El 92% de los españoles es consciente de que «el colapso climático ha comenzado»

Los países que históricamente han sido los más vulnerables (PIB bajo, difícil acceso a servicios esenciales como el agua, etc.) y los países desarrollados que durante mucho tiempo se han sentido «seguros», protegidos por su desarrollo económico y sus infraestructuras, están ahora unidos por el mismo miedo. Lo cierto es que ninguno estamos a salvo del cambio climático. El 92% de los españoles está seguro de que el cambio climático está en marcha y el 78% se siente expuesto y vulnerable a un riesgo relacionado con este fenómeno o con la contaminación.

Este aumento en la preocupación refleja una consciencia creciente sobre los impactos que este fenómeno puede tener en nuestras vidas, desde la alteración de los patrones climáticos hasta los riesgos para la salud pública y la seguridad alimentaria. Como en la mayoría de los países del mundo, las mujeres y los jóvenes (18-35 años) se sienten más expuestos y vulnerables a la amenaza sanitaria. 13 puntos superior a la media mundial (65%), la inseguridad ecológica y climática de España es la mayor de Europa, comparable a los niveles registrados en Italia, América Latina y Asia meridional y sudoriental que tienen los niveles más altos de vulnerabilidad percibida.

¿Cuáles son los frenos psicológicos, económicos y culturales para adoptar soluciones ecológicas?, ¿cómo se establecen las compensaciones entre el coste de la acción y el coste de la inacción ecológica?, ¿por qué estamos listos para soportar o aceptar el coste de la transformación ecolóagica?, o ¿cuáles son los objetivos y beneficios que hacen que la gente quiera hacer la transición ecológica?, son algunas de las preguntas que responde en su segunda edición, el barómetro de la Transformación Ecológica publicado por Veolia en colaboración con Elabe. Basándose en tres ejes principales: descarbonización, descontaminación y regeneración de recursos.

La normativa medioambiental está dividiendo y polarizando la opinión pública. En todo el mundo, se pide «pragmatismo» para contraponer la política social y la acción ecológica, relativizar las consecuencias de la crisis climática y solicitar una «pausa ecológica». A pesar de que el calentamiento global se acelera. «Nuestro planeta acaba de soportar una temporada de ebullición, el verano más caluroso jamás registrado. El colpaso climático ha comenzado», señala Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas. Por lo que, la aceptación creciente de la sociedad respecto a las soluciones ecológicas es un paso importante para conseguir frenar el cambio climático.

En cuanto a las soluciones para abordar el cambio climático, los ciudadanos españoles muestran una notable aceptación de medidas que combinen autosuficiencia y tecnología. Por ejemplo, el 68% cree que actuar contra el cambio climático costará menos que no hacer nada y sufrir las consecuencias, una percepción que supera ligeramente el promedio mundial del 66% y el europeo del 64%. Además, el 58% considera que es necesario combinar tecnología y autosuficiencia para limitar el cambio climático y la contaminación, en comparación con el 53% del resto de Europa.

Una de las principales preocupaciones de los españoles es la preservación de los recursos hídricos. El 81% de la población estaría dispuesta a pagar un poco más por el agua para regenerarla y reducir el riesgo de agotamiento, lo que supera al 78% de los europeos que comparten esta disposición. Le sigue de cerca la salud pública relacionada con el cambio climático. El 75% de los españoles se siente expuesta y vulnerable a los problemas de salud, comparado con el 65% de los europeos. De estos, un 79% está preocupado por los riesgos relativos a las enfermedades infecciosas. Además, casi toda la ciudadanía de nuestro país cree que la salud es la principal preocupación al tomar decisiones locales sobre el agua, los residuos y la energía, por delante del precio final.

Los resultados del barómetro muestran «claramente que los españoles están preparados para actuar y aceptar soluciones innovadoras para la adaptación de los recursos hídricos a las consecuencias del cambio climático», indica Estelle Brachlianoff, consejera delegada de Veolia. Esta conciencia es «fundamental para una acción colectiva firme y eficaz. En Veolia, tenemos el compromiso de aprovechar nuestra amplia experiencia internacional para acompañar la transformación ecológica del país y sacarle el máximo partido para proteger la salud y la calidad de vida de la población española. España es uno de los países clave de nuestro nuevo plan estratégico GreenUp, que pretende acelerar la descarbonización, la descontaminación y la regeneración de los recursos», ha concluido la consejera.