Detenidos 14 trabajadores del aeropuerto de Tenerife-Sur por el robo masivo en maletas

Según informó este viernes el Ministerio del Interior, la operación se inició tras detectar un aumento "exponencial" en los últimos meses en el número de denuncias y quejas interpuestas por los viajeros debido a robos y hurtos en el interior de sus maletas facturadas desde el aeródromo canario, el séptimo aeropuerto más grande del país, con 150 aerolíneas y más de once millones de pasajeros al año.

 Los investigadores descubrieron que los detenidos aprovechaban su condición de mozo de carga del aeropuerto, función que realizaban la mayoría de los arrestados, según han revelado fuentes de la investigación. En el momento del traslado de las maletas a las bodegas del avión, las descargaban de los vehículos y las cargaban en las bodegas a un ritmo más lento del habitual y con mayor distancia entre unas y otras. Así daban tiempo a que otros miembros de la red, pudieran abrir con calma los equipajes ya en el interior de la bodega, fuera de la vista del resto de usuarios.

Allí, apartados de miradas indiscretas punzaban la cremallera de las maletas para abrirlas completamente sin dejar marcas. Una vez que sustraían de su interior los objetos que les interesaba -entre los cuales sobre todo había joyas, móviles, relojes, aparatos electrónicos- volvían a cerrar la cremallera para dejar la maleta sin ningún signo de manipulación.

Según han revelado las cámaras de seguridad, el modus operandi de los trabajadores para saquear los equipajes estaba ya especialmente depurado: para que nadie pudiera percatarse del saqueo del equipaje, los detenidos colocaban las maletas a modo de parapeto entre la puerta de acceso a la bodega y su interior, incluso colocaron cortinas de seguridad, en concreto unas lonas rígidas, que en realidad están destinadas a asegurar que el equipaje no se desplace libremente en el interior.

Todo la trama se basaba en una premisa para que, a pesar de descubrirse los hurtos y robos, no hacer encender las alarmas: los turistas víctimas solo se darían cuenta de la desaparición de sus efectos en sus casas, ya en el extranjero o en la península, cuando el rastro del delito se había difuminado por el paso por un segundo aeropuerto, el de llegada. Además, contaban con la dificultad para denunciar desde un país extranjero.

Los integrantes de este grupo criminal estaban perfectamente estructurados, con funciones definidas de forma jerarquizada, donde cada uno se encargaba de una de las partes de la comisión del delito: elegir el vuelo, ocultar los efectos sustraídos, sacarlos de las instalaciones aeroportuarias, la venta de los efectos en joyerías o a través de internet y reparto de beneficios, entre otra funciones.

Para esconder los objetos robados del aeropuerto usaban ropa con costuras interiores realizadas manualmente o las propias taquillas personales.

La Guardia Civil llevó a cabo varios registros, tanto en las taquillas de estos trabajadores del aeropuerto, como en sus vehículos particulares y viviendas. En total se intervinieron 29 relojes de alta gama, 120 piezas de joyería (oro y piedras preciosas), 22 teléfonos móviles de alta gama, apartados electrónicos, 13.000 euros en efectivo y un vehículo de alta gama.

El valor de todos los objetos robados recuperados asciende a 1.953.571 euros. Los detenidos también consiguieron vender muchos objetos en comercios físicos y virtuales de segunda mano, por lo que también se está investigando a 27 joyerías de la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

La investigación ha sido llevada a cabo por la Unidad de Análisis de Investigación Fiscal y Fronteras (UDAIFF) del Aeropuerto Tenerife Sur con el apoyo de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC).La Guardia Civil ha contado con el apoyo de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), así como de las diferentes aerolíneas que operan en el Aeropuerto Reina Sofía.

La operación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción nº 4 de Granadilla de Abona.