Asesinan a cuchilladas a un hombre y queman el cadáver en un pueblo de Valencia

La víctima, que ya ha sido identificada, tiene antecedentes policiales por tráfico de drogas y otros delitos, y su madre denunció su desaparición sobre las 12 horas del domingo, cuando la Guardia Civil realizaba las primeras averiguaciones para identificar el cadáver.

Los investigadores sospechan que el hombre fue asesinado por un ajuste de cuentas relacionado con un asunto delictivo. Su última detención fue el pasado 11 de marzo en Llíria por posesión de marihuana y conducir un coche sin carné.

Tras recibir el aviso del macabro hallazgo, una patrulla de la Guardia Civil se desplazó al lugar: una partida rural situada entre los términos de Llíria y Pedralba. El cuerpo se encontraba en un campo cerca de la CV-376, la carretera que une las dos poblaciones de la comarca del Camp de Túria, y fue hallado por un hombre cuando acudió a trabajar a un terreno de su propiedad.

Los primeros agentes que llegaron a la zona iniciaron el protocolo policial establecido para el hallazgo y levantamiento de restos humanos. Acordonaron el lugar para preservar la escena del crimen, facilitaron los primeros datos del cadáver al Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil y esperaron la llegada de los investigadores.

Un Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de las primeras investigaciones, aunque poco después asumió el caso el Grupo de Homicidios de la Comandancia de Valencia. El forense y el juez de guardia de Llíria acudieron también al lugar.

La principal hipótesis que barajan los investigadores, según 'Las Provincias', es que el hombre fue asesinado en otro lugar, ya que no encontraron restos de sangre en la tierra junto a la víctima, y el autor o los autores del crimen trasladaron luego el cadáver en un vehículo hasta el campo donde lo encontraron parcialmente quemado. El forense determinó que el hombre llevaba pocas horas muerto tras hallar signos de rigidez cadavérica en varias partes del cuerpo.

Los especialistas de la Guardia Civil de Valencia, con el apoyo de un agente del Servicio de Criminalista, examinaron el cadáver y realizaron una inspección minuciosa en la escena del crimen. Durante varias horas buscaron huellas, pisadas, rodadas de algún vehículo y otros vestigios que podrían arrojar luz sobre la autoría del crimen. También tomaron fotos de la víctima y de los signos externos de violencia: heridas compatibles con cuchilladas.

Tras supervisar las primeras investigaciones de los agentes de la Guardia Civil, el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la autopsia.