Voces que rompen juramentadas, alentando que nuestro tiempo ha terminado. El final de la partida se acerca inexorable.
Querida Kitty, puede ser que me haya vuelto loca, que sea una pesadilla dentro de otra, pero si estás en algún sitio, viendo mi infinita agonía y eterno terror, por favor, grita por mí. Hace ya mucho tiempo que me quedé sin voz. Hace mucho tiempo que se destruyeron mis sueños y, sobre todo, mis fantasías. Nunca podré ser una deslumbrante actriz de Hollywood, o una escritora mundialmente famosa. Pero, al menos, tendré la certeza de que tú fuiste mi confidente compañera de travesuras, y mi más adorada amiga.
Ya están aquí, Kitty. Quiero que sepas que, aunque me vaya, «seguiré buscando la manera de llegar a ser la que tanto querría ser, lo que yo sería capaz de ser, si no hubiera otras personas en el mundo». Hoy me acariciará el primer rayo de sol en años, augur de una larga noche, profecía de un abismo atestado de ambarinas estrellas de David.
Tuya,
Ana
«Mi consejo: Sal fuera, a los prados, a la naturaleza y al sol. Sal fuera y trata de reencontrar la felicidad en ti misma; piensa en todas las cosas bellas que hay dentro de ti y a tu alrededor, y sé feliz» (A. M. FRANK).
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«Diario Telegraaf; 15 de julio de 2018. Durante una reciente restauración del icónico edificio donde se ocultó la familia Frank durante la Segunda Guerra Mundial, se ha encontrado una hoja perdida del Diario de Ana Frank. Los expertos en conservación del patrimonio histórico y cultural han celebrado la noticia como un importante hallazgo.
La hoja encontrada es un fragmento del diario que escribió la joven Ana Frank mientras se escondía de los nazis en Ámsterdam...».
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