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Un Corpus brillante con la vuelta de los seises a la Catedral
Una solemne procesión de dos horas llenó las calles de Granada, repletas de público que desafió las altas temperaturas para ver el paso de la Custodia
Jorge Martínez
Jueves, 19 de junio 2025, 18:51
Con temperaturas altas, que superaron los treinta y cinco grados a la sombra (muy codiciada en el mediodía) y un extraordinario ambiente popular, el Santísimo ... Sacramento recorrió las calles de la ciudad en la Custodia cuyo viril fue un regalo realizado a la ciudad por la Reina Isabel la Católica hace ya más de quinientos años y cinco lustros. La ciudad de Granada celebró Jueves de Corpus Christi con una alta participación de hermandades, hierbas aromáticas en todo el recorrido de la procesión, toldos en buena parte de las calles y menos altares que estos últimos años, tan sólo cuatro. Esta podría ser, en síntesis, la crónica de una mañana maravillosa vivida en el corazón granadino.
El Ayuntamiento sacó sus mejores galas con la presencia de la Pública de las Fiestas, los ministriles, alguaciles, porteros y portainsignias con los elementos históricos de la ciudad. Primero salió el cortejo de la pública en dirección a la calle Mesones y Capuchinas para poner el inicio de la comitiva con la participación de los gigantes y cabezudos en una ocasión más solemne en la que las charangas y las ganas de fiesta se sustituían por el aplauso y el abrazo. Y también algún 'vejigazo' con los globos de látex.
Comenzó la Eucaristía a las nueve de la mañana presidida por el arzobispo, monseñor Gil Tamayo. Estaban algunos concejales en la misa en representación municipal y miembros de las cofradías, mientras en la iglesia del Sagrario se organizaron las hermandades de gloria, penitenciales y sacramentales para agilizar la comitiva. «Estamos en los días grandes de las celebraciones del Corpus Christi, el día grande de Granada, el Día del Señor» y recordó que en esta jornada «celebramos la presencia real de Cristo en medio de nosotros como lo hace en la institución de la Eucaristía del Jueves Santo», dijo el purpurado. El arzobispo granadino añadió: «Cristo sale a estar entre nosotros y quiero transmitiros que este año Jubilar tenemos que poner en valor la virtud de la Esperanza como nos invitaba el Papa Francisco para luchar y esforzarnos para buscar razones para vivir por los demás». También quiso invitar a los cristianos granadinos a «vivir y transmitir los valores de la fe en este mundo confuso» recordando «los escenarios bélicos abiertos y la escalada de este mundo convulso».
Una vez concluida la celebración de la misa se inició el cortejo largo y denso que sacó a las calles de la ciudad a las hermandades de penitencia tras la cruz de la Catedral. Estaba la Federación de Cofradías y estaban también las hermandades de gloria de Granada junto con las hermandades sacramentales según orden de antigüedad.
Procesión larga y esperada
Los movimientos apostólicos y religiosos, institutos seculares y grupos parroquiales estaban en la comitiva precediendo a los cabildos del Sacromonte, de la Capilla Real y de la propia Catedral. El coro de la Catedral de Granada y el quinteto de viento-metal y percusión, interpretando cánticos litúrgicos y piezas renacentistas por delante de los seises de la Catedral que volvieron a acompañar a la presencia de Jesús Sacramentado. Por Pasiegas encontró la comitiva el primer altar, el de la cofradía de Jesús Nazareno que volvió a ganar el primer premio del concurso municipal, dotado con mil doscientos euros.
Por Marqués de Gerona en dirección a Mesones continuó la procesión recibiendo el Santísimo Sacramento infinidad de 'petalás' y aplausos mientras que desde cualquier bocacalle sonaban alabanzas a Jesús Sacramentado que marchaba sobre la Custodia del siglo XVI y los demás cuerpos de orfebrería que se fueron uniendo a lo largo de distintas etapas y con estilos artísticos variados, hasta el siglo XX. El segundo altar había sido montado por la Asociación parroquial de la Virgen de la Granada, establecida en la parroquia de San Isidro y allí también se detuvo la Custodia del Corpus. Iba adornada con gladiolos en las esquinas y un friso variado. Había brunia e hipericum blanco, junto a claveles del mismo color y nuevamente «hemos podido poner uvas y espigas de trigo», contó el florista, Salvador Valero. El siguiente altar, en la calle Mesones también, próximo a la calle Milagro, lo puso la cofradía de gloria de la Virgen de la Cabeza y, finalmente, la hermandad de la Esperanza instaló el último en la plaza del Carmen. Con el capataz José Carvajal y el capataz invitado, Luis Gallegos, marchó la Custodia acompañada por el palio de respeto, la presencia del prelado acompañado por el vicario general, Enrique Rico, y el deán de la Catedral, Eduardo García.
Detrás de la hermandad sacramental iban representantes de la Diputación Provincial, diputados nacionales y autonómicos, autoridades militares y la corporación municipal con su titular, Marifrán Carazo. Le precedía el Estandarte Real que portaba el concejal socialista Juanjo Ibáñez con escolta militar y, por supuesto, la banda municipal de Granada.
Un año para doce minutos
La atención de ayer se centraba en el Santísimo Sacramento y en la reposición de una tradición que ha desaparecido y aparecido nuevamente en varios momentos de la historia de los últimos quinientos años en Granada. Eran los diez niños seises que coparon la atención antes de la salida de la procesión por espacio de doce minutos y cuarenta segundos. Punta y tacón para dibujar varias figuras geométricas unidas sobre una alfombra roja en la que se sintetizaron doce meses de trabajo. Enhorabuena a sus maestros, director y al prelado que apostó por esta recuperación tan esperada. Ciertamente, una procesión del Corpus con estos niños danzantes y cantantes, que en el interior de la Catedral cantaron estrofas de alabanza al Santísimo Sacramento con música de Correa de Arauxo y dirigidos por Héctor Eliel Márquez, es mucho más solemne.
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