Chequeo a cuatro años de transición energética en Europa: 230.000 paneles solares instalados al día

Con motivo de la renovación de la cámara europea con las elecciones convocadas el próximo fin de semana, el grupo independientes de expertos en energía Ember ha realizado un informe sobre el estado de la transición energética en el Viejo Continente, en el que se señala los hitos alcanzados durante el periodo 2019-2024. Entre otros, llama la atención el espectacular despliegue de la energía solar fotovoltaica y la pujanza del sector eólico, que logró posicionarse como la segunda fuente de electiricad de la Unión en 2023.

«El cambio hacia un sistema respaldado por energía eólica y solar es evidente en todos los Estados miembros de la UE», valoran los citados expertos, quienes califican como «enorme cambio» el que ha experimentado el sector energético desde que la actual Comisión asumiera el cargo en 2019.

La energía eólica y solar han crecido a tal ritmo que han desplazado a los combustibles fósiles, gas y carbón, con la consiguiente reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto es, al fin y al cabo, el objetivo último de la transición energética europea: combatir el cambio climático con políticas orientadas a alcanzar las cero emisiones en 2050.

Ahora bien, este camino hacia un entorno más saludable y menos contaminado no solo tiene una motivación ecológica y, tal y como se ve en los datos del citado informe. La transición ha recibido el impulso definitivo en el año en el que la estrategia geopolítica pesó más que las buenas intenciones verdes de la Comisión; el año en el que la guerra de Ucrania puso en evidencia que nuestra dependencia de combustibles fósiles como el gas tenía que disminuir.

En este contexto, la energía solar fotovoltaica es la fuente que ha experimentado el crecimiento más llamativo. Así, si la capacidad eólica aumentó un 31% (52 gigavatios/GW más) hasta alcanzar los 219 en 2023, la capacidad de energía solar lo hizo a un ritmo mucho más rápido, más del doble. Se ha más que duplicado, de 120 a 257 GW, un 113% más. «Eso equivale a instalar más de 230.000 paneles solares cada día durante estos cuatro años», calculan los expertos.

Así, eólica y solar han pasado de suponer en el mix eléctrico (la combinación de todas las fuentes de generación de energía) de la UE el 17% en 2019 a más de una cuarta parte en 2023 (27 %). «Este fue el principal impulsor del aumento de la participación del total de energías renovables del 34% en 2019 al 44% en 2023», valoran desde Ember.

La importancia del incremento de estas tecnologías limpias radica en el retroceso que supone para las fuentes más contaminantes; combustibles fósiles como el gas y el carbón. Así, la generación de energía procedente de estos últimos cayó durante cuatro años consecutivos -a pesar del repunte registrado en 2021 en plena crisis energética-, finalizando 2023 en su nivel más bajo desde 2015, un 21% por debajo de sus niveles de 2019.

Para hacerse una idea, si comparamos eólica con gas, en 2023, la electricidad producida a partir del viento fue de 470 TWh, el equivalente a la demanda eléctrica total de Francia, mientras que el gas generó 449 TWh.

Este cambio se calcula en términos globales, pero lo cierto es que hay dos países que destacan sobre el resto y son Alemania y España. Alemania, por cierto, lejos del cambio protagonizado por España, es el país más dependiente del gas ruso de la Unión Europea y el que, a tenor de los datos, más ha acelerado su transición energética en los últimos años.

Más de la mitad de los 27 Estados miembros han al menos duplicado, y en muchos casos más que triplicado, su capacidad eólica y solar de 2019 a 2023. Excluyendo a Alemania y España, han añadido 74GW de nueva energía eólica y solar.

Pero las mayores incorporaciones de capacidad eólica y solar provinieron de Alemania (42GW, un 38% más), que añadió el 22% de la nueva capacidad al total de la UE, y de España (+25 GW, +69%), que contribuyó con el 13%. «Si bien estos dos países lideraron el camino -valoran los expertos- se lograron grandes avances en toda la región». Hungría, Polonia y Países Bajos son los otros que han merecido mención aparte.

Con este dibujo de la transición energética en este último mandato, la posición de Europa con respecto a otras superpotencias también es muy destacable. Siendo un líder mundial en la transición a la electricidad limpia. Ya en 2019, la proporción de la energía eólica y solar en el mix eléctrico de la UE (17%) duplicaba la media mundial (8%). Para 2023, la participación de la energía eólica y solar en la UE ganó 10 puntos porcentuales hasta alcanzar el 27%, todavía el doble del promedio mundial del 13%.

Así, el sistema de generación de energía europeo es de los más limpios del mundo y supera significativamente a otras economías importantes como Estados Unidos y China. La intensidad de las emisiones de la generación de electricidad de la UE fue menos de la mitad del promedio mundial en 2019. Para 2023, la electricidad de la UE se había vuelto aún más limpia, reduciendo su intensidad de emisiones en un 15%, lo que supuso la caída más pronunciada de la media global, que solo cayó un 4% en este periodo.

«La UE ahora tiene más energía eólica y solar de cosecha propia que nunca, lo que ha reducido la generación de electricidad tanto con carbón como con gas a mínimos históricos. Las políticas climáticas ambiciosas, combinadas con medidas específicas para deshacerse del gas ruso, se han solidificado hasta convertirse en un impulso real y sostenido. La UE se encuentra ahora en medio de un alejamiento histórico y permanente de la dependencia de los combustibles fósiles para obtener energía» ha valorado Sara Brown, directora del programa de Ember para Europa.

Este análisis de los datos realizado por Ember afianza los resultados de la transición energética en Europa, pero necesitan de un contexto. Los objetivos de descarbonización impuestos por la propia institución son muy ambiciosos. Tal y como recuerda la Agencia Europea del Medioambiente (AEMA) en uno de sus informes sobre el sistema energético, se requerirá un crecimiento sostenido muy desafiante del 8% hasta 2030 para cumplir el objetivo de obtención del 42% de la energía de fuentes renovables para ese año. «Esto es más del doble de la tasa observada en los últimos 10 años, así, es poco probable, aunque todavía incierto, que la UE cumpla su objetivo a menos que en esta década se produzca una transformación profunda que abarque todos los sectores», señalan desde la Agencia.