Diez espacios naturales de Granada para disfrutar de las flores de agua

La Acequia Real baja desde las murallas de la Alhambra hacia el Darro. En mayo crecen los lirios amarillos, típicos de espacios lagunares, olmos, flores de la viuda, álamos, avellanos y espadañas.

El curso de la acequia que alimenta la Alhambra, a lo largo de la ladera de la Sabika reúne gran parte de la flora y fauna habitual de los cursos de agua semiartificiales.

Dos estanques naturalizados concentran una gran variedad de especies de medios acuáticos, uno de ellos, pequeño y de aguas someras, situado bajo el llamado jardín francés. Otro es el remanso que produce la acequia del convento a su paso junto al ciprés de San Juan de la Cruz, lugar de reproducción de numerosos anfibios.

El recorrido habitual en las lagunas de Padul es ideal para conocer la vegetación acuática y como ha cambiado el ecosistema gracias a las lluvias. El sendero está bordeado de lirios amarillos, pero sobre todo de carrizos y aneas, desde donde se escuchan los cantos de centenares de aves acuáticas que en esta época anidan entre los carrizales.

También en Padul, en la zona de los Molinos, en la carretera hacia Cozvíjar, este manantial y su acequia reúnen gran parte de la biodiversidad asociada a los ecosistemas de fuentes.

Los lirios amarillos se han convertido en una seña de identidad de la primavera de los humedales de Motril. Rodean las lagunas junto a aneas, tarajes también en flor, sauces y carrizales. En las láminas de agua, cama de ranas y otras plantas como las persicarias anfibias, de flores rosadas y blancas que flotan en el agua.

La laguna formada por las estructuras hidráulicas del Guadalfeo, el Azud de Vélez, concentra especies como la Filigrana Mayor, una planta acuática que llega a cubrir la lámina de agua.

Recorrer cualquiera de las acequias tradicionales de la provincia mostrará el valor de los ecosistemas acuáticos relacionados con el hombre. Recorridos especiales son la acequia del Fardes, en la sierra de Huétor, y la de Aynadamar, entre Fuente Grande, en Alfacar, y Víznar. Es interesante observar la Acequia Gorda en Cenes de la Vega.

La biodiversidad de los borreguiles comienza ahora su nuevo ciclo tras todo el año cubiertos de nieve. La floración de numerosos endemismos empieza en mayo en zonas de media altitud y continuará conforme el deshielo a lo largo de la primavera.